jueves 28 de marzo de 2024

HUMOR POLÍTICO | 7 ene 2020

El club de las buenas noticias

Nuestros lectores tienen razón. Este medio difunde sólo malas noticias. Así que creamos la brigada de las buenas nuevas. Porque que las hay, las hay, pese a Petrecca.


Los redactores de Semanario recibimos la indicación de contar por una vez, buenas noticias. Según nos dijeron, el jefe, cansado de recibir la mala vibra de miles y miles y cientos de miles de ciudadanos que recriminan que este medio le da mucho espacio a las ‘malas noticias’ (no vale la pena debatir acá qué entendemos y qué entienden algunos de nuestros lectores por ‘malas noticias’) decidimos crear un espacio donde reine la paz y la felicidad.

Cansados de ir a llorar a la Iglesia, es hora de contar las buenas nuevas.

Hoy, por ejemplo, martes 7 de enero de 2020 tuvimos la dichosa fortuna de tomar un poco de sol en la plaza 9 de julio y no fuimos devorados por la horda de mosquitas de hace algunos años. Algo es algo. Ahorramos en repelente, naranja y verde. Eso sí, el Bobby se metió en la fuente y menos mal que estaba apagada así no se electrocutó.

Por otra parte, llegó un amigo de este medio, y decidió pagar los cien pesitos para adentrarse en la laguna, cerquita del espigón. El mamotreto de cemento no perdió ningún pedazo y nuestro amigo llegó sano y entero de vuelta para el asado de esta noche. No es poca cosa.

El mismo amigo salió a dar una vuelta por la zona de Paraguay y Francia. Le advertimos que por ahí, los pozos se convirtieron en cráteres y más de uno dejó una cubierta para el recuerdo. Nos dijo lo mismo que nos dicen los lectores: “Siempre viendo la mala, ustedes” y salió. Nos contó que preguntó en el barrio y le dijeron que pasaron a repararlo. Parece que duró menos que un …en la mano, porque llegó de vuelta con el auto entero pero con el amortiguador que le hace un clac, clac, clac.

Ya juntos, se nos ocurrió dar una vuelta por Saénz Peña. Contamos cuatro personas tomando un café a las seis de la tarde. No digan que no es otra buena nueva. Cuatro son cuatro. Peor es nada. Como la misión es contar buenas noticias, no podemos apartarnos del libreto sin temor a desobedecer y perder el trabajo. Así que insistimos y encontramos más.

En el techo de la terminal de ómnibus, sobre calle Belgrano han proliferado unas hermosas plantas, desde hace bastante tiempo. Lindas, crecidas, sirven para decorar el techo. Lástima que es difícil regarlas ahí arriba. Habrá que pensar en algo. Pero quedan vistosas, onda que hace rato nadie anda por ese tejado.

Estamos seguros que hay montón más de buenas noticias. Seguro que usted, estimado lector amante de las buenas noticias que nos piden a diario, tiene un montón para agregar. Esto es apenas una muestra que cuando se quiere se puede. Y sí, tienen razón. Estos escribas de SEMANARIO, no ven las buenas noticias, porque no quieren. Porque es como las brujas, que las hay, las hay.

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