Por: Semanario

Las críticas de SEMANARIO hacia la seguridad vial en nuestro distrito han sido permanentes, como así también hacia otras cuestiones municipales.

Las soluciones no sólo no llegaron sino por el contrario se acrecentaron los problemas.

La gestión de Pablo Petrecca solo se ha preocupado en generar mayor recaudación a través de multas y secuestros de motos (ver pagina 8), más que a verdaderas campañas que ayuden a generar otro tipo de cultura más responsable.

En virtud de las estadísticas que dan cuenta de que cada vez hay más gente lastimada o muerta por accidentes de motos, al foro respectivo no se le ocurre mejor idea que promover otra vez el “uso del casco”, cuando ese no es el problema original, sino que se trata de algo más integral.

Una vez más queda demostrada la impericia dirigencial de quienes gustan de figurar en las fotos.

Entonces, ocurre que el jefe comunal mantiene una reunión “con representantes de diferentes medios de comunicación de la ciudad, con el objetivo de invitarlos a sumarse a las campañas de concientización sobre el uso del casco”, según reza la gacetilla municipal.

Hay dos temas básicos que es nuestra obligación abordar: uno está relacionado con que la nueva jefa de Prensa municipal, María José Fantoni, al igual que la anterior, Nora Meres, discriminan a los medios periodísticos de Junín, poniendo en la categoría de “amigos” y “enemigos”, apelando a lo más promiscuo de la libertad de prensa.

Segundo, es que SEMANARIO, desde hace casi cuatro años, viene bregando por mejoras en la solución de la problemática vial en el convencimiento de que la mejor campaña es que las autoridades se pongan a trabajar en serio, haciendo cumplimentar las ordenanzas vigentes e ideando otras para su aplicación.

Y que las soluciones se hallarán cuando el fin sea cultivar a una nueva generación en estos conocimientos y no utilizar los castigos como un mero fin recaudatorio, salvo que busque que las campañas mediáticas tengan como objetivo otorgar una suculenta pauta publicitaria a los medios amigos con el objetivo de perseguir otros intereses.

 

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Nuestro medio no recibe pauta oficial de la municipalidad por el sólo motivo de que posee un espíritu crítico de la gestión. Así de simple.

Sin embargo, en septiembre de 2017 ya hacíamos “Campaña” para aportar soluciones al tema del uso del casco por parte de los motociclistas, lo cual quedó demostrado en la nota que se tituló: “La cultura en la cabeza” y puede hallarse en los archivos de internet de nuestra página web (http://semanariodejunin.com.ar/nota/1592/la_cultura_en_la_cabeza)

Allí sosteníamos que “el uso del casco no es sólo una obligación sino una cuestión de respeto por la vida de uno y la de los demás, lo cual es menester promoverlo en las escuelas” y para ello proponíamos al Concejo Deliberante una simple iniciativa que, a decir verdad, nadie tomó en cuenta.

Sin embargo sostenemos que la seguridad vial no puede dejar de estar en las escuelas porque es allí donde se maduran las cuestiones que tienen que ver con las relaciones comunitarias. Más allá de aprender matemática o lengua, el niño va a la escuela con el objetivo de ampliar su socialización a través de adquirir nuevas normas, más allá de las de su círculo familiar, en la relación con sus pares y docentes.

Junín tiene estadísticas viales que horrorizan más que preocupar, debido a la cantidad de accidentes diarios que involucran a motos y autos, lo cual genera daños mayúsculos por la falta de uso del casco en sus ocupantes.

Ya decíamos, hace casi tres años, lo que hoy plantea Petrecca a los medios de difusión juninenses como si se tratara de una novedad: “hay una cierta desidia por parte de los conductores de motos (y autos) y es necesario llevar adelante campañas contundentes que vayan ‘encarnándose’ en la comunidad para poder tener un futuro menos trágico en este sentido”.

Advertíamos que “no sirven las motos secuestradas, ni las multas cobradas. El fin recaudatorio en materia vial está siempre por encima del fin humano que debe primar cuando el Estado -también- debe ocuparse de sus habitantes”.

Y por ese motivo propusimos poner “a consideración un borrador para abrir el debate en algún sentido y llevar a los infractores a la escuela con el fin de generar un doble propósito: que sean ellos los que den clases sobre seguridad vial a los alumnos, lo cual -por supuesto- quedaría a consideración de los directivos escolares”.

Debemos pensar, primero, en los muertos y heridos del tránsito juninense, antes de abocarnos a considerar la inviabilidad de proyectos semejantes, ya que la comunidad espera de sus funcionarios y legisladores (también de la comunidad en general) propuestas que busquen solucionar un problema que cada vez se agrava en mayor cuantía.

Dicho proyecto solicitaba “que se permita incorporar en el distrito una alternativa válida al art. 83 inciso ‘d’, del Capítulo II del Código de Tránsito (Ley 24.449) con el objetivo de que el motociclista que resulte infractor por circular sin casco reglamentario, exceso de velocidad  y/o exceso  de pasajeros, tenga la obligación de brindar una charla de una ‘hora escolar’, sobre la ‘Importancia de las medidas de seguridad en el uso de motociclos’, en establecimientos primarios y secundarios del Partido, bajo supervisión de un directivo del establecimiento educativo, quien deberá aprobar o no dicha exposición”.

Demás características y fundamentos podrán hallarse en el artículo que mencionábamos “La cultura en la cabeza” archivado en nuestra página web.

CASTIGAR ANTES QUE CAPACITAR

En varias oportunidades pusimos de manifiesto que las campañas hacia los motociclistas no debían perseguir un castigo sino una capacitación. Hoy hay motos secuestradas en cantidades inauditas con el daño que causa sobre los bienes de quienes han incumplido más por ignorancia e insolvencia que por la acción en sí, con las normas en vigencia.

Pero lejos de crear conciencia se los ha castigado, por caso a los más humildes, dejándolos sin posibilidades de transporte rápido y económico.

Y el resultado no ha sido beneficioso para mejorar la seguridad vial, sino por el contrario.

¿Han disminuido los siniestros por los secuestros? ¿Se ha reducido la cantidad de robos de biciclos?

Fue el motivo que planteamos en una nota de febrero del año pasado que se tituló “Motocicletas y operativos de tránsito en Junín: ¿pedir papeles o pedir disculpas?”.

Advirtiendo, en ese entonces, que “realizar la transferencia de una moto cuesta (NdR: costaba) unos 2000 pesos promedio, lo cual representa muchas veces el 50% del valor del rodado, sin embargo desde las oficinas de inspección de tránsito cada día numerosos funcionarios ‘salen a la pesca’ de usuarios que deben padecer del arbitrio oficial”.

Y ya alertábamos de que “aún hoy el que hacía campañas a favor del tránsito mostrándose como especialista en la materia mientras se disfrazaba de cebra (en alusión a Petrecca), no pudo hacer nada respecto a la mejora más que, como decíamos, tratar de eliminar el mal”.

Poníamos énfasis en que “la premisa de estas acciones ineptas parecen estar enfocadas a: ‘Si algo no lo puedo controlar, trataré de eliminarlo’. De este modo, cada día, policías y empleados municipales montan sobre un camión motos decomisadas por ‘falta de papeles’”.

Petrecca no pudo eliminar las motos, por más que era y es su intención ya que no sabe resolver el problema.

La cuestión sólo se resolverá con trabajo a cargo de especialistas y no con campañas que sólo piensan en obtener una rentabilidad por parte de los comunicadores y comunicantes.

Se resolverá con cultura llegando al origen de la cuestión, llevando las propuestas a la escuela para formar una generación que traiga incorporado el conocimiento.

Se resolverá con capacidad política y no con fotos y proposiciones efímeras.