jueves 25 de abril de 2024

BONAERENSES | 3 feb 2020

Inundaciones: El relato que dejó Vidal no concuerda con la realidad

El subsecretario de infraestructura hidráulica dijo en una entrevista con LaTecla.info que en el río Salado se hizo sólo el 15% de lo anunciado y que los riesgos de avance del agua tratarán de mitigarse en las zonas urbanas


“Va a llegar un día en el que ocho millones de personas dejen de inundarse. Esta vez sí va en serio”, dijo la hoy ex gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal al anunciar, en pleno inicio de la campaña electoral de 2017, las obras de la etapa 4 de la Cuenca del Salado. A casi tres años de la aseveración de la líder bonaerense de Cambiemos, la realidad difiere al discurso y así lo denunció la gestión de Axel Kicillof, según una nota publicada por LaTecla.info.

En 2017, Vidal había anunciado el inicio del tramo IV de las obras correspondientes al Río Salado después de lo que fueron las tres etapas iniciales que se desarrollaron desde el año 2004 hasta el 2015. Las obras IV fueron subdivididas en la etapa 1A y 1B; 2; 3; y 4. De ellas, la mayoría son financiadas con fondos nacionales y solamente el tramo 1B corresponde a financiamiento provincial a través de un crédito del Banco Mundial.

En total, son 212 los kilómetros que abarca el tramo IV de las obras, que inician desde la Laguna Las Flores Chica y termina en la Laguna municipal de Bragado. Al día de la fecha, solamente se avanzó en un 15 por ciento de las obras. “Se hizo un pequeño tramo aguas abajo, que representa menos del orden del 15 por ciento del total de lo que se dijo que tenía que estar hecho”, señaló a LaTecla.info el subsecretario de Infraestructura Hidráulica, Guillermo Jelinsky.

En definitiva, conforme los datos oficiales producto del relevamiento realizado sobre la Cuenca, las obras prácticamente no comenzaron. Solamente la etapa 1A, financiada con fondos nacionales, se encuentra con un avance del orden del 94 por ciento. Mientras que la etapa 1B, que depende de la Provincia con fondos del Banco Mundial, se encuentra en apenas un 9 por ciento de avance. En tanto, el tramo 2 está en 0 por ciento; el 3 llega a 9 por ciento y el 4 quedó en 4 por ciento.

Al igual que ocurrió en diferentes áreas de la gestión, desde agosto último se abandonaron los pagos a los proveedores. Vale recordar que la denuncia inicial fue realizada por el ministro de Salud, Daniel Gollan, sobre una deuda con la única fabricante de gasas de la Provincia. En ese sentido, la situación de falta de pagos se extendió en varias aristas de la administración pública y la Cuenca del Salado no es la excepción a la regla.

“Desde agosto se les debe dinero a las empresas, si bien podrían haber parado la obra, se pusieron a trabajar a un ritmo más lento, ahora les exigimos que trabajen con normalidad y están comprometidas con el proyecto”, detalló Jelinsky.

Con el antecedente de obras sin avanzar, desde Infraestructura apuestan a poner en marcha la maquinaria y que en julio se sienta el avance de las dragas en la Cuenca. La etapa 1B es el próximo paso a seguir y a la cual se le destina “la máxima energía”. Así, el subsecretario de Infraestructura Hidráulica explicó que “las empresas están abocadas a poner en funcionamiento (las dragas), cada draga que hay que traer lleva tres meses ponerla en régimen. Ya hay dos trabajando, dos más están llegando y vamos a llegar a tener entre ocho y diez dragas, antes había cuatro”.

Cuando se le consultó al funcionario acerca de si “¿Se van a terminar las inundaciones?”, Jelinsky expresó: “Hay que tener mucho cuidado cuando se habla de obras hidráulicas, las obras hidráulicas están previstas para una lluvia determinada y un comportamiento determinado, las modificaciones del clima o lluvia dentro del patrón normal pero para crecidas extraordinarias, las obras van a ser superadas. Las obras hidráulicas no hacen que no se inunde, lo que hacen es mejorar la capacidad de escurrimiento y hacen que las localidades y las áreas tengan menos riesgos, mitigan el impacto, pero hay que seguir trabajando desde los programas blandos. Es decir los planes de gestión de riesgo, las medidas de alerta, que hacer con la gestión de la cuenca desde el punto de vista que no es estructural, y sobre todo los planes de contingencia que los conozca la población, la población tiene que saber que hacer cuando se dan medidas más allá de lo normal, para eso tenemos una dirección que fue desactivada y que la vamos a volver a activar donde vamos a trabajar en la reducción del riesgo, sería una falacia y muy peligroso decir que vamos a terminar con las inundaciones, vamos a reducir el riesgo de las inundaciones. Para eso vamos a crear planes específicos, se va a mejorar el escurrimiento para determinadas crecidas y vamos a trabajar el riesgo sobre bienes y la población”.

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