miércoles 2 de julio de 2025

LOCALES | 13 feb. 2020

ANALISIS SEMANARIO

La salud pública ¿colapsa o sigue?

La situación por la cual atraviesa el HIGA Abraham Piñeyro es de extrema complicación. Los intentos por reflotar la atención y la infraestructura aparecen complejos y la recuperación de insumos es hora a hora y por goteo. Breve radiografía de una historia negada.


Por: Semanario

Tras las PASO del año pasado, los recursos destinados al Hospital Abraham Piñeyro se cortaron hasta la máxima expresión. Algunos advierten que cuando llegó la nueva administración a hacerse cargo este año, no había siquiera suero en existencia. Ayer mismo amenazaron con cortarles las raciones de comida.

Este no es un relato aislado. Funcionarios de la región sanitaria e incluso el PAMI, coinciden en la despreocupación que generó al gobierno anterior haber perdido las primarias y quedar en desventaja hacia octubre.

Estos dichos se concatenan con los padecimientos de jubilados y pensionados que fueron reflejados profusamente en las páginas de SEMANARIO.

La falta de vacunas del calendario escolar también fueron advertidas antes de mediados del año pasado y hasta hoy no se ha podido restaurar en su totalidad.

La crisis inflacionaria, la devaluación y el endeudamiento tal vez no alcancen para justificar la mala praxis, pero es claro que se dejó de pagar a los proveedores la deuda que existía y la que algunos siguieron acumulando.

¿Cómo recuperar lo perdido en cuatro años y otros tantos hacia atrás?

El punto es complicado y quizás el recurso más necesario para el restablecimiento de la salud pública hoy, sea el tiempo.

Tener tiempo para pagar a los proveedores y recuperar la confianza, tener tiempo para dotar de lo mínimo necesario al nosocomio y no hacer estallar uno de los pocos baluartes que tiene la región para que algún día lejano o cercano, sirva a los fines para que fue creado y es el practicar la medicina y que favorezca a la región.

Tomando como parangón lo que ocurre con el gobierno nacional, donde arrecian los reclamos para que en 60 días se corrijan errores que ya llevan 50 años, es indudable que se requiere algo más que un fuerte espíritu a favor del sanitarismo.

Con problemas de falta de insumos, reclamos gremiales, intereses políticos y el reacomodo de los funcionarios que estarán a cargo, hará falta seguramente algo más que críticas y es que la comunidad en general -de toda la región- comience a interesarse y a sumar a favor de la gestión.

No se trata de quien firme o no los pedidos de prótesis, medicamentos, reparaciones variadas y nuevas obras, se trata de restaurar una cadena de pagos que se cortó y que no se puede anudar rápidamente porque los privados no confían en el Estado.

Hay deudas con las clínicas, con IOMA, con los bioquímicos y los farmacéuticos. Hay muchas deudas. Pero particularmente la deuda es con la sociedad.

Si los intendentes, legisladores, concejales y entidades intermedias hoy no entienden que el “hospital somos todos”, y que no habrá salud para todos sino para pocos y no han sido elegidos precisamente para eso.

Los que son parte de esta situación decidirán si el hospital colapsa o sigue, por lo que, más allá de cualquier interés político, deberá primar el interés social.

 

 

 

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