viernes 19 de abril de 2024

LOCALES | 25 feb 2020

Mirada extrema

De victorias y fracasos

Escribe Andrés Rissolo.


Todo está como era entonces. La casa, la calle, el río. Los árboles con sus hojas, los galpones cerrados y corroídos. El mendigo en la puerta pidiendo para paliar su hambre y una deteriorada pista que ya no permite el despegue de las ilusiones de nadie. Todo está, nada ha cambiado. El horizonte es el mismo. Lo que dicen esas brisas ya, otras veces, me lo han dicho.

Tal como estaba previsto, el ministro de Transporte de la Nación, Mario Meoni, recibió en su despacho al intendente de Junín, Pablo Petrecca, en el primer encuentro desarrollado en esta nueva gestión gubernamental.

En esa extraña paradoja que el destino siempre tiene preparado para escribir la historia, los adversarios vuelven a encontrarse: vencedor y vencido, vencido y vencedor. El juninense y el  ascensionense, el actual y el ex, el ministro y el intendente. Frente a frente. Definidos por sus posiciones, un ineluctable trebejo se imponía entre ambos.

Al menos unido por ese visceral odio a los peones y a los rigores de las formas y códigos del combate, los jugadores ahora rigen las lentas piezas. Las sonrisas de rigor disimulan las hieles del encuentro. La ignominia de llegar hasta el chaflán inferior del estrado de quien manda, en un estado de reverencia e instancia de súplicas, se condice con el acíbar, producto de la visita no tan bien tolerada. Todo ello determina el severo ámbito en que se odian dos colores,  donde lo negro y el blanco libran su batalla.

En el medio de la acometida, cuando cada jefe deglute las uvas que significan la pérdida de un hombre en batalla y su jugo es la sangre derramada, es cuando cada uno defenderá sus miserias y ostentará sus ambiciones. En el trebejo del poderío, la preocupación de un grupo de insoportables reunidos bajo el concepto de ciudadanos, no le importa a nadie.

Menos para los consagrados por ir tras la búsqueda del poder. Perfectamente expuesto quedó en éstas últimas elecciones que los votos no valen nada, contra una excelente red entramada de traiciones, contactos y lealtades de ocasión, que al final son las que los ubicarán en un cómodo sillón de ministril. Desde allí se atenderán asuntos importantes.

En tanto, y como para distraer la atención de los contertulios, ciertos postergados pretenden engañarnos con discursos llenos de falsedades. Hasta las proposiciones para la solución de los problemas locales  marcan el signo de un desprecio conjunto. El arreglo para  la pista de aterrizaje del Aeroparque Junín por los medios normales y la falta de creación de trabajos genuinos son paradigmas de ello.

La propuesta de balizamiento de la pista de tierra del Club de Planeadores de Junín es otro revés presentado como una propuesta paliativa. El club de vuelo a vela de nuestra ciudad, otrora sede del IX Campeonato Mundial de la especialidad realizado del 10 al 24 de febrero de 1963, recibió los más altos elogios por su organización y desarrollo.

Aún hoy la entidad es destinataria de las más altas consideraciones a nivel nacional por la impecable tarea realizada por las sucesivas comisiones directivas que la han llevado a ser, y la sustentan, como una de las instituciones de gran prestigio en el país.

El predio del aeródromo “Laguna de Gómez” se muestra como alternativa a la actividad aérea protocolar y sanitaria que debe prestar el aeroparque “Junín”, merced a las arduas tareas de recuperación de la pista tras las reiteradas inundaciones, junto al mantenimiento de los hangares, aeronaves y el propio club en manos de sus activos socios.

La escuela de pilotos pone en evidencia la jerarquía de un linaje bien sentado en la historia con nombres como los de Rafael Frene, Juan Sadoux, José Casais, y otros más noveles como Claudio Larentis, Javier Gaude, Manuel Darraín, entre otros, que siguen dando muestra de cómo ser muy buenos pilotos .

Muy merecido sería el alargue y la iluminación de la pista del Club de Planeadores, pero de ninguna manera, y menos por la ineptitud y haraganería de los gobernantes juninenses, se puede dejar en el olvido y destinar a otras cuestiones al Aeroparque Junín.

A esta altura de los acontecimientos es absurdo llegar a creer siquiera que nadie pueda destinar los recursos necesarios como para el arreglo del aeroparque. Muchas localidades de alrededor de nuestra ciudad fueron bendecidas por los favores políticos. Nuestra ciudad ni alineada ni desalineada, ni vestida ni desarropada, recibe la atención necesaria.

Una pista con características de 1.500 metros de largo, 30 de ancho, con una traza asfaltada sobre una carpeta base de 50 cm da seguridad y confianza a los pilotos que aterrizan una aeronave bimotor, de dos toneladas de peso, que viene en descenso a una velocidad de 150 Km/hs. La actual pista deportiva cubre eventualmente estos descensos pero su fin es para el tránsito de aparatos livianos tal como lo concibe el amateurismo.

Diariamente vemos como millones en divisas se fugan del país en sobres, valijas, a cuentas particulares, paraísos financieros u otros destinos. Es sorprendente la actitud de no pocos que como hijos de ricos desprecian la citada aerostación, a no ser para beneficiarse luego con otro magnifico negocio inmobiliario. Las peticiones siguen sin respuestas. Es difícil saber en quién confiar después de tantos años de mentiras e imposturas.

Quienes no quisieron hacer la obra de reparación de la pista, hoy intendente y ministro, se reúnen en un ministerio. No los une el amor por la ciudad más bien el espanto por la pobreza. La pasión por el poder los delata. Tras la reunión, no hubo información oficial sobre los temas abordados ni las definiciones a las que se arribaron, ya que como bien comprenden y comparten ambos, en un periodo político democrático no deben rendir cuentas de nada a nadie.

La gran farsa de las elecciones ha pasado y la realidad se despojó de las mentiras y engaños que dicen que el pueblo gobierna a través de sus representantes, de las transparencias de los datos y de las gestiones del gobierno. El ostracismo oficial nuevamente volvió a cerrar su caparazón creando la cámara anecoica que aísla de todo reclamo o perturbación a los administradores “electos”.

En ésta pugna por el poder, donde los endebles y sus destinos quedan de lado, hay una competencia en esto de jugadores, ídolos, y aquellos que se sienten con poder que es imposible de deslindar. Quizás Jorge Luis Borges pudiera guiarnos en algo cuando se preguntaba: “Dios mueve al jugador, y éste, la pieza. ¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza de polvo y tiempo y sueños y agonía?”.

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