Por: Redacción Semanario de Junín

Cuando estaba Daniel Kelly al frente de la Agencia Municipal de Seguridad Vial, la dirigente Rosana Pedraza se hizo famosa porque advertía -a través de las redes sociales y con un cartel a unos metros de distancia- que se estaba llevando a cabo un operativo de control en la vía pública y se retenían las motos.

Bueno, de esa época a hoy, lo único que cambiaron fueron los personajes protagonistas y ya no se los ve más a Kelly ni a Pedraza. Pero el resto, todo sigue igual.

Tal vez hay un poco menos de picadas de motos, esas que azolaban a los vecinos de la avenida San Martín, y mucha más policía acompañando a los inspectores, incluso haciendo sus propios controles de vehículos. Hasta ahí. Después, Junín sigue sin colectivos, con una moto cada 2 habitantes y con el caos más despampanante que pueda imaginarse.

“Si aprendés a manejar en Junín, podés manejar en cualquier parte del mundo”, es un dicho popular que ha cobrado relevancia con el paso del tiempo, a medida que los muertos se siguen sumando en las calles y las autoridades no atinan ni en forma remota, a cómo empezar a dar solución a esta problemática que desde que desapareció el transporte urbano fue creciendo sin pausas.

Las esperanzas estaban renovadas con la nueva gestión, tras años de la “Agencia Recaudadora” a manos del líder del Frente Reciclador, doce años en el gobierno de Junín. Después que Pablo Petrecca se hizo conocido tras salir por el centro con sus allegados más audaces disfrazados de cebra, cuando llegó al gobierno todos pensaron: “Ahora sí, ahora se trabajará en serio el tema tránsito”.

No tenía mucho para elegir y alguien le arrimó el nombre del bombero más conocido, ya retirado, que aceptó el desafío. Eduardo Naya se hizo cargo de la Agencia de Seguridad Vial en diciembre de 2015.

A un año y medio de gestión, podría decirse que salvo por sus frecuentes apariciones en medios de comunicación y su verborragia incontrolable, su gestión no tiene diferencias respecto a la de su antecesor Kelly.

En Junín se perdió el sentido de la prioridad en el paso, no se conocen las señales de tránsito, el semáforo es un elemento de adorno en las esquinas, las rotondas son para molestar y pasa el primero que llega o el más audaz para encarar, las motos pueden transformarse en minicolectivos familiares, se olvidaron las esencias de los carriles derecho e izquierdo de una calzada, las velocidades máximas fueron establecidas para violarlas y cualquier lugar es útil para estacionar si deja al conductor cerca del destino.

Esto era antes así, y así sigue siendo. No hay campañas de educación o concientización, no hay multas ‘ejemplificadoras’, no hay operativos en zonas ‘peligrosas’... Como antes, se sigue castigando solamente al trabajador al que le falta algún papel para circular, pero jamás se detiene al que viene de zonas conflictivas, con escape libre y sorteando cualquier tipo de señalización vial. Esos, los que desafían en cada esquina el valor de la vida propia y ajena, nunca fueron objeto de una multa.

LAS SEÑALES

Mientras tanto, la mayoría de las sendas peatonales están un tanto despintadas y los carteles con los nombres de las calles y sentido de circulación casi ni se ven.

Pero las camaritas picaronas ocultas en algunos puntos neurálgicos, como la esquina de Rivadavia y Libertad, se hacen un festín con los distraídos que ‘pisan’ la senda peatonal, entre las infracciones más graves. Porque a esos otros, los preparados, no pueden tomarles la patente que no llevan.

Con eso se recauda a paladas. Los informes llegan al domicilio del propietario del vehículo y no hay discusión que valga: aunque las sendas no estén pintadas, el automovilista debería saber que están allí. Así que la política es así: pague y después proteste, total no va a tener suerte.

POCA COSA

Lo más relevante de la gestión Naya es que sacó las motos que estaban en las veredas de las comisarías y compactó unas cuantas que jamás habían sido retiradas, así que con el paso del tiempo se habían transformado en chatarra.

Recién después de muchos accidentes y hasta un muerto, el tema de los caballos mereció especial atención y un atisbo de solución. Después, nada más para resaltar.

Según dicen, el 44 por ciento de los infractores son menores de 17 años, en moto y sin registro habilitante para conducir. “Necesitamos generar conciencia en los padres, porque es un porcentaje muy alto, y ninguno tiene carnet porque se puede sacar recién a los 17 con autorización de los padres”, decía al inicio de sus tareas Eduardo Naya. Un año y medio después, no hay variantes y en 8 meses, ya se computa la media docena de víctimas fatales en las calles juninenses, un número por demás de alarmante.

EMERGENCIA

Aunque casi nadie lo recordaba, el primer año de gestión de Pablo Petrecca pasó en emergencia vial, que había sido decidida tras una audiencia pública en marzo de 2015 y sancionada por el Concejo Deliberante en octubre de ese año. Rigió hasta diciembre del año pasado.

Hace unos meses, los kirchneristas decidieron que era un buen punto para tener en cuenta y se mostraron preocupadísimos por el tránsito y la falta de colectivos, una promesa de campaña del actual gobierno que no se cumplió aún.

Repasemos los puntos más importantes de la ordenanza anterior, en cuanto a las herramientas que brindaba al Ejecutivo la declaración de emergencia:

– Campañas de concientización y educación a realizar por parte de la Agencia de Seguridad Vial.

– Acciones a llevar a cabo por la autoridad de aplicación, en lo referente a prevención y control.

– Inversión a realizarse en la implementación, tanto en obras de señalización como en mejoramiento de calles, pavimentación y repavimentación, y los plazos de realización de las mismas.

– Movimientos de partidas necesarios para cubrir con los gastos que surjan del plan integral de seguridad vial.

– Diseño de cursos obligatorios a implementarse en escuelas secundarias, en coordinación con los organismos provinciales, para todos los alumnos con edad suficiente para tener el registro de conducir habilitante.

Señor vecino: si no vio nada de todo esto hecho realidad, acertó. Así que la pregunta inevitable es: ¿qué hace suponer que se hará algo con la nueva declaración de emergencia vial, sancionada en junio de este años?

En realidad, es hora de volver a las fuentes. Volvamos a las cebras que nos daban esperanzas, señor Intendente, analicemos la gestión del bombero en la AMSV y arranquemos de una vez a proteger vidas.

2017: DOCE MUERTOS

Hoy a la madrugada, en Benito de Miguel y Padre Respuela, perdió la vida Jesús Funes, de 27 años, al chocar su moto contra una camioneta Renault Sandero, conducida por Ángel Tabarosa (44). La víctima fatal se movilizaba en una motocicleta Yamaha 160 cc, en la que también viajaba Jorge Felipe Zazo quien se encuentra internado en terapia intensiva en el Hospital Interzonal Abraham Piñeyro.

El sábado 1 de julio falleció Alexis Villarruel, jugador de la quinta división del Club Defensa, quien había sufrido un accidente en moto el lunes 19 de junio en Winter y Almirante Brown.

El 6 de junio, como consecuencia de un choque entre un automóvil y un caballo, en la Ruta 7, a la altura del kilómetro 255, murió Antonio César Mugávero, de 79 años.

El anterior caso había sido el día 2, cuando la pequeña Morena Molina dejó de existir luego de permanecer unos días internada, tras ser atropellada por un vehículo conducido por un joven, de 19 años, que se dio a la fuga.

Días antes, el martes 24 de mayo, perdió la vida la docente jubilada Martha Carpaneto de Jaureguizar, de 76 años, al colisionar su auto contra una máquina del municipio, en el Camino al Balneario y Los Ombúes. El choque ocurrió de manera frontal, entre un automóvil Peugeot 206 -conducido por la víctima- y una máquina motoniveladora adquirida recientemente por la Municipalidad de Junín para realizar mejoras en caminos rurales afectados por la inundación.

En abril se produjeron cuatro muertes. El sábado 2, en un accidente ocurrido en Comandante Escribano y Ruta 188, colisionaron un Fiat Palio Weekend, conducido por Sergio Cortez y una moto marca Guerrero 110 c.c, dominio 317 LET, cuyo conductor, Gonzalo Lazzatti de 27 años, falleció en forma instantánea.

El sábado 8 de abril, luego de casi diez días de cuidados intensivos, falleció otro joven motociclista accidentado: Santiago Andrés González, de 19 años, quien había chocado con su moto el 29 de marzo, en un choque ocurrido en Padre Ghío e Italia.

Además, el jueves 27, Ricardo Horacio Zona era el conductor de una moto Appia 110, acompañado por Gladys Mabel Silva. Ambos fallecieron como consecuencia del impacto sufrido al colisionar contra un camión perteneciente a la Municipalidad de Junín.

El sábado 19 de marzo falleció Jonathan Dabul, cuando intentó esquivar a un perro que se le cruzo en avenida Pastor Bauman al 400. Perdió el dominio de la unidad y golpeó primero contra un cartel y luego contra un vehículo que se encontraba estacionado.

El 24 de febrero falleció el joven de 26 años Luciano García Roques, tras haber colisionado la moto que guiaba contra una camioneta de la empresa EDEN, en La Plata y San Martín.

Mabel Susana Acevedo, de 61 años, falleció el 17 de enero, tras haber sido atropellada por un motociclista que se dio a la fuga el 5 de noviembre último y nunca fue identificado.