miércoles 24 de abril de 2024

BONAERENSES | 16 may 2020

PASTORES POR LA GENTE

Religión y estado, asuntos separados


"Indigna ver que aquellos que se han comprometido ante Dios para asistir a los más necesitados huyen de su papel de ayudadores para ponerse las ropas del ayudado",dice el comunicado difundido por Pastores x la Gente.


Desde el espacio Pastores x la Gente (PxG), queremos exponer ante la ciudadanía de la República Argentina nuestra posición vinculada a la relación entre el Estado Nacional y las diferentes religiones que se desarrollan en nuestro país.
 


 

Sostenemos la total y absoluta separación entre cualquier credo o religión con el Estado, el cual debe ser aconfesional, pues representa a todos los ciudadanos de la patria sin distinción.

 

Históricamente, la Iglesia Evangélica lucha por la separación de la Iglesia y el Estado, sin embargo en los últimos años observamos con dolor sectores de nuestra confesión evangélica que, lejos de bregar por la igualdad de la sociedad, anhelan y procuran alcanzar prerrogativas que detenta la religión oficial, procurando igualar sus privilegios en lugar de exigir la derogación de los mismos.

 

Este avance sistemático de la religión sobre el Estado, acentuado en épocas de gobiernos de facto, procura alcanzar una posición dominante, que ahora suma nuevos aspirantes.

 

Ante la presente pandemia mundial provocada por el virus COVID19, asistimos perplejos ante el proyecto presentado en la Legislatura de la provincia de Mendoza para que el Estado subsidie a las religiones. Propuesta que ha resonado en las voces de diferentes clérigos en otras regiones de nuestra Nación.


 

Indigna ver que aquellos que se han comprometido ante Dios para asistir a los más necesitados, ante una crisis sin precedentes, huyen de su papel de ayudadores para ponerse las ropas del ayudado.

 

Nos oponemos a toda forma de sostén de las religiones con recursos del erario público, hechas en forma directa o indirecta. La Iglesia y las religiones no pueden recibir nada que el resto de las organizaciones que sirven a la sociedad no reciba.

 

Creemos y practicamos la solidaridad anónima, fruto del esfuerzo de nuestras comunidades de fe, que no recurren ni a aportes del estado, ni a esfuerzo de terceros para dar, pues es nacida del amor que no procura retribución alguna.

 

Rechazamos que en la contención de los más humildes se mezclen tareas propias del Estado, recursos de empresas y mensajes religiosos. Esto provoca que quienes reciben la tan necesaria ayuda, lleguen a cuestionarse a quién y de qué forma deberían agradecer por recibir algo que es su derecho humano, constitucional y legal.

 

Laboramos incansablemente por una patria de iguales, que por medio de la equidad produzca el ascenso de los que menos tienen, produciendo en nuestra sociedad un verdadero estado de justicia legal, social y económica.

 

Que la paz que sobrepasa todo entendimiento gobierne nuestros corazones.


 

Juntos saldremos de esta hora de prueba que nos azota, sin dejar a ningún hermano ni compañero a la orilla del camino.

 

República Argentina, mayo de 2020.

 

 

 

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