La pandemia no cambió nada: sólo dejó al descubierto actitudes, conductas  y formas de gobernar que ya existían, pero no se trascendían tanto.

Esto sucede en Junín: el municipio no empezó ahora a ser poco transparente y desordenado, y habitual ocultador de información sobre los procesos y los dineros públicos. Siempre fue así, y en esta situación de emergencia, sólo quedó más expuesto a la opinión pública.

Felizmente, la secretaria de Desarrollo Social, Marisa Ferrari, salió en las últimas horas por medios periodísticos amigos para declarar, sin contrapreguntas por medio, que la Municipalidad de Junín tenía “un núcleo de 2.000 familias que veníamos asistiendo, y ‘ahora’ se sumaron 4.500 más”.

Así, números en general, sin precisiones de los supuestos trabajos de campo realizados. Algo que debe ser difícil, porque las asistentes sociales –una labor más importante que nunca para detectar necesidades y situaciones extremas en la ciudad- en la pandemia permanecieron ‘trabajando’ desde sus casas.

Si es que lo hay, no se conoce el programa de acción en los barrios, los focos de mayor concentración de las necesidades, el listado, el cronograma de distribución… nunca se informó sobre la actividad.

Además, la funcionaria municipal se olvidó un detalle: no es el municipio el que “asiste” a todas estas personas, ni el que provee el SAE, el dueño de las Tarjetas Alimentar y ni siquiera el artífice de la donación de papas de una empresa multinacional. Es un simple administrador que está a cargo del reparto de fondos enviados especialmente por la pandemia por la Nación y la Provincia, y también de las donaciones privadas que se solicitaron desde el inicio, con depósitos que debían realizarse a una cuenta abierta, y de la que jamás se dio cuenta. Incluso donaron los legisladores y concejales parte de sus dietas. El Intendente nunca informó sobre cuánto se había recaudado y cuál había sido el destino de ese dinero, producto de la solidaridad de la gente.

EL RECLAMO OPOSITOR

Desde la oposición, hace unos días la concejal Natalia Donati denunció que “hasta ahora, a más de 50 días del inicio de la pandemia, no se informó nada” por parte del municipio.

Según los propios laderos del jefe comunal “recién ahora el Intendente está armando un informe ahora, luego del pedido del 20 de abril que presentaron Valeria Arata, Gustavo Traverso y Victoria Muffarotto y del pedido que hicimos desde el Frente de Todos en la comisión de presupuesto el lunes 11 de mayo. Tanto los vecinos, como los concejales y los legisladores hicieron donaciones. Nada se sabe qué pasó con eso”.

“También llegaron más de $1.300.000 que envió la provincia para comprar insumos y alimentos y no se informó. El gobierno nacional envió $ 2.000.000 y tampoco se informó qué se hizo con eso”, remarcó Donati.

SOLIDARIDAD

Lo que sí es algo notorio es la solidaridad juninense en esta pandemia. Surgieron con más fuerza los comedores y merenderos, se abrieron sociedades de fomento y clubes, y desde los más recónditos lugares se reparten viandas para los más necesitados.

Del otro lado, sin jamás aprender la lección, sacarse fotos, buscar rédito político y “parecer” es la consigna. Un gobierno de puertas cerradas y sin comunicación sobre lo que hace con la plata de los juninenses, pero siempre con una campaña marketinera debajo del brazo.