Por: Redacción Semanario de Junín

Lorenzo Aspe, uno de los referentes más queridos de la congregación marianista, murió ayer a los 104 años de edad.

“El Gallego” fue uno de los fundadores del Colegio Marianista de Junín, y dedicó su vida a la formación de incontables generaciones de chicos y jóvenes, cultivando el conocimiento, aprendizaje y procurando desarrollar su capacidad como patrimonio genuino de su crecimiento y desarrollo individual y colectivo.

Pero más allá de su vocación religiosa, uno de los pilares de su obra social, moral y humanitaria -silenciosa e inconmensurable- estuvo destinado a la ayuda y colaboración de la comunidad, particularmente de los sectores más humildes y postergados.

Con su impronta y camino recorrido, Aspe fue un protagonista trascedente en la historia y construcción de nuestro pueblo, donde vivió 28 años.

El religioso había nacido en Vitoria (España) el 10 de agosto de 1913. Fue alumno del Colegio Marianista de su ciudad natal, donde recibió el llamado a ser misionero.

A los 16 terminó el noviciado e hizo su profesión religiosa. Llegó a Buenos Aires a fines de 1939, finalizada la Guerra Civil Española, para sumarse a la misión marianista en la Argentina, y dedicó desde allí toda su vida a la educación con un particular estilo y una presencia significativa que sus exalumnos no olvidan.

En 1965 formó parte del primer grupo de religiosos marianistas que iniciaron su misión en Junín. Durante muchos años fue profesor de diferentes materias. Se lo recuerda por su estilo particular, por su impronta y por sus creativos métodos pedagógicos. Luego de jubilarse, colaboró con proyectos de viviendas para familias carenciadas.

A fines de 1992 lo destinaron a Catriel, en Río Negro y, cuatro años después, regresó a Buenos Aires.

MERITO AL CIUDADANO

En 2013, el Concejo Deliberante de Junín sancionó por unanimidad una ordenanza que instituyó con el Título de “Mérito al Ciudadano" a Lorenzo Aspe quien cumple sus cien años de vida 

El proyecto fue presentado por el entonces Presidente del cuerpo, Pablo Petraglia, ex alumno marianista, quien fundamentó la esencia de la distinción con estos términos: "Para todos aquellos que hemos transitado nuestra vida escolar tanto en la primaria como la secundaria insertos en la comunidad marianista la figura de Don Lorenzo Aspe fue fundamental para el crecimiento personal a varias generaciones juninenses. Desde el magisterio o por los barrios humildes de nuestra ciudad Don Lorenzo con su presencia y con su traje gris que siempre lo caracterizó, fijó una imagen que recordamos. Ya sea con una tiza en la mano o construyendo casas, armando él mismo los ladrillos. Sus acciones reflejan una serie de valores fundamentales: trabajo, esfuerzo, constancia, dedicación, humildad, tesón y la alegría enmarcados en el carisma de la familia marianista. Fue y es un ejemplo. Deviene oportuno y necesario que el Honorable Concejo Deliberante, como genuino representantes de la ciudadanía, haga efectivo el reconocimiento a quien anónima, desinteresada y humildemente se ha puesto al servicio de los demás aportando desde su lugar un gran grano de arena al crecimiento de un Junín mejor".

 Una de las últimas imágenes de Don Lorenzo Aspe. A sus 104 años leía sin ayuda de lentes.