

Por: Redacción Semanario
A un mes de haberse declarado la emergencia por violencia familiar y de género en la Provincia de Buenos Aires, en Junín la falta de acciones e información en ese sentido es sin duda preocupante, y las funcionarias a cargo de la tarea están encerradas en capacitaciones individuales y grupos de chats de amigos en lugar de cumplir con las acciones correspondientes.
Precisamente, el 21 de mayo pasado y en una sesión llevada a cabo por videoconferencia, el Senado bonaerense aprobó por unanimidad la ley que declaró la emergencia en materia de violencia familiar y de género en la provincia de Buenos Aires que autoriza al Poder Ejecutivo a disponer y reasignar partidas para atender esa problemática.
La iniciativa había sido aprobada una semana atrás en Diputados.
Y mientras Petrecca se apuró a que sus concejales le votaran la emergencia económica porque supone superpoderes y manejo de efectivo, esta emergencia por violencia pasó inadvertida y pone en riesgo a familias juninenses, su condición y su dignidad.
La norma encomienda al Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual bonaerense a “llevar adelante las acciones necesarias para prevenir y asistir situaciones de violencia familiar y por razones de género y diversidad, a cuyo efecto estará facultado a disponer y reasignar las partidas presupuestarias necesarias”.
Para ello, propone dar prioridad a fortalecer la Red de Hogares Integrales, articulando las intervenciones entre las distintas jurisdicciones, construyendo procedimientos y protocolos comunes de ingreso, permanencia y salida y adecuando estándares básicos comunes de atención.
También autoriza al Ejecutivo a la contratación directa de hoteles, hosterías, hostales y todo tipo de establecimiento que brinden servicios de hotelería o alojamiento temporario, a los efectos de que transitoriamente cumplan las funciones de refugios temporarios.
Según la ley, esos refugios funcionarán como instancias de tránsito para la atención y albergue de las personas víctimas de violencia y la de sus convivientes, que puedan ser objeto de situaciones de violencia y la permanencia en su domicilio implique una amenaza para su integridad psicofísica y sexual.
Vale recordar la infinidad de promesas de Petrecca acerca de los refugios que nunca concedió.
En los fundamentos se consignó que la violencia familiar y por razones de género y diversidad “es una flagelo que afecta a nuestra sociedad hace mucho tiempo, pero lamentablemente la coyuntura actual que prevé el aislamiento social preventivo y obligatorio para todas las ciudadanas y ciudadanos, conlleva un peligro extra para las víctimas de violencia por razón de su género”.
Además, se hizo referencia a que en los tres primeros meses del 2020 se produjeron 86 femicidios en nuestro país y solo en el mes de marzo hubo 24, es decir, uno cada 29 horas.
JUNÍN: PROMESAS E INACCIÓN
En medio de la pandemia por coronavirus y producto del aislamiento obligatorio, los casos de violencia familiar y de género crecieron de manera constante, sin embargo en nuestro medio la inacción del área resulta de gran preocupación.
El marketing municipal al que es tan afecto el gobierno de Pablo Petrecca no publicita los medios de ayuda tanto de números de teléfono o redes sociales para las víctimas de violencia.
Nora Meres, directora de Género, en cambio se rodea de un grupo de amigos y prensa de chat en el cual digita los temas a desarrollar y el contenido de éstos, mientras que aduce formar parte de una “mesa sectorial” compuesta por concejales y la justicia, pero que en verdad parece funcionar desde las sombras ya que nunca ha dado a conocer su postura acerca de las deficiencias que presenta el distrito en materia de atención a la violencia familiar y de género y la falta de un trabajo preciso en cuanto a datos censales.
Incluso, cuando se hizo público que el locutor radial Ricardo Avaca, de trato cercano con el intendente municipal, maltrató públicamente a una periodista del diario La Verdad denigrándola en su aspecto, el área que conduce Meres, los concejales (oficialistas y opositores), los funcionarios y la justicia sólo mostraron su irresponsable silencio, tal vez para seguir manteniendo algunos minutos de “aire”.
En este escenario, la atención de las cuestiones de violencia familiar y de género en Junín se encuentran en un punto muerto hasta tanto no se abra de modo franco la participación institucional, a partir de una mesa multisectorial como existe en la mayoría de los distritos bonaerenses.
Y mientras la ex jefa de prensa promete seguir capacitándose y la pregunta que surge es hasta cuando seguirá el intendente poniendo legos en su gabinete, las carencias aumentan cuando más se necesitan.
Sin los refugios prometidos, sin acciones de real valor preventivo, sin debate y sin convocatoria, muchas vecinas hoy están pasando por dificultades sin saber adónde recurrir.
En esa realidad, Meres promete –una vez más- a través de una gacetilla de prensa que "se conformarán mesas locales, de las que participarán organismos e instituciones de la comunidad con el objetivo de trabajar todos juntos en esta materia y concientizar sobre la importancia de la erradicación de la violencia. En este marco, también pensaremos en acciones para acompañar al colectivo LGTB". Casi una burla este último párrafo para el colectivo trans que viene reclamando hace tiempo el cumplimiento del cupo laboral en el municipio y nunca logró una audiencia con el jefe comunal.
Otra puesta en escena del equipo Petrecca que, a veces por incompetencia pero casi siempre por insensibilidad, deja de lado las responsabilidades del Estado hacia los más desvalidos, los más violentados.