sábado 5 de julio de 2025

LOCALES | 28 jun. 2020

PARA REFLEXIONAR

¿Qué hacer cuando los discursos de odio se naturalizan?

BabyEtchecopar, misógino compulsivo y maltratador serial fue duramente criticado por sus palabras hacia Cristina Kirchner e incluso su procacidad llegó al Concejo Deliberante de Junín. Ricardo Avaca, comunicador local, maltratador radial de su propia compañera, ni siquiera brindó disculpas sentidas por su brutalidad ¿Cómo seguir en una ciudad donde la violencia parece no llamar la atención?


Por: Redacción Semanario de Junín

“No es un fenómeno nuevo, pero sí actual, lo que provoca el regreso de interrogantes nunca del todo saldados. ¿Qué hay que hacer cuando desde los medios de comunicación o en las redes sociales aparecen discursos agresivos, misóginos o discriminadores?”, se pregunta Victoria Ginzberg en una nota aparecida en Página 12, sobre machismo, discriminación y violencia en los medios y bajo el título “De Baby Etchecopar a los trolls: ¿qué hacer con el discurso del odio? “.

Y la periodista se plantea acerca de que “la difusión implica su propagación y puede amplificarlos, pero, por otro lado los mensajes no desaparecen si no los mencionamos, se ventilan en otros lugares, probablemente sin contexto ni repudio. ¿Cómo se logra un equilibro? ¿Penalizarlos viola la libertad de expresión?”

La actual titular del INADI, Victoria Donda, apunta a que el instituto que dirige “todavía no puede establecer sanciones pero, sin prejuzgar, en un caso como el de Etchecopar sospecho que lo haríamos. De todas formas-dice la titular del organismo- lo central sigue siendo construir masa crítica que haga que Baby tenga menos audiencia y no más. Eso se hace dando lugar a todas las voces y generando buenos contenidos en medios de comunicación”.

Mientras, en otra parte de la nota, Miriam Lewin, flamante Defensora del Público, sostiene que: “Es a través del activismo y de la pedagogía que vamos a construir buenos resultados. La trayectoria de los organismos de derechos humanos y del movimiento de mujeres marcan el camino”.

Ahora bien ¿Este tipo de deconstrucciones pueden generarse también en las comunidades como Junín? ¿O acaso la misoginia y el mensaje de odio desde los medios puede seguir adelante, incluso con 100.000 habitantes que se presumen atentos en su mayoría a la información y formación?

Resulta llamativo que este tipo de manifestaciones no calen hondo en la ciudad, que al igual que todo el país ha padecido femicidios y padece violencia de género y maltratos cotidianos.

Hasta puede resultar peligroso que incluso la clase política y las organizaciones diversas, silencien casos de similar estofa cuando el mensaje de odio y misoginia es realizado por un trabajador de prensa local tal como aconteció con Ricardo Avaca (que sufrió el repudio de otros colegas) desde los micrófonos del grupo La Verdad y cuyo provocador y patético insulto sólo refirió excusas vagas de su parte, sólo porque una organización que trabaja para evitar el maltrato lo puso en evidencia.

Más aún cuando el caso del que habla el país por su provocación estúpida, fue llevado para debatir en el Concejo Deliberante local, cuyos integrantes guardaron un vergonzoso silencio, ante la denuncia para quien ha sido muchas veces su interlocutor.

Precisamente, los hechos de violencia de género y los discursos de odio, que hoy cuesta erradicar precisamente por haberse naturalizado, deben ser tomados con la verdadera dimensión y responsabilidad que le cabe a los dirigentes y a los funcionarios, pero ya sea a nivel nacional, como provincial, comunal o barrial.

Quienes cumplen tareas en un medio de difusión son servidores públicos que deben atender a las necesidades de la gente y no a sus propias miserias. Y los pueblos deben trabajar por una comunidad mejor donde todos sean respetados y no sólo aquellos que alcanzan un poco más de magnitud.

 

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