miércoles 2 de julio de 2025

DEPORTES | 30 jul. 2020

Pablo Magnín

"Amo el fútbol pero si no tenés quién te haga ver la realidad, es complicado"

El delantero que negocia su continuidad en el verde declaró que el mundo del fútbol a algunos les hace creer un mundo irreal. "Todos te dicen que sí, tenés auto, comida, te ves en la tele pero es bueno tener a alguien que te baje a tierra porque sino, te crees un cuento que no es".


Pablo Magnín reconoció que ama la profesión, "pero es una jungla". A su vez, remarcó que "si no tenés a alguien que te haga ver la realidad, es complicado". El futbolista que terminó su contrato este 30 de junio con Sarmiento y por el cual, el club negocia su continuidad, reflexionó sobre su actividad profesional y lo difícil que a veces puede ser el entorno por las presiones y demandas de factores externos. "Nunca me creí más de lo que soy. Lo que tiene nuestro trabajo, es que muchos desean tenerlo. Si volviera a nacer, no sé si elegiría ser jugador de fútbol", declaró.

 

Magnin no responde al futbolista típico, ni en la moda, ni en los dichos.  No contesta con frases hechas preguntas de una entrevista. No mira televisión ni consume medios en general. El delantero goleador es un atípico en un mundo plagado de deportistas, que parecen clonados.

 

El goleador aportó su perspectiva sobre el mundo del fútbol, en medio del parate por la pandemia de coronavirus  y en declaraciones a 'Enganche' argumentó: "Si no tenés a alguien que te baje a la tierra, que te haga ver la realidad, es complicado. Te ves en la tele, con un buen auto y te dicen todo que si, te crees un cuento que no es. Por eso es fundamental rodearse de gente que te ponga en vereda.  Si un futbolista usa una gorra con un animal en el medio, después vas por la calle y ves el mismo look por todos lados. Prefiero rodearme de gente que siempre estuvo conmigo y me llene de felicidad. Soy un privilegiado de tener techo y comida".

 

El Morocho -como lo llaman desde su crianza en San Jerónimo-, tiene 29 años y comenzó en Libertad, en su ciudad natal. Luego, a los 14 años arrancó en las inferiores de Unión junto a su paisano Santiago Zurbriggen.  Un futbolista que no piensa como tal.  O al menos, lo reflexiona diferente: "El fútbol, aunque no lo crean, es un trabajo muy estresante -dijo-. Mucha gente deposita confianza y, sobre todo, dinero. Es mentira que solo se trabaja dos horas por día. Hay que estar preparado mentalmente para ser futbolista. Somos un producto para el negocio en el que estamos metidos. No es solamente patear una pelota. Hay una vida detrás de eso y después del fútbol".

 

"En Twitter no pongo nada, ni lo miro. Facebook no uso. Instagram, nada. Estoy ajeno a eso. No me entretienen las redes sociales. No tengo tele. No miro televisión de cable. En mi casa no hay televisor porque no miro".

 

Magnín cultiva el perfil bajo desde siempre. "Yo siempre tuve una vida demasiado austera. No salgo demasiado de mi casa. ¨Prefiero quedarme haciendo cosas que me gustan o entrenando. Trato de mantenerme pegado a cosas que realmente me entusiasman. Es más o menos la vida que llevé siempre".   Para Magnín el fútbol, es un trabajo y otras cosas, no solo patear una pelota.

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