sábado 20 de abril de 2024

OPINIÓN | 8 ago 2020

Mirada extrema

Por el camino equivocado

Escribe Andrés Rissolo,especial para Semanario.


En esto de buscar una respuesta sobre dónde la humanidad perdió el rumbo hacia el bienestar, en la nota  titulada “Más allá de las plegarias,” publicada en éste medio el 30 de mayo de 2020,  a través de la pregunta doctoral promovida por el científico argentino Diego Olstein, ¿cómo el capitalismo se volvió el sistema económico – y de creencias– que impera, seas católico, judío o musulmán?”, se presentó un amplio contexto revelador.

La evaluación de los cambios tecnológicos y de organización llevó al hombre a predominar por sobre otras especies en el mundo, y paradójicamente, convertirlo en su propia amenaza. La falta de respuesta de la política a los problemas integrales de organización social en la convivencia planetaria implicó el gran problema universal. Hoy, ideologías con origen en el siglo XIX, pocas veces aggiornadas correctamente, difícilmente pueden dar soluciones específicas a esta problemática.

Las constantes manipulaciones de las leyes sociales que ya no benefician al conjunto de la sociedad sino a pequeñas elites, propician a futuro, jornadas de inestabilidad y revueltas como las que se ven en hispano América y parte de Europa. Por eso quizás sean las religiones las que más cerca se encuentran del hombre en su problemática de carácter existencial, en la ayuda por soliviar los problemas materiales, los suicidios, fortificando al hombre con los dogmas de la fe. 

Más allá de las plegarias y de la ayuda que de los cielos pueda llegar a provenir, la gran reunión del hombre con el hombre mismo para la evolución de las ideas sobre su existencia y vida en el planeta, es el mayor conflicto que la humanidad tiene en el presente. El futuro será de los nuevos términos o de viejas súplicas, era el fin de esa nota.

No transcurrió mucho tiempo de esa publicación cuando los más importantes líderes del mundo ya informaron el estado de situación en el planeta. En el conflicto Estados Unidos y China, exacerbado por el coronavirus, tiene ahora a la Organización Mundial de la Salud (OMS)  como nuevo campo de batalla.

Estados Unidos dejó de formar parte de la Organización Mundial de la Salud por mandato de su presidente, Donald Trump. La noticia se conoció en momentos que el país del norte alcanza el mayor pico de contagios de coronavirus, siendo uno de los países más afectado por la pandemia.

La OMS es solo un frente más en la guerra entre las dos potencias por el control de los organismos internacionales, donde China ha logrado avances considerables ante la pasividad o la indiferencia de EEUU, Europa y Japón. Es también, un reflejo de la enorme influencia que Pekín ha conseguido en África tras dos décadas de masivas inversiones en ese continente sin hacer preguntas sobre derechos humanos, democratización, o protección del medio ambiente, como suele hacer Occidente.

En éste estado de situación en que se debate la humanidad, prestigiosos médicos, como el virólogo e investigador francés Luc Mantagne, científico acreditado por su investigación en la enfermedad del Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida (SIDA), afirmó a CNews, una cadena de televisión francesa especializada en la difusión de informaciones en continuo, que de las investigaciones por él realizadas junto a unos colegas, han llegado a la conclusión que en el Covid-19, hubo una cierta manipulación en este virus.

Por otro lado, el epidemiólogo jefe del Gobierno sueco Abders Tegnall afirmó días atrás: «Hemos tenido un desarrollo desafortunado en el cuidado de personas mayores y estamos tratando de corregirlo». El 50 por ciento de las 60 muertes diarias que se registraron en ese país son residentes en geriátricos. Y lo más aberrante, los hechos que confirman: “la muerte de los residentes en geriátricos de Suecia y el Reino Unido fue intencional”.

Como si esto fuera poco, el secretario de Justicia de Gran Bretaña, Robert Buckland, se convirtió en el primer ministro en reconocer que decidieron dirigir la mayoría de los recursos hacia al Servicios Nacionales de Salud en detrimento de los hogares de cuidados que provocó que el 30% de las muertes ocurridas sean residentes en geriátricos.

Durante una entrevista en Sky News, Buckland admitió que la asombrosa cantidad de muertes en hogares de ancianos genera «un gran arrepentimiento», pero ahora «no era el momento de culpar a la gente» (SIC).  “Alguien tendrá que investigar si esto no es GENOCIDIO por omisión”, agregó el Dr. Claudio Zin, reconocido médico argentino y columnista en salud, en diversos programas periodísticos.

Anteriormente, el investigador Peter Turchin, que enseña Evolución Cultural en la Universidad de Connecticut (EE.UU.), alertó sobre el descontento civil generalizado analizando los ciclos históricos de inestabilidad e hizo una predicción científica sobre que la humanidad se vería sacudida por gran una agitación social que empezaría alrededor del 2020.

Cuando llegó el 2020, el mundo pudo observar cómo el descontento internacional estalló después de la muerte del afroamericano George Floyd. Turchin, que ha estudiado las crisis y los defectos estructurales que ayudaron a causarla, analizó los datos sobre las manifestaciones pacíficas y violentas entre 1780 y 2010.

A través de un modelo informático, el científico estudió los patrones económicos, entre ellos la disminución de los salarios, la desigualdad, la explosión de la deuda nacional, y otros patrones sociales capaces de provocar una desestabilidad.

En sus recientes declaraciones a Vice, agregó que dichas tendencias impulsan la inestabilidad, consisten en "la caída de los niveles de vida, aumento de la competencia dentro de la élite y el conflicto, pueden llevar a la guerra civil".

La manipulación de virus en laboratorios nos presenta un nuevo y letal escenario que asola sin movilizar tropas. También pone en evidencia que el aporte a esa ciencia biológica se ha usado para la destrucción del hombre y no en hacer medicamentos que curen enfermedades de antigua data.

La configuración mundial trazada desde ésta perspectiva trae preocupación y desasosiego a la población mundial. No son los demonios, tampoco los murciélagos ni los pangolines, menos aún los virus, es el mismo hombre que falla en su esencia, en los objetivos, en la política, en la economía, y en la ciencia.

Las guerras hoy no se presentarán en los campos de batallas ancestrales donde se gastaron miles y miles de millones de dólares en armas tradicionales. Ínfimas criaturas descendientes de nuestra propia manipulación nos traen un mensaje de expiración: “fueron por el camino equivocado”.


Hacé click en el enlace https://issuu.com/semanariodejunin9/docs/edicion_214 y disfrutá de la mejor redacción. 


 

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