miércoles 24 de abril de 2024

LOCALES | 22 ago 2020

Homicidio en Junín

La sociedad del femicidio, la nuestra

No se olviden de Rosa.


TAGS: ROSA, FEMICIDIO

El cuerpo de Rosa Inés Fernández, la mujer de 29 años que estaba desaparecida desde el domingo 26 de julio, fue hallado el jueves 13 a la mañana envuelto en nylon y una manta, y enterrado en una obra en construcción de calle Siria 624, en la que trabajaba su expareja, Sandro González (40), detenido desde el miércoles, acusado por el delito de “Homicidio doblemente agravado por haber mediado relación de pareja y femicidio”.

El fiscal a cargo de la causa, Esteban Pedernera, informó que el hallazgo se produjo luego de que dos testigos se presentaran espontáneamente y aportaran información precisa sobre lo ocurrido con la víctima, ya que el propio acusado se los había confesado.

"Ayer (por el miércoles 12) el cerco comenzó a cerrarse, apareció un testimonio contundente que pudimos corroborar con otros testimonios y a las 19.30 dispuse la detención de urgencia del imputado y a partir de ese momento comenzamos a planificar la búsqueda del cuerpo porque era muy categórico a que Rosa estaba muerta", dijo el fiscal a la prensa.

"Hallamos el cuerpo envuelto detrás de un muro, enterrado a un metro de distancia y sobre él había movimiento de tierra, mucho escombro compactado, estaba muy bien disimulado", detalló el funcionario judicial.

En base a los dichos de los testigos, el fiscal dijo que todo indica que el femicidio fue cometido el mismo domingo 26 de julio en el domicilio de González, donde se produjo una discusión entre los dos integrantes de la expareja -que tenían tres hijos en común- por una "cuestión económica".

"Tenemos referenciado que (González) recibió una cachetada y él la toma del cuello, en el momento siente que se desvanece, cae a los pies y ahí él cuenta haberla envuelto en un cobertor que utilizaba para cubrir el auto y en una lona celeste. La cargó en el baúl del auto y al día siguiente aprovechó que trabajaba en la obra, cavó el pozo y la enterró", relató Pedernera.

El fiscal dijo que no había denuncias judicializadas por violencia de género hacia la mujer, aunque durante la investigación surgieron elementos sobre la relación violenta que mantenían al menos desde que se habían separado.

Pedernera confirmó que el resultado de la autopsia, practicada en la morgue judicial local, determinó que Rosa murió por “asfixia mecánica”.

Finalmente, el fiscal cree que González actuó solo, ya que su exmujer era de contextura física pequeña y él estaba acostumbrado a tareas más esforzadas, por lo que no habría necesitado de alguien para trasladarla a la obra y enterrarla.

ESCABROSOS DETALLES

Rosa Inés Fernández fue asesinada el mismo día de su desaparición, la tarde del domingo 26 de julio, en su domicilio de Laprida al 1600, donde Sandro González vive con su actual pareja. Pero recién el lunes 27 trasladó el cuerpo hasta la vivienda donde fue hallado, en Siria, entre Pringles y Necochea.

Los restos de Rosa estaban envueltos con nylon y una manta que había desaparecido del domicilio de González, que utilizaba para tapar el auto, enterrados a una considerable profundidad.

“Rosa nunca estuvo en Ruta 188 y Cabrera”, aseguró el director de Seguridad municipal, Luis Chami, aunque se trataba del lugar donde la había dejado el exmarido el domingo 26 de julio, dato que fuera confirmado por el propio fiscal tras el análisis de las cámaras de seguridad.

Sin embargo, con las nuevas pruebas, los hechos cambiaron: “Ahora con las pruebas recabadas y las indagatorias que se venían haciendo, se pudo confirmar. Esto formaba parte de las aristas que se estaban investigando, pero tenía que aparecer Rosa o llegar a lograr el desgaste para que alguien se quiebre y llegar a la verdad”.

Además, las autoridades confirmaron que el asesinato de Rosa se produjo en una vivienda ubicada en Laprida al 1600, el mismo domingo de su desaparición. Y recién el día lunes por la mañana, Sandro González –su expareja y padre de tres de sus hijos- habría trasladado el cuerpo hasta la obra en construcción.

“Los vecinos no notaron nada, porque González ingresó el lunes temprano a trabajar, solamente estaban los durleros en la parte superior de la casa. Y entró con el auto de culata, para bajar el cuerpo del baúl”, detalló el funcionario municipal.

También dijo que “estaba muy envuelta en nylon y una manta fina, que había desaparecido de la casa de Rosa, y el cuerpo se ha mantenido por las condiciones climáticas. Estaba enterrada con tierra, a una considerable profundidad, y encima muchos escombros”.

Por ahora, se ignora el móvil del femicidio. “Será tema de análisis para el fiscal”, dijo Chami, y estimó: “Puede elevarse rápido la causa a juicio, por las pruebas que posee”.

Sandro González, detenido desde el miércoles, tiene además otras dos causas en proceso por otros hechos delictivos, con la intervención de otra fiscal.

VIAJE A LINCOLN

A partir de tres testimonios brindados el miércoles, pudo concluirse con más de 15 días de operativos y búsqueda. Fue clave que ellos aportaran los datos que sabían sobre el hecho aberrante que había protagonizado Sandro González, un sujeto que ahora deberá afrontar no sólo su responsabilidad por la muerte de Rosa Fernández, su expareja y madre de tres hijos, sino también otras causas preexistentes por abuso sexual, amenazas y lesiones.

La escabrosa historia comenzó a desentrañarse en los últimos días, tras muchas jornadas de búsquedas por lugares lejanos a lo que había sido el destino de Rosa. Y fue por la confesión de tres personas (serían la actual pareja y dos amigos de González) que repitieron lo que él les había confiado (ver recuadro TRES PALIZAS).

La Justicia pudo reconstruir entonces cómo fueron los hechos que mantuvieron en vilo a la comunidad desde el 26 de julio. Ese domingo, González llevó en su vehículo a su expareja y madre de tres hijos, pasó por donde se lo vio por las cámaras pero ahora el fiscal remarca que “no se vio bajar a Rosa”, y la llevó hasta su nuevo domicilio, en Laprida al 1600, donde vive con una nueva pareja e hijos.

Allí, se produjo una discusión por dinero, originada en el condicionamiento de que González le decía que luego no habría futuras ayudas. Ante los reclamos de Rosa, la tomó por detrás y la asfixió con el codo, según determinó la autopsia practicada. “No está golpeada, no tiene heridas punzantes… solo usó las manos y abrazada desde atrás y asfixiada por maniobra mecánica”, confirmó el fiscal Esteban Pedernera.

Esto sucedió alrededor de las 19 del domingo 26 de julio: metió el cuerpo en el baúl del auto y se dirigió a buscar a su familia hasta Lincoln. Al otro día, se fue a la obra en construcción ubicada en Siria donde cavó un pozo y la enterró.

“Tiene una superioridad física muy grande respecto a Rosa, viene de ser leñador en tierras santiagueñas y todos daban cuenta de la ligereza y capacidad que tenía con la pala. Hizo todo en poco tiempo y solo”, dijo Pedernera.

SIN RASTROS

Además, respondiendo a cuestionamientos realizados, el fiscal señaló que “en la casa de él no se encontró nada porque no hubo una escena violenta, con roturas, fluidos o sangre que hayan quedado”.

Las inspecciones también llevaron al personal policial a la obra de calle Siria. “Habíamos estado en la obra, se había cavado, pero la sorpresa fue la  profundidad y la ingeniería con que había realizado el pozo, de más de un metro y conducía desde un muro divisorio hacia adentro, debajo de una parrilla. Arriba había una montaña de escombros consolidados que tampoco permitía analizar el terreno como removido”.

Sólo con los datos concretos aportados por tres testigos, se pudo llegar con exactitud y muy rápidamente, al cuerpo de Rosa. El trabajo fue aportado por personal de Obras Sanitarias municipales.

“Respecto de los testigos, prefiero guardar la identidad pero puedo decir que fueron tres testimonios contundentes y valientes que permitieron desentrañar todo en cuestión de minutos”, señaló Pedernera.

A JUICIO

“Estoy obligado a pedir un examen mental, tendríamos que hacer algunos cotejos de ADN, así que en un plazo de 30 días podríamos estar elevando la causa a juicio”, adelantó Pedernera.

ANTECEDENTES

Por otra parte, se conoció que Sandro González tiene pendientes causas con la justicia. En la Fiscalía de la doctora Paola Luján se le sigue un proceso por “lesiones leves calificadas agravadas por el vínculo y abuso sexual calificado agravado por el vínculo por guarda y convivencia reiterados y amenazas en concurso real”, en que la víctima sería una menor de 14 años. La denuncia data del 2018.

Además, trascendió que el sujeto también tiene pendiente otra causa por los golpes que le había dado a uno de sus hijos, de 5 años.

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