Tras cuatro años y nueve meses de gestión al frente del municipio de Junín, Pablo Petrecca lanzó la Agencia Municipal de Tierras y Viviendas. “Si quieres que algo no funcione, crea una comisión”, decía el General Perón, muchos años atrás, y sus palabras no dejan de guiar la acción de los gobernantes actuales.

En su posición PRO, por supuesto el Intendente está lejos del ideario justicialista. Pero es un devoto de brindar grandilocuentes proclamas que parecen mucho pero terminan en nada.

¿Y por qué este descreimiento? Tal vez porque en 57 meses de gobierno, lo más memorable que protagonizó fue la expulsión de la plaza principal de un grupo de vecinos que, durante más de 40 días y noches, se había instalado para reclamar por respuestas habitacionales. No sólo no las brindó, sino que en forma cobarde envió a sus funcionarios de Seguridad al frente de grupos de policías, para que los desplazaran del lugar.

El segundo punto central, que será recordado como una marca del gobierno petrequista, es que en 2016 comunicó y presupuestó la construcción de 50 viviendas sociales. Hoy, en 2020, apenas son 25 y a medio hacer. Nunca pudo saberse qué pasó con los fondos correspondientes.

En medio de la pandemia, Pablo Petrecca convocó a profesionales para “empezar” a planificar el crecimiento urbano de la ciudad, que ya se filtró a ciegas y locas por donde se podía, incluso sin la garantía de la llegada de los servicios esenciales que el municipio debiera proporcionar.

Por supuesto, no hay datos oficiales. Se ignora la existencia de algún registro municipal, pero se estima que serían más de 3.000 familias las que aguardan una posibilidad de acceder a su techo propio. No todas tienen las mismas necesidades: algunas requieren un lote, otras la posibilidad de pagarlo en cuotas, muchas necesitan ayuda con los materiales de construcción y otras parten desde cero.

TOMAS Y CASTIGOS

En estos tiempos en que se da en distintos lugares de la provincia un fenómeno de toma de tierras que preocupa a propietarios y gobernantes, en Junín el tema valió para la confección de una nueva ordenanza, en el marco del programa “Alerta por Usurpaciones”:

"A este proyecto agregaremos otro más, que tendrá que ver con que, aquellas personas que usurpen un terreno, delito penalmente sancionado, no estarán incluidos en el registro municipal de pedidos de lotes y, obviamente, tampoco podrán acceder a los materiales para poder construir en esos terrenos".

Eso dijo la secretaria de Gobierno, Agustina de Miguel. Y le faltó decir que el registro municipal al que hace referencia hace años está inactivo y sólo sirve para acumular polvo, si es que está plasmado en papeles. Además, lo de la entrega de materiales es un tema bastante conflictivo: con apenas unas chapas que ocasionalmente entrega la cuestionada Secretaría a cargo de Marisa Ferrari, es difícil que una familia pueda levantar una vivienda digna.

Por supuesto, la usurpación es un delito, tal y como al unísono dicen las concejales radicales Cristina Cavallo y Graciela Blaiotta, a través de una gacetilla de prensa y tras una recorrida por el Cuadrante Noroeste. “Hace algo más de un mes hubo un intento en el cuadrante noroeste y por el buen trabajo de la Policía y la Secretaría de Seguridad, se pudo desactivar a tiempo”, contaron, aunque no revelaron cuál fue la suerte de esa gente, harta de vivir en hacinamiento y en lugares precarios prestados, a la que jamás miraron de frente.

Porque también debería ser considerado un delito de parte de las autoridades la sistemática falta de respuesta para casos desesperantes. Nadie va a construirse un rancho con chapas y techo de nylon si no está en situación de calle y no cuenta con otra salida. Esa gente debe arrastrar a sus hijos a esa vida sin los servicios más elementales y condiciones que no merecen ni los perros, pero jamás fueron escuchados en el municipio cuando fueron a pedir una porción de terreno, algunos ladrillos, unas chapas…

Las 25 casas de Petrecca, que todavía no pudo finalizar.

MÁS DE LO MISMO

“Hablar de hábitat es hablar de un concepto muy amplio que implica, primero, dotar de servicios esenciales. Ese fue el trabajo que realizamos en los últimos cuatro años”.

Así, con las generalidades a las que nos tiene acostumbrados, Pablo Petrecca anunció la puesta en marcha de una nueva Agencia, sin detallar cuáles fueron las obras que se realizaron durante su primer período de gobierno ni en qué sectores. ¿En serio dice que llevó hasta lotes remotos, para que en algún momento pudieran ser habitados, las redes de agua, cloaca, luz y gas? Porque de ser así, sería algo sin precedentes: no lo publicó en las redes sociales ni en sus medios periodísticos confiables y tradicionales.

Y para desalentar cualquier sueño loco, el Intendente aclaró: “Para la generación de viviendas hace falta el acompañamiento fuerte de los Estados Nacional y Provincial y entendemos que es una decisión del Presidente y del Gobernador avanzar en esta línea”.

Léase: “Nosotros no tenemos responsabilidad de levantar una sola casa, así como lo entendimos desde el principio de la gestión. Que sean Fernández o Kicillof los que nos acerquen construcciones a través de planes sociales, cualquier cosa después nos agregamos en la foto”.

En síntesis: hay una Agencia nueva, una ordenanza para sancionar tomas, ninguna casa construida y escasa ayuda social a los más necesitados desde el gobierno municipal. Con algunos maquillajes y asumiendo que se trata de un área en la que más falencias pueden anotarse, Petrecca hizo algunos anuncios y buscará seguir haciendo la plancha hasta que finalice su segundo y último mandato al frente del municipio. Y que se ocupe el que sigue.