En los últimos años hemos visto cómo los partidos políticos se fueron desfragmentando y ante cada elección se fueron formando frentes electorales, donde cada partido fue cediendo ideales y valores para integrarse.

Así, pudimos ver como la Unión Cívica Radical terminó integrando un frente electoral con el Partido Conservador, de ideales y valores muy lejanos a los de Yrigoyen o Alfonsín.

Por eso, es tiempo de recuperar el radicalismo, tanto a nivel nacional, como provincial, regional y local.

El partido radical es fundacional del actual sistema de partido. Además, se forjó en el campo popular, cerca de los vecinos, de los trabajadores, de las familias. Con ideales firmes, poniendo en valor la educación pública y gratuita.

Los vaivenes de la Argentina, dejaron a la UCR como socio minoritario en una colación de partidos que profundizó el endeudamiento del país y se alejó de la gente.

Hoy es necesario recuperar nuestras banderas y que el radicalismo lidere esa coalición electoral.

Somos el partido de la educación y de la cultura del trabajo. En nuestra historia luchamos por la igualdad de oportunidades para todos.

Y hoy, estas son deudas que el país tiene con la sociedad.

Por eso, para revertir esta situación, el camino es que el radicalismo recupere su liderazgo y le ofrezca a la ciudadanía una alternativa de poder.