sábado 20 de abril de 2024

LOCALES | 16 sep 2017

Entrevista política

Barzola: En seguridad se puede trabajar con el poder político pero no arrodillarse

En un mano a mano con Semanario, el policía retirado y candidato a concejal de “Por un nuevo Junín” afirmó que la clave pasa por la prevención.


Por: LUCIANO CANAPARO

En los últimos años la inseguridad ha adquirido un status de preocupación en la ciudadanía sin precedentes. La inseguridad es un problema creciente y complejo de nuestra sociedad. Son cada vez más los municipios que encaran políticas para controlar, prevenir y combatir la inseguridad, con resultados poco alentadores. Mayor patrullaje, creación de sistemas de alertas tempranas, colocación de cámaras de seguridad y monitoreo del espacio público son algunas de las acciones llevadas adelante.

Pero, ¿cómo debe gestionarse la seguridad? Los ilícitos que se reportan día a día son motivo de una creciente demanda de seguridad, búsqueda de alternativas particulares por una mejor calidad de vida y búsqueda de respuestas por parte de los gobiernos locales. Asimismo, los motivos que la generan son variados y responden a una sumatoria de situaciones. Desocupación, discriminación, consumo de estupefacientes y hasta una calle mal iluminada pueden conformar -en conjunto- el escenario propicio para un hecho delictivo. Con todo, combatir la inseguridad también es una acción compleja que merece múltiples miradas, para entenderla y atacarla.

Actualmente existen tensiones y disputas por establecer acciones hegemónicas sobre la seguridad ciudadana, donde el paradigma punitivo está vinculado a la fortaleza del aparato represivo para combatir el delito: “mano dura”, “meter bala al delincuente” y “tolerancia cero” son las acciones que promueve. Por otra parte, existe el paradigma de la prevención, que se orienta a la resolución de problemas para reducir los riesgos.

En una charla con Semanario, el policía retirado Mario Barzola, ex titular de la Comisaría Primera, docente, experto en seguridad y candidato a concejal por el espacio vecinalista “Por un nuevo Junín”, plantea que la prevención es intervenir antes de que los hechos ocurran. En ese sentido, considera necesario generar programas y acciones que permitan la disminución de esos hechos, generar un cambio cultural hacia el cual el mejor momento de intervención es antes, y no después.

“Un modo muy eficiente de combatir la inseguridad es realizar inversiones en políticas preventivas interdisciplinarias, que son más efectivas y de menor costo que las exclusivamente reactivas”, sintetiza.

Por otra parte, Barzola hace hincapié en que se trata de un fenómeno de múltiples causas y dimensiones que no puede ser abordado sólo por un gobierno ya que “la seguridad es un problema de Estado” y sólo puede ser resuelto a largo plazo ya que se trata de cambiar las condiciones para que no se reproduzca.

En su dinámica exposición presentó cuáles son los requerimientos que cualquier ciudad debe tener en cuenta para poder planificar políticas públicas de seguridad tales como contar con un liderazgo municipal que se apropie de la seguridad como una política pública y la continúe en el tiempo, contar con un equipo técnico competente y mixto en permanente capacitación y cooperación de todos los sectores representativos de la sociedad, que trabajen a la par de la fuerza policial.

-¿Qué análisis hace de la seguridad en Junín?

-Desde el área política, considero que no hay un acompañamiento concreto ni se sientan a coordinar las formas de trabajar la seguridad en la ciudad y todo el Partido de Junín.

Creo que la mejor forma de resolver problemas es sentándose en una mesa, buscando todas las formas posibles de trabajar en conjunto y olvidando los egoísmos de cada uno. Esto no está ocurriendo, se nota claramente porque si no los resultados serían absolutamente distintos.

-¿Es responsabilidad exclusiva de la policía?

-En el plano policial, mi sensación y lo que se nota es que cada uno resguarda el lugar que le toca. Hay mucha falta de control, con lo cual el personal no hace lo que debería aunque está en perfectas condiciones para llevarlo a cabo.

Por otra parte, respecto a otras épocas, el jefe policial no puede estar más sentado detrás de un escritorio, no puede pasar todos los días en esa posición, sino que debe estar en la calle, cerca de la gente y del personal, con lo cual se pueden buscar alternativas para resolver en base a lo que uno mismo está viendo, porque a veces se llenan los oídos y no es efectivamente con lo que está ocurriendo en la realidad.

-En Junín hay efectivos de todos los colores, se nota la presencia en la calle, pero ¿basta con esto?

-Hay una enormidad de efectivos en Junín, sobre todo con las promociones de la Policía Local que se sumaron a los que ya estaban. Junín siempre fue una de las ciudades que tuvo mucho personal policial. 

El punto concreto es ver de qué manera se distribuye el personal y cubre las expectativas de cada uno de los lugares donde realmente la gente necesita ver el personal policial. A veces, si se vende humo, por ahí es beneficioso para hoy o mañana, pero en algún punto se termina haciendo agua.

Creo que hay que buscar otra alternativa, teniendo en cuenta cómo está planteada la situación social y cómo creció Junín. Se nota para afuera que hay una enormidad de gente que está haciéndose su casa y construyendo su espacio para poder vivir fuera del ámbito céntrico de la ciudad, y mi sensación es que esos vecinos no cuentan con la debida protección.

-Se descuida la periferia, se muestra la acción en la zona céntrica, pero sin embargo los delitos no distinguen territorio

-Si bien es necesario tener el centro absolutamente cuidado, con todo lo que significa por la zona comercial, administrativa, judicial, bancaria, nos estamos olvidando que la ciudad se expandió y no se da la trascendencia que debería.

Hoy es indispensable que la política, la policía, las entidades, la sociedad… todos nos involucremos para resolver los problemas que ocurren. Se puede empezar a plantear que un efectivo que está parado en la vereda, no sea un simple espectador de lo que está pasando y se involucre. Que sea un observador y manifieste lo que en ese lugar a él le está llamando la atención, y que lo traslade a quien tenga la voluntad concreta de utilizar esta información como valedera.

-¿Cómo forma de prevención?

-Hoy la prevención es algo distinto a lo que veníamos planteando, debemos verla desde otros ámbitos, porque las cosas cambian y hay que ver la realidad de hoy y no la que se venía trabajando. Yo me retiré hace un año y medio y las cosas cambiaron, porque hay una vorágine importante.

Tenemos que evitar que aquel que tiene el deseo de delinquir finalmente lo haga, y eso es prevención social. Nosotros nos enfocamos en la prevención situacional, que es lo que vemos en la calle: aprehender al delincuente, ponerlo en manos de la justicia. Y después está la prevención comunitaria, donde todos de algún modo nos involucramos para restar la actividad delictiva.

-¿Nota responsabilidad social en este sentido? ¿O el vecino le tira todo el compromiso a la policía?

-Hay dos partes. Una entiende que la policía sola no puede hacer todo, no puede resolver todos los problemas que se plantean en la calle. Y otra parte que desea que la policía haga lo que tiene que hacer. Hoy, si la policía no cuenta con la colaboración del vecino, no puede. 

Como tenemos planteada hoy la prevención, está dejando de dar resultados. Un patrullero andando tanto tiempo recorriendo la cuadrícula, determinada cantidad de horas, arroja que habrá espacios en los que no pasará nunca porque tuvo otro percance -un llamado, un accidente o un problema que lo demanda-. Y no se puede mandar otro móvil allí, porque si no se resiente otra área.

-Junín fue catalogada como una de las ciudades más seguras de la provincia de Buenos Aires. Los funcionarios políticos locales avalaron y promocionaron ese diagnóstico, pero la realidad muestra otra cosa. ¿Por qué se intenta disfrazar la problémática?

-A veces es la concepción que tiene algún poder político en particular, haciéndole creer a la gente que acá hay delito cero. Y lo peor que puede pasar es que alguien se mienta a sí mismo. No es responsable salir a hacer estas manifestaciones cuando los números están diciendo otra cosa, muy lejos del delito cero. Hay que pisar el barro. La gente debe dejar de sentir la sensación de inseguridad, y esto no se logra solo con policías en la calle.

Si el efectivo cumple con su labor, aprehende a alguien, lo presenta en la Justicia y ésta por determinada cuestión lo deja en libertad en forma inmediata, genera otra sensación en la gente, que le va a reclamar al efectivo porque fue el primero que se involucró.

Hay que sentarse, por ejemplo, a hablar con las sociedades de fomento, que reciben información que no tiene la policía.

-Pero para la Federación Fomentista, en materia de seguridad, se están haciendo las cosas bien…

-Debe ser porque hay un lineamiento claro, donde se juntaron todos a decir lo mismo aunque sea algo irreal, y es algo irresponsable de su parte hacerlo, porque se puede trabajar con el poder político, pero no arrodillarse. Hay que marcarle al Intendente lo que no está bien y lo que el personal no va a hacer, por parte de los jefes responsables.

No están involucrados con la seguridad, sino viendo cómo se maneja el poder político. Si se tiene un caso cerrado después de un trabajo de investigación de meses, ¿cómo puede ser posible que salga a hablar el poder político, que solamente debería ir a respaldar y aplaudir?

No se consiguen resultados de un día para otro, aunque la gente necesita respuestas ya. Eso se entiende, pero llegar a resultados concretos lleva mucho tiempo. Cuando esto pasa, los que tienen que salir a decirlo son los policías, porque ahí la gente confía que el personal que tiene vale la pena, para que no parezca que solo anda en patrullero.

-Convengamos que la Bonaerense no tiene buena prensa…

-Eso es también histórico. La institución ha tenido muchas falencias y están a la vista, pero no es el problema. Que haya hombres que perjudiquen su nombre, es una realidad. Además, venimos de una historia por la cual el uniforme no es buena palabra. 

Trabajamos con generaciones futuras para lograr otra cosa, un resultado que no se verá en lo inmediato, pero si empezamos a involucrarnos cada uno desde su espacio en esta política, las cosas serán distintas.

-¿Qué se puede aportar desde el Concejo Deliberante? ¿Qué presentará Por un nuevo Junín como propuestas en la campaña?

-Más allá de mi presencia o no en la lista de candidatos que encabeza Nazareno Diotti, hay que empezar a trabajar en la necesidad de involucrar a la política en todos sus aspectos. Que no sea solamente el secretario de Seguridad el que resuelva el problema, sino buscar los distintos organismos para empezar a dar respuestas en cada uno de los lugares, buscando alternativas sobre cada problemática en especial. Tenemos que estar ahí, desde la parte educativa, social, minoridad, sumar espacios de la Provincia para resolver situaciones puntuales como podría ser el Patronato de Liberados.

Estas situaciones deben plantearse desde el Concejo, para evitar que esa gente delinca porque es el único camino que ve, y tratar de que estas historias cambien. Esto incluye, por ejemplo, a las sociedades de fomento, que pueden ofrecerle una mano a los jóvenes, ayudarlos a estudiar, orientarlos… Esto es prevención básica. No significa dejar a la policía de lado.

-Pero en el “mientras tanto” ¿qué hacemos con los delincuentes y la inseguridad?

-Hay que buscar la manera de estar cerca del personal policial que está en la calle, acompañarlo y empezar a manifestarle que debe ser un observador permanente de la realidad circundante. No estar sentado en un móvil o viendo el tránsito, sino que vea lo que está pasando realmente, buscando algo que llame la atención e informarlo o actuar de manera acorde. Esto no está pasando hoy.

-¿Por falencias del poder político o policial?

-Todo tiene que ver con todo. Si nos sentamos todos a la mesa para ver qué está pasando y cada uno desde nuestro lugar aporta, sin duda cambiará la realidad. Cada uno no puede hacer nada solo, sino aportar en conjunto. Junín es especial en este sentido, tiene la problemática de que no todos tienen ganas de sentarse y sacar cosas que sirvan a la seguridad. Acá no hay más foros de seguridad, que son positivos y están previstos por ley. Pero muchos no se quieren involucrar en esa área porque recaen los reclamos de la ciudadanía.

Quienes integraban los foros de seguridad, en su mayoría, solo se ocupaban de los patrulleros parados, o si el personal tomaba mate, hablaba por celular o iba muchas veces al baño, y eso no hace a la finalidad del foro. Eso tiene que ser control directo de los jefes.

De esta manera, la conclusión es que al jefe policial no le importaba nada el foro, porque lo único que hacía era poner palos en la rueda.

Tenemos que dejar de pensar que la policía debe estar detrás de la problemática, sino al contrario. Así que es fundamental formar a esos observadores en la calle.

-¿Los efectivos están capacitados para llevar adelante esa tarea?

-Hay muy buenos efectivos, muy buen personal, pero hoy está abandonado. Debe sentir confianza en poder hacer, porque si no deja de involucrarse. Deben saber que tienen un jefe que los va a respaldar y está cerca. 

-¿Cree que la ‘limpieza’ que está haciendo el gobierno de Vidal en la Bonaerense es correcta?

-No, absolutamente. Mientras la Gobernadora tome disposiciones sobre el personal que cometió algún tipo de irregularidad,  está bien. Pero ha involucrado en listas tipo sábana a un montón de efectivos por supuestos hechos de corrupción y eso no es real.

Mientras tanto, debe dar lo que prometió: patrulleros, chalecos antibalas, equipos de comunicación, todo lo que se necesita…

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