jueves 25 de abril de 2024

LOCALES | 7 oct 2017

DIPUTADO NACIONAL EN APUROS

Romero, un "lobo" cuida ovejas

Sus discípulos al interno de SMATA central, como "El Gusty", "El Perro" y "Soler", pretenden allanarle el camino para darle batalla a Ricardo Pignanelli, secretario General de los mecánicos.


Por: Redacción Semanario

Lejos están los tiempos en que casi se le arrodillaban a su paso, cuando un aire triunfal lo acompañaba. Así como no hay mal que dure cien años, tampoco las ganadas, y por eso fue que el estrellato fue llegando a su fin, acompañado por pálidas, sopapos y puertas cerradas.

Al diputado nacional Oscar Romero le gusta echarle la culpa de esta nueva situación que atraviesa a los periodistas que lo investigan, los “sérpicos” –como los llama-, que poco hubiesen tenido para difundir si él mismo no se hubiese ocupado de llenar de errores su carrera gremial y política.

No sólo dejará su apreciada y fructífera banca en diciembre, después de haberse colgado furibundo de la posibilidad ‘Randazzo’, sin antes haber pasado por lo del tigrense Sergio Massa, que ya sabiendo de su perfil, le dijo "si venís con el sindicato (SMATA), sí, si no, no, solo no te quiero”. De ahí también sucedió la pelea con su ex "pollito" Diego Bossio, ex director de la ANSeS y a quien arrastró en la división del bloque del FpV, todo, todo, por varios "mangos" o millones.

PRINCIPIO DEL FIN

Hace casi un año podría señalarse el inicio del declive que no paró más. Fue con el conocido “Viaje del millón”, que pese a que quiso taparse por todas las maneras posibles, igual trascendió y SEMANARIO fue el primer medio en sacarlo a la luz.

Junto a sus once acólitos más fieles, y a modo de ‘recompensa’ por los favores prestados, Romero llevó a sus obsecuentes más cercanos a recorrer Italia, un viaje que incluyó hasta una visita al Vaticano.

Sobre esta circunstancia, pudo saberse que en una reunión realizada por el secretariado más alto del gremio de calle Belgrano en la C.A.B.A., sus pares le pidieron explicaciones a Romero por este viaje.

En un pequeño reducto que cobijó a parte de los más involucrados con una de los más grandes Sindicatos argentinos, como es SMATA, tomaron la palabra uno a uno, pero faltando algunas voces todavía para cerrar el círculo de los que exigían respuesta, Romero se levantó como si le hubiera sonado el celular, salió del recinto y volvió diciendo: ‘Me tengo que ir", e insistió con una rápida salida que no lo dejara off side y le permitiera zafar de la situación.

Después de esa reunión, el dipu-mecánico empezó a aparecer poco y nada por el sindicato, hasta que la tapa de "La grúa económica" lo volvió a poner en el tapete. Otra vez de la mano de SEMANARIO quedó al descubierto una red de sueldos públicos –de la Cámara de Diputados y SMATA- favoreciendo a familiares y amigos.

Un alto dirigente lo escuchó al periodista Baby Etchecopar, que lo trató de "chorro, ladrón..." y utilizó muchos calificativos más para dirigirse al abogado exitoso. El hombre pidió a Junín una edición impresa de la publicación, e investigó online de las páginas que habían levantado la información que fueron muchas, sólo se salvó de Clarín, donde se obvió por las relaciones que Romero tiene con el Mauricio “Chuequito” Mazzón, hijo del fallecido Juan Carlos Mazzón, monje negro del peronismo.

Por su parte, Romero dijo siempre en su círculo íntimo que todo se trató de una operación de prensa, aunque el viaje existió y también los ‘sueldos’ de su esposa, hijo y amigos en el Congreso y en el gremio. “Son los sérpicos”, le gusta decir en forma reiterada.

OBRA SOCIAL

Para colmo de males, llegó la intervención del sindicato a nivel local, el único salvavidas que le quedaba a Romero donde refugiarse más allá de diciembre.

El tema del corte de la obra social fue una jugada para estirar la agonía. Jamás se cortó el servicio, como se anunció, porque los afiliados no tienen nada que ver en todo este entramado político. Inclusive, el día de la intervención (estaban los secretarios de distintas seccionales), entre los mismos dirigentes se prestaban los formularios de los recetarios para brindar a los afiliados. Otra de las mentiras de Romero versa sobre la deuda de 300 millones, aunque le sirvió para desviar el foco de atención y tomarse algún tipo de revancha.

En este marco, el juez federal Héctor Pedro Plou, a través de su secretario y la firma de un subrogante, pidió el allanamiento a la sede central del gremio. El funcionario judicial solicitó el acta porque el diputado realizó la denuncia sobre la falsificación del documento de intervención de la Seccional Junín en la reunión del Consejo Directivo Nacional. Tres policías federales requirieron el acta, y los secretarios del sindicato de calle Belgrano accedieron. La medida judicial salió rápida porque el presidente del bloque Justicialista había prometido "recompensa" (tráfico de influencias, que se llama).

Lo que sí queda claro es que Romero cuenta aun con amigos dentro del edificio de los mecánicos: "El Gusty", "El Perro", "Soler” y varios compañeros de la sexta región, que quisieron presentar lista en las elecciones pasadas, llevándolo a la conducción y que hoy por hoy, desde adentro, le brindan información para dar batalla y no rendirse en el intento.

ENRIQUECIMIENTO ILÍCITO

De mal en peor: el ocaso viene llegando para Romero y trascendió que existiría una denuncia por “enriquecimiento ilícito” en Comodoro Py, y otra a punto de ingresar por “mal desempeño de funcionario público” por caso de dádivas.

El escándalo sumará el capítulo final, que como toda ramificación tumorosa se sabe dónde empieza pero no dónde termina, y los capítulos que se van a escribir no solo serán a nivel nacional sino también internacional, algo que ningún otro funcionario pudo alcanzar. ¿Podrá finalmente Romero sacar chapa de ‘Rey de la Corrupción’?

En camioneta

En los últimos días, pudo verse a la señora Fabiana Zubeldía de Romero conduciendo una hermosa Ford Kuga negra, patente AA 952 YY. Lo que llama la atención es que la misma pertenece en un 100 por ciento a la firma Russoniello S.A., concesionario ubicado en Avenida Juan B. Alberdi 2536 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con el aditamento de que la tarjeta azul habilita a manejarla a tres personas: Oscar Romero, Facundo Romero y la señora Fabiana Zubeldía. Parece que al lobo le dieron de cuidar las ovejas.

 

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