jueves 28 de marzo de 2024

LOCALES | 13 oct 2017

Secretario general de APENOBA

Carreras: “Tenemos que ser conscientes de que nos hicieron mierda”


Por: LUCIANO CANAPARO

El Secretario General de la Asociación de Periodistas del Noroeste Bonaerense (APENOBA), Oscar Alberto Carreras, fue absuelto la semana pasada por la justicia local, luego de casi cuatro años de procesamiento en una causa elevada de oficio, luego de una publicación periodística del diario La Verdad, firmada por el entonces director Omar Bello (fallecido en un accidente en 2015), donde se acusaba al dirigente de estar al frente de un gremio que “no existía, y que era una farsa y un fraude”.

La denuncia había sido elevada de oficio por el funcionario judicial Esteban Pedernera, y recayó bajo la órbita de la fiscal Vanina Lisazo.

-Al final llegó el sobreseimiento y hasta un pedido de ‘perdón’ por parte de la fiscal Vanina Lisazo.¿Qué etapa se abre en tu vida y en la del gremio?

-Siento muchas cosas. En primer lugar, un gran alivio porque se pudo aclarar a toda la sociedad, a través de este fallo judicial, que nunca mentimos, que APENOBA siempre fue un gremio legalmente constituido, y al servicio de la defensa de los trabajadores de prensa. No quedó ninguna duda y quedó demostrado en la Justicia. Ya no debemos salir más a explicar que el gremio existe.

Satisfacción también porque la gente puede seguir confiando en Oscar Alberto Carreras, en APENOBA y en los trabajadores de prensa. Con esa causa no había sido puesto en duda Carreras sino todos los trabajadores de prensa y el sindicato.

Se descubrió que quienes hicieron un gran trabajo contra los trabajadores y contra el gremio fue la empresa, el Diario La Verdad. No era un problema personal entre Carreras y Omar Bello, sino del Arzobispado de Mercedes/Luján contra APENOBA y contra los trabajadores.

-¿Sentís alivio, bronca…?

-Los sentimientos son encontrados. Tengo una profunda tristeza y mucha preocupación porque hubo un daño enorme que no se repara, por este procesamiento que surge para sostener mi despido de la radio y que la Justicia no me reincorpore a mi puesto de trabajo.

En todo este tiempo, la empresa logró que la Justicia, benevolente con ellos, me mantenga procesado y alejado, para que la empresa pudiera hacer lo que se les cantara, como fue el despido sin causa de todos los trabajadores, con mentiras y barbaridades que dijeron de cada uno. Es lamentable pero no recuperamos más esos 30 puestos de trabajo, nuestros trabajos y proyectos de vida en esa empresa. Eso me provoca una bronca muy grande, cuando se descubre el ardid de la empresa contra APENOBA, debilitándola a través mío que era el secretario General y enfrentándonos entre nosotros, entre compañeros.

-¿Lo vivís también como una reivindicación?

-También me produce una especie de reivindicación, porque con esta causa queda demostrada la mentira de la empresa, que mintió sobre cada una de las personas que atacó en Junín. Nos acusaron de algo que la Justicia levantó de oficio, pero no sólo lo hizo con Carreras y con APENOBA, sino con todos. Cuando Bello se sacó la foto tirado en el piso, cuando habló de muchos miembros de la comunidad quedó demostrado que la empresa no era creíble, que carecía de nobleza. No hay que olvidar que era la más importante empresa periodística del noroeste bonaerense, propiedad de uno de los poderes más grandes del mundo como es la Iglesia, a través del Arzobispado de Mercedes/Luján.

Con este fallo queda demostrado también que nos encontramos frente a una empresa que se dedicó a difamar, a dañar y a jugar con la moral de muchas personas.

Nosotros lo sufrimos institucionalmente y también en forma personal, porque despidieron a cada uno de los que tenían cercanía con el gremio, en todas las áreas. No hay un solo despedido que no haya estado afiliado a APENOBA. En el transcurso del tiempo se le fue buscando alguna cosa para poder echarlo, y nosotros sabíamos que esto era así desde el momento en que cambió la administración de la empresa, cuando se fue el padre Rosido.

-¿Por qué pensás que la Justicia dilató tanto la causa?

-Para poder llevar adelante estas maquiavélicas movidas actuó el abogado Ignacio Iudica, que fue asesor de Omar Bello y luego quedó a cargo del diario cuando éste falleció en un accidente de tránsito. Creo que fue quien más daño causó en la empresa, junto con Bello y otros.

La fiscal (Vanina Lisazo) prácticamente no conocía la causa, porque la instruyó otra persona. Creo que se sostuvo en el tiempo porque no se trataba de nombres, sino que era el Arzobispado, con una decisión firme, y creo que a él respondían. Bello fue una herramienta maquiavélica de este movimiento dañino que llevó adelante la Iglesia, porque no iba a venir Radrizzani a hacer nada, sino que debían buscar gente que lo hiciera. Ellos sabían lo que pasaba, porque nosotros hemos hecho muchas denuncias, hemos repartido 75 mil volantes que seguro llegaron a sus manos… se publicó en diferentes portales, pero obtuvimos silencio estampa. Jamás, en todo este tiempo, ningún miembro del Arzobispado Mercedes-Luján se acercó a hablar conmigo ni con ningún integrante del sindicato.

Por eso, creo que la causa se extendió todo este tiempo porque detrás estaba el Arzobispado. Bello murió en 2015 pero la causa se estiró dos años más, lo que demuestra que no fue algo personal.

-Después de la muerte de Bello, ¿tuvieron algún tipo de acercamiento o diálogo con Iudica?

-Hernán Massicot, Gabriel Forte y otros compañeros del diario, entre ellos Germán Gaspar, cuando Iudica asumió como director hablaron con él para pedirle que se juntara con el secretario General que era yo. Iudica contestó que con Beto Carreras podía tomar un café, que no tenía problemas, pero con el secretario General de APENOBA no. ¿Por qué? Porque sabe perfectamente que yo sé que el director técnico que generó esta arma destructiva del Arzobispado fue él, que es quien entiende y sabe de estas cosas. Es mi criterio, estoy convencido que él marcó los pasos legales a seguir…

Después están las incapacidades que tuvieron todos; desde el momento en que se fue Rosido hasta hoy son manifiestas. Se sentaban en una mesa para diagramar a quién le joderían la vida al otro día, y terminaron teniendo una herramienta de apriete a comerciantes, industriales, profesionales… que causó un daño enorme y a sabiendas del Arzobispado.

-¿Crees que la actualidad del diario es consecuencia de este accionar durante el período de Bello?

-Todo tiene que ver con todo. Nosotros desde el año 2008/09 ya decíamos lo que iba a pasar con la empresa, sabíamos lo que iba a pasar. Esto se hubiese evitado con unión gremial, y se logró separando a Carreras del trabajo, debilitando al gremio y haciéndoles creer a los trabajadores que nos quedábamos con su plata. Así lograron que pasara lo que nosotros decíamos que iba a pasar.

La cuestión profesional también tiene que ver con esto, porque quienes estaban al frente de la empresa, con quienes nosotros peleábamos y discutíamos, eran los que sabían el rumbo de la porque conocían su historia. Cuando se sacó a esa gente y se puso a esta otra enviada por el Arzobispado, el diario empezó a cambiar, la temática fue distinta, dejó de ser un diario creíble –aunque algunos decían que era té con leche-, pero una marca impuesta históricamente en la familia juninense. Rompieron con esto cuando aparecieron con los enigmáticos y los dueños naturales del medio dejaron hacer. Cuando se habla de un señor que pasó la noche con una mujer, se está anunciando la decadencia, se pierde la credibilidad.

-¿Por qué Bello hacía lo que quería?

-No sé si Bello los tenía apretados por algún motivo, no me interesa, era un problema de ellos. El responsable mayor es el dueño del diario, que es el Arzobispado que, por supuesto, sabe todo… ahora, que no le importe, es otra cuestión.

¿Quién es el responsable que hoy se vendan 20 diarios de la competencia y 3 de La Verdad? ¿Le vamos a echar la culpa a este pobre tipo (NdR: Guillermo Calles) que está hoy, que lo usan como director pero que no tiene idea ni noción, no sabe de periodismo, y que vino a liquidar? Caraduramente se mantiene al frente, pero supongo que recibiendo órdenes, porque con qué tupé despide a tres miembros de la Comisión Directiva de APENOBA.

Cuando se sacaron de encima al gremio, pasó lo que querían ellos: se vendieron tres propiedades costosísimas y no se sabe dónde fue el dinero, que era para arreglar cuestiones edilicias o máquinas, o para pagarle a Carreras los cinco años que no le habían pagado.

Vendieron la propiedad de General Paz para, supuestamente, pagarme a mí y los aportes que debían, pero yo me enteré dos meses después. Me arriesgo a decir que una parte del dinero de esa venta fue para alquilar un cuerpo de color para la imprenta, lo único que se hizo con la venta de una casa en pleno centro.

-¿Por qué mientras estuvo Rosido nada de esto aconteció?

-Tenía defectos, pero era el único tipo con quien se podía estar seguro que la empresa no se iba a fundir. Y con él su gente. Con Abelardo Scorsetti (excontador de La Verdad) tuvimos mil peleas, pero el tipo conseguía la guita para pagar sueldos y sacar la empresa adelante.

Muchos de nosotros no vamos a poder reinsertarnos laboralmente otra vez, nos quebraron profesionalmente: yo hace cuatro años que no ejerzo mi profesión, y tengo 57 años. Y hablo por los 27 compañeros despedidos que se la tuvieron que arreglar como pudieron, cuando tenían su situación económica resuelta a través de un salario, aunque fuera bajo y miserable.

Nosotros queríamos tener la mejor empresa y jubilarnos en ella, queríamos lo mejor, la hicimos crecer, le poníamos el lomo todos los días… Entonces, ¿quién decidió todo esto, quiénes son los malos, a quién habría que procesar y meter presos?

Cuando la Justicia decide tomar de oficio esta denuncia terrorista que hace la empresa, ¿nunca se les ocurrió procesar a los que escribieron esa nota mendaz, a los dueños responsables de la empresa? ¿Por qué siempre se ajusta por el lado más débil, del laburante?

Se tiraron contra el gremio que no tenía guita, que empezó con una silla, el único que reivindicó la tarea del trabajador de prensa… Todo esto lo hicieron una manga de hijos de puta, no podemos quedarnos con que la culpa es de un tipo que está muerto, porque hoy hay uno que está vivo.

-¿Cómo “jugó” la sociedad ante estos atropellos?

-Junín es una ciudad muy especial. Si echan en Esquel a un trabajador de prensa, sale medio pueblo a la calle. Acá cada vez que hay un problema, somos nosotros los que salimos a responder, hacemos las notas, reflejamos el dolor y las miserias, nos peleamos con los políticos para que haya justicia social… más allá de los vendidos y los sicarios del periodismo.

La sociedad nunca salió a defendernos, pero cuando echaron al secretario general ni siquiera salieron los trabajadores. Sí vino un grupo a mi casa, pero la sociedad se mantuvo impávida.

-¿Y la clase política? ¿Las organizaciones intermedias? ¿Los sindicatos?

- Andrés Mansilla, secretario general de la seccional Junín del Sindicato Argentino de Televisión (SAT), Gustavo Traverso y Mario Meoni son los tres que pusieron la cara cuando teníamos el conflicto con el diario y nos apoyaron. El resto de las organizaciones se quedaron quietitas; a pesar que soy miembro de la CGT, no emitió ni siquiera un comunicado. Tampoco hubo pronunciamientos de otros sindicatos apoyando al de Prensa, ni sociedades de fomento, nadie…

A nosotros nos dejaron solos, mal, porque le tenían miedo a lo que les pudieran escribir en el diario a ellos… En el único piquete que se hizo en la puerta del diario La Verdad, sólo se pararon algunos vecinos a acompañar, pero no vinieron políticos ni representantes de organizaciones intermedias… se borraron todos.

-¿Y ahora? ¿Una vez conocido el fallo cambió algo?

-Desde que se conoció esta absolución me llamaron personas que en su momento habían posteado en su Facebook sus dudas respecto a mi persona y el gremio, siempre desconfiando de nosotros y nunca de la empresa.

Es una historia tremenda, del desprestigio personal, del ataque terrorista contra una organización gremial que venía trabajando a favor de los derechos de los trabajadores, con dirigentes que no cobraban por la tarea… algún día tendremos que escribir esta historia, qué pasó con nuestros sueños después de ser echados…

Tenemos que ser conscientes de que nos hicieron mierda, desde la institución que supuestamente más cerca del dolor de la gente debería estar. Yo creo que todavía hay tiempo de reparar esto, pero depende de los que lo iniciaron: si el Arzobispado quiere, se podría volver y podríamos restablecer el tejido y hacer que la empresa vuelva a ser el diario La Verdad. La decisión es de la Iglesia.

-¿Cómo está hoy el gremio?

-Está debilitado. Luego que sucedió todo esto, las empresas dejaron de retener el 2% voluntario que aportaban los trabajadores de sus salarios. Primero nos desfinanciaron, y por otro lado 27 compañeros que sostenían el gremio fueron despedidos y desde la comisión directiva decidimos parar la pelota hasta que terminara el tema de la causa penal.

Ahora, todos los que hacemos el sindicato debemos reencontrarnos para rearmarlo con más fuerzas, porque legalmente existe. Lo que necesitamos es darle seguridad a los compañeros y salir a los organismos e imponernos. La subsecretaría de Trabajo bonaerense no quiere recibir presentaciones, pero es un letargo que tienen ellos porque no ven movilidad. La semana próxima tenemos que empezar a juntarnos para revivir APENOBA, armar el tejido de confianza y defender los derechos de los trabajadores.

-¿Cómo ves hoy el panorama del trabajador de prensa local?

-El trabajador de prensa ocupa un sector muy amplio: aquellos que están bajo sueldo, están cobrando en cuotas como en el caso de La Verdad. En el otro diario el plazo de pago se está cumpliendo bastante bien, pero hay falencias de otro tipo. En el canal están achicando el espacio de transmisión; nos sumamos a la lucha del Sindicato de TV.

Respecto al resto de los medios, que hoy son los que están trabajando y reflejando lo que acontece en la ciudad, no reflejan lo que está pasando con los trabajadores de prensa, salvo algunas excepciones. En este espacio, debemos ver cómo estos portales crecen para pagar sueldos dignos, y que todos reciban pauta oficial.

NOTA PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA DEL SÁBADO 07 DE OCTUBRE 2017   

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