martes 16 de abril de 2024

LOCALES | 21 oct 2017

JEFE DE POLICÍA DEPARTAMENTAL

Walter Feletto: la seguridad siempre fue el “caballito de batalla” de los políticos

El jefe de la Policía Departamental Junín asumió funciones a principios de diciembre de 2016, cuando los cuestionamientos a la gestión de la seguridad municipal ganaron protagonismo e intensidad mediática, y al jefe comunal no le quedó otra alternativa que dar un golpe de timón.


Por: LUCIANO CANAPARO

El Comisario Mayor Walter Feletto, actual jefe de la Policía Departamental Junín, asumió funciones a principios de diciembre de 2016, cuando los cuestionamientos a la gestión de la seguridad municipal ganaron protagonismo e intensidad mediática, y al jefe comunal no le quedó otra alternativa que dar un golpe de timón y exigir el descabezamiento de la cúpula policial.

Casi un año después de su regreso a Junín, para comandar una dependencia que agrupa Lincoln, Chacabuco, Ameghino, Arenales, Pinto, Viamonte, Alem y Rojas, Feletto reconoce que con esos cambios se buscó “una actitud de compromiso de la policía, que atienda los reclamos, y que esté atenta”.

También el Intendente recalcó, en más de una oportunidad, la importancia de contar con “gente de la ciudad” a cargo de las mayores  responsabilidades en el área seguridad.

Si bien el titular de la Departamental nació en Viamonte y pasó su infancia en Lincoln, durante su carrera en la fuerza se desempeñó muchos años en Junín.

“Llevo 33 años en la fuerza. En otras épocas también estuve trabajando acá, entre 2005 y 2008 que llegué a la Departamental. Recuerdo que debutamos en el distrito con el crimen de los tres hermanos Villalba Ron, que se pudo esclarecer a los pocos días. Luego me mandaron a Pilar y me volvieron a designar otra vez para nuestra ciudad, aunque estaba por retirarme. Pero acepté por es  un lindo desafío. Arranqué así casi un año y ya hemos revertido la problemática de la inseguridad”, recuerda.

-¿Con qué método han logrado bajar esos índices de inseguridad?

-El trabajo en la calle. Nosotros hacemos prevención, y sumamos algo de investigación. Ahora, una vez que la gente vio vulnerados sus derechos, entendemos que falló de alguna manera nuestra actividad, y debe comenzar a trabajar la parte de Investigaciones.

-¿En qué se hizo hincapié?

-La prevención es estar en la calle. Cuando llegué dio la impresión de que había falta de actitud del personal y de los jefes, así que nos juntamos y les di una oportunidad. La premisa fue que los jefes tenemos que estar en la calle, controlando; así el personal se siente respaldado.

Todas las semanas se hacen operativos en los barrios y una vez a la semana, uno grande, como por ejemplo, cortar los paso a nivel.

-¿Qué se busca en estos controles? A la gente no les caen muy simpáticos

-Los operativos tienen varias aristas: hacer un poco de docencia, controlar el tránsito. Es cierto que los delincuentes, si ven patrulleros, no van a pasar por ahí, pero se pueden determinar vehículos adulterados y documentación apócrifa. Sabemos que la gente se molesta, así que tratamos de aplicar el sentido común y decirles a quienes van a trabajar, que deben andar con casco, que no deben movilizarse en multitud sobre una moto, que deben tener la documentación en regla… La idea es dar ese tipo de explicaciones y no hacer la multa. No tenemos directivas para que sea algo recaudatorio, sino de docencia.

Además, se trabaja en las comisarías en base a los delitos que ingresan por el 911, la investigación y los allanamientos. Hace unos meses hicimos 25 allanamientos en un solo día, trabajando sobre diferentes causas.

-¿Cuáles son las modalidades delictivas más comunes?

-En enero teníamos el “arrebato”, y hoy logramos bajarlo aunque no dejó de existir; la otra modalidad eran los “escruches”, que son los ingresos a las viviendas en ausencia de sus moradores. Apuntamos a todas las causas que había, hablé con fiscales y jueces de Garantías y se hizo una investigación sobre los posibles lugares donde podían estar guardados los elementos sustraídos.

Se hizo un buen trabajo, y los resultados se expusieron.

Pero el punto que más nos exigen desde Provincia y desde el Municipio está relacionado con el narcotráfico. Observamos mucho menudeo, gente que consume, que se moviliza con porros o bochas de marihuana; si bien muchos son adictos, tratamos de ver individualizar el foco de venta.

En este marco, tuvimos la suerte de sacar 13 kilos de marihuana de la calle y se está trabajando en otras causas importantes, con muchas horas de dedicación.

Después se trata de estar sobre lo que va ocurriendo. Junín es grandísimo y hay mucha presencia policial, creo que es el factor por el cual han bajado los índices de ciertas modalidades. Pero también vemos que cuando hay hechos en el centro, por ejemplo, y saturamos esa zona, el delito se corre hacia la periferia.

-Si tomamos la estadística fría, ¿se puede afirmar que hoy Junín es una ciudad más segura?

-Las estadísticas no le importan a la gente, y mucho menos a quienes han sufrido algún tipo de delito. Los números sirven solo para analizar. Por ejemplo, con los datos en las manos, puedo afirmar que hoy hay menos delitos que se cometen con armas de fuego y que se redujeron los arrebatos.

De todas maneras, nunca doy estadísticas porque me parece que es algo que no le sirve a la gente, sí me sirven a mí para trabajar y saber dónde estoy parado.

-¿De qué factores depende el incremento o la baja del delito?

-Los hechos van a seguir existiendo, esté yo o cualquiera al frente de la Departamental. Hay una cuestión de fondo que es la situación que vive el país, y que puede llegar a cambiar si el día de mañana se brinda más oportunidades a los jóvenes. Quizás el joven que delinque no tiene otra oportunidad.

Además, quien es condenado y enviado a una unidad carcelaria no encuentra una estructura preparada para poder reinsertarse después en la sociedad.

-Con su experiencia, ¿qué cambios nota en la operatividad de los delincuentes?

-Muta la modalidad. Hoy hacen “escruches” que se puede controlar cuando se detiene a un par de personas, pero seguidamente aparecen los que asaltan taxis o estaciones de servicio. Pero los delitos siguen siendo los mismos. El robo de motos es una gran preocupación. Antes, de 120 delitos 40 eran de motos. Hoy estamos teniendo 17 y de esos casos, hay 10 motocicletas recuperadas.

-En este punto se exige a la policía que actúe sobre los reducidores que, muchas veces, son quienes se encargan de pedir rescate por un rodado

-En eso están los que hacen un negocio de la sustracción de motos, con pedido de rescate al propietario que ubican, es cierto. También hay mucha gente que prefiere no denunciar el hecho a la policía y arreglar con el delincuente, y muchas veces terminan perdiendo la plata y la moto.

-¿Esto pasa porque no hay confianza en la policía?

-Siempre hubo críticas hacia la institución, pero yo a mis jefes les dije clarito que en mi gestión no voy a permitir hechos de corrupción. Sabemos que cuando se va a un hecho o a un allanamiento siempre alguien quiere embarrar la cancha…

-Cuando asumió, la gobernadora Vidal apuntó directamente a la Bonaerense con la intención de depurar…

-Creo que siempre hay que hacer un mea culpa. Nosotros hemos tenido problemas que fueron denunciados, algunos fueron exonerados y hasta presos. La gente debe empezar a tener confianza justamente por estos hechos, porque antes nadie se atrevía a denunciar y hoy nadie calla nada.

-¿A usted le tocó estar o presenciar, en todos estos años, algún caso grave de corrupción policial?

-En una oportunidad tuve que ir a declarar a Asuntos Internos por una denuncia que radicó un colega que hoy ya no está en la fuerza. Salimos exentos de sanción disciplinaria, pero he visto compañeros involucrados en hechos de corrupción; pero cada uno es grande y responsable, sabe lo que debe hacer. Uno trata de inculcarle un camino a los que están abajo y si me toca meterlo preso, lo haré, con personal involucrado en droga o por violencia de género o lo que sea.

-¿Cómo está hoy equipada la fuerza?

-La policía se capacita en forma casi permanente, sobre todo los cuadros que están en la calle. Los jefes también porque hay que hacer cursos para avanzar en jerarquía, pero siempre hace falta más, porque cuando se participa de un operativo, muchas veces notamos que hay efectivos que no son los más educados y tratan mal a la gente, hasta para pedir documentación.

En cuanto a los medios, la Provincia está enviando. Antes se recibían pero no con tanta frecuencia, hoy están proveyendo de más elementos necesarios para trabajar: móviles, chalecos, armas…

-¿Cómo es la relación con el Municipio?

-Nosotros somos policías y no políticos, debemos trabajar con la gestión de turno, porque la tarea debe ser en forma coordinada para llevar adelante políticas públicas de seguridad. Tenemos una buena relación con el nexo, que es el secretario de Seguridad Fabián Claudio, con la premisa de trabajar al máximo.

-¿Sienten presión política sobre la fuerza?

-Los lineamientos de trabajo son claros: debemos trabajar para mejorar la calidad de vida del vecino en materia de seguridad. A partir de esa base, debemos volcar la fuerza a la calle, y desde ahí cambiar la actitud del efectivo, para que esté atento a la conducta de los que andan por la calle. Con el paso de los años se va adquiriendo la destreza para observar quién se moviliza con la intención de delinquir. Sabemos que hay efectivos jóvenes que desconocen quiénes son los delincuentes: hoy hay una franja de entre 15 y 30 años que es la más activa.

Nosotros redoblamos los esfuerzos y nuestro compromiso es trabajar de la mejor manera, sabemos que hay críticas porque cumplimos cargos públicos y estamos expuestos pero estamos convencidos que lo que venimos haciendo está bien.

-¿Y qué pasa con la Justicia, la otra pata de la cuestión?

-Nosotros trabajamos muy bien con los fiscales, pero hay que tener en cuenta que ellos deben respetar un código de procedimientos y un Código Penal, que son garantistas para la víctima y el victimario.

En general, tenemos una buena relación con la justicia ordinaria y federal. Trabajamos muy bien en los últimos casos de intimidación pública por amenazas de bombas en las escuelas y los operativos derivados de esa situación. Nosotros somos sus auxiliares.

-Los vecinos damnificados quiere resultados inmediatos y muchas veces señalan marcan de la Justicia…

-Lo que nosotros solicitamos, ellos lo avalan, siempre y cuando estén bien fundamentadas las causas.

-¿La lucha contra el narcotráfico es tal, o en los operativos se busca la planta de marihuana que, en general, es para consumo personal?

-Tenemos de todos los casos. Antes íbamos a un allanamiento por el robo de una moto y no encontrábamos plantas de marihuana, hoy sí. También tenemos casos importantes, como dije anteriormente sobre los 13 kilos incautados, o los 2 kilos que secuestró la Policía Federal.

Sucede que el ingreso de droga a la ciudad no se da por una sola vía. Sabemos que en el último caso, la droga venía de Rosario. Es un negocio muy redituable y cuando cae uno, otro se va a encargar de continuarlo. Por eso debemos retomar la investigación.

 -¿Hay cocinas de drogas en Junín?

-Hasta ahora, que tenga conocimiento, no hemos determinado que haya. No lo hemos determinado desde ninguna de las áreas policiales, creemos que se trae a Junín para distribuir en la ciudad y la zona. De hecho, muchas causas iniciadas acá tuvieron repercusión en otras localidades, con procedimientos relevantes.

-¿Cómo ven hoy la existencia de la entonces criticada Policía Local?

-La Policía Local es más de aproximación, de cercanía, que hoy tiene un jefe de Junín y hay una excelente relación. Nos sentamos a la mesa, debatimos problemáticas, cómo combatiremos y llevaremos operativos adelante, tal como hacemos con los distintos jefes.

Lo vemos como un compañero más, porque al vecino le gusta que esté cerca, la presencia… y esto nos favoreció a nosotros, con una merma de algunos tipos de hechos.

-¿Cuántos efectivos maneja?

-Tengo ocho ciudades a cargo, pero en Junín serán alrededor de 400 hombres. Por ejemplo, el Comando tiene 120 efectivos, de los que trabajan alrededor de 100, así que van estando 30 por cuartos, para cubrir las 14 cuadrículas. Se suman las comisarías y la Local que se acopla, con el trabajo en los distintos barrios.

También tenemos que cubrir la nocturnidad los fines de semana, y los eventos deportivos.

-El control de la nocturnidad es otro de los temas pendientes.

-La policía hace un control externo, cada boliche tiene su personal de seguridad. Hacemos presencia en la zona, a los efectos de evitar problemas cuando salen los jóvenes. Los chicos quieren divertirse pero a veces no lo hacen sanamente, y la noche tiene muchas cosas como alcohol o droga. El tema es cómo se controla eso dentro de los boliches. Se hacen controles habituales, viendo las cámaras, las salidas, el personal… yo prefiero que los chicos estén ahí dentro hasta las 6 o 7 de la mañana y no merodeando por las calles. Es un tema también de educación que debería partir de la casa, pero si no se hace un seguimiento puede terminar donde no se quiere.

-¿Junín importa delincuentes? ¿O es un mito que las cárceles generan inseguridad?

-La mayoría de la gente que delinque, un gran porcentaje, es local. Ha venido gente de afuera, que cometió un hecho y se fue. No hace mucho tuvimos el caso de un escruche a una familia. El delincuente era de Esteban Echeverría, se lo detuvo y se recuperaron algunas cosas. Lo que sucede es que los del conurbano son más ‘salvajes’. El detenido dijo que pensaba que Junín era más tranquilo, pero se resolvió el caso a través de las cámaras y viendo la patente.

NOTA PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA DEL SÁBADO 14 DE OCTUBRE 2017   

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