Los métodos del silencio, según Pablo

“Premios y castigos” a medios, productoras y periodistas, según su línea editorial. El uso discrecional de la pauta oficial en Junín, en un informe con el sello de Semanario.

Por: Redacción Semanario

Existe una tendencia creciente por parte de los gobiernos a interferir en la independencia de medios de comunicación y de periodistas con mecanismos sutiles, esquivos al conocimiento público. Con diferentes magnitudes, hay graves problemas de abuso de la publicidad oficial.

En el caso de Junín, específicamente, según datos oficiales, persiste un manejo "abusivo" y "discrecional" de la publicidad oficial, que funciona como una especie de "censura indirecta" sobre la prensa.

Las modalidades de la censura indirecta o sutil son, a grandes rasgos, cuatro: el manejo abusivo de la publicidad oficial para influir en los contenidos de los medios; los pagos hechos directamente a periodistas; la asignación discriminatoria de publicidad a favor de aliados políticos; y el uso de la publicidad con fines propagandísticos.

La distribución de la pauta publicitaria se sigue haciendo en forma discrecional, con la no declarada intención de que los medios beneficiados aten su línea editorial a los intereses del oficialismo de turno, poniendo en juego la libertad de expresión: escasos medios terminan dependiendo de esos ingresos para sobrevivir.

El Estado, se sabe, tiene el deber de dar a publicidad sus actos y llevar a cabo campañas de información que den cuenta de sus políticas públicas, que se realizan a través de la publicación de avisos pagos en los medios de comunicación. También se sabe que ninguno de ellos tiene derecho a recibir publicidad oficial, pero todos los que reciben esos avisos tienen derecho a no dejar de recibirlos como consecuencia de sus contenidos críticos hacia el poder político de turno.

No se trata de que el Estado mantenga a los medios (aunque es cada vez más frecuente, y en Junín evidente con el caso La Verdad), sino de que los recursos que gasta en sus campañas sean distribuidos de manera transparente, controlada y racional. No hacerlo implica dejar al arbitrio del gobernante el manejo de recursos públicos en función de la mayor o menor complacencia que los medios y sus periodistas adopten ante la autoridad política. Algo que, en la práctica, constituye una censura sutil, en ocasiones efectiva.

El contador Pablo Alexis Petrecca ha trasladado a Junín el modelo que el ingeniero Mauricio Macri ejecuta desde Nación. El municipio replica con minuciosidad aquella idea. Tanto el presidente como el Intendente tienen escasísimos privilegiados, y un montón de olvidados.

Pero veamos primero qué pasa donde se cocina el bacalao, para después graficar la realidad local. En Buenos Aires, la pauta oficial en el primer semestre de 2017, según información pública de la Jefatura de Gabinete, deja clara la persecución contra las voces disidentes del gobierno del Frente Cambiemos. A la vez, muestran el abrumador favoritismo del grupo Clarín en el reparto de los fondos del Estado, en todos los rubros, que suma 337.295.758,66 de pesos, solo en el primer semestre de este año.

El diario Clarín (sólo el diario) recibió del Estado 54.613.989,52 pesos frente a 3.206.000 que se le pautó a Página/12 en el mismo período. El diario La Prensa, hoy prácticamente desconocido para el gran público, recibió el doble de pauta que Página/12 y en el caso de Perfil casi le fue otorgado el triple. Todos estos no son hechos aislados.

Respecto del aire, el Estado le dio a Radio Mitre, del Grupo Clarín, 39.600.000 pesos durante el primer semestre de 2017 mientras que la AM750, del Grupo Octubre (Página/12), prácticamente no recibió pauta.

En tevé, TN y C5N tienen casi el mismo rating, pero el cable del grupo Clarín recibe cinco veces más publicidad oficial que el del grupo Indalo.

En la gobernación, María Eugenia Vidal, ha multiplicado el gasto en publicidad. Un artículo del diario Perfil reveló un aumento en el presupuesto publicitario del 71% en Provincia de Buenos Aires respecto de lo gastado en 2016. Pero en realidad el aumento que la gobernación aplicó fue de 250%, si se tiene en cuenta el presupuesto de 2016. Algunos de esos importes, fueron destinados a pagar medios en Junín, para ser mostrada en acciones de campaña, previo a las elecciones.

LA TORTA PUBLICITARIA EN JUNIN

Las planillas oficiales dejan en evidencia la discrecionalidad del manejo de la pauta oficial y el disimulado ninguneo contra Semanario, y otros medios locales. Mientras el Municipio premia las miradas indulgentes con abrumadora cantidad de avisos, excluye las lecturas disonantes y críticas con su gestión.

En el ámbito local, insistimos, las voces disonantes no cuentan con pauta. O cuentan, pero escasísima. Así de simple. Porque la que figura en la hoja de transparencia de la Municipalidad se ejecuta a los tumbos. O sea, que lo que allí figura es un dibujo para la vista: este medio, después de peregrinar por varias oficinas, logró cobrar tres meses de atraso ($ 7.000 mensuales por la página web semanariodejunin.com.ar).

Pero muy diferente es el caso de La Verdad, diario propiedad del Arzobispado de Mercedes-Luján, muy lejos, lejísimo de su tirada de años anteriores y con una calidad y precarización laboral en riesgosa baja, y del “acomodaticio” diario Democracia, de la familia Lebensohn, grandes privilegiados de la gestión municipal.

Del estado municipal, entre ambos, han recibido la módica suma de 3.422.494 pesos en los primeros veintidós meses de la gestión Petrecca. Pero si sumamos la pauta nacional, entre el Grupo de medios La Verdad (LT20-FM Nova, diario y web) y Democracia (diario, TeleJunín y web) el Estado, en su conjunto, ha entregado la nada despreciable suma de 7.330.320 pesos en pauta oficial, a razón de 330 mil pesos mensuales para cada uno de los medios, en los casi dos años de gobierno.

En cambio, a la señal de Junín TV Canal 10, que maneja pauta de valores nacionales, el gobierno del contador Petrecca no le ha aportado ni a los tobillos lo que destinó a los amigos de papel: 578.346 pesos entre 2016 y 2017.

A los medios radiales, a muy pocos, contados con los dedos de las manos (suman alrededor de 75 las radios FM en Junín) se los ha beneficiado con una pauta del orden de los 3 mil pesos mensuales, aunque sobresale lo destinado a los medios de Eduardo Di Marco quien, sumado lo que recibe por la página web y las radios que gestiona, se alzó en los primeros diez meses del año con $ 335.000.

En rigor, el método del silencio en el gobierno central es emulado a nivel local. La forma de acallar o de comprar voces es el uso de la pauta y su reparto. Mucho más en el interior del país o ciudades relativamente pequeñas como Junín, donde cobra especial relevancia, dada la precariedad comercial y los mínimos aportes que el sector privado puede pagar.

Ni el Intendente ni su gobierno de Cambiemos han cumplido su palabra. La transparencia y el reparto están muy lejos de la palabra empeñada. Quedó en una mera promesa de campaña. Es más, está tan despareja que escandaliza. Y nada indica que algo vaya a cambiar. El amplio porcentaje de votos y el espaldarazo popular haría pensar que el camino al cielo es el elegido.

Prácticas de este tipo no están ni cerca del anuncio del presidente de lograr el principio de equidad, de mayor igualdad.

A quién beneficia no hace falta aclararlo. Sólo con ver los números y las notas publicadas, la respuesta cae de maduro. Las voces díscolas suenan como las campanas de palo, pero con la dignidad de la resistencia y el valor de la palabra.

Han mentido, no les importa y ni siquiera se ponen colorados.

EL REPARTO EN NÚMEROS

Dime/dime/dime qué me cuentas… dime/dime, cómo lo cuentas y te diré con cuánto cuentas… podría ser tranquilamente una melodía de Romeo Santos con eróticas imágenes del intendente posando en sonrientes apretones de mano por doquier.

Dime/dime/dime qué me cuentas…dime/dime, cómo lo cuentas y te diré con cuanto cuentas también es el reparto del dinero de las arcas municipales según Pablo. Así reparte el Romeo local: