viernes 19 de abril de 2024

LOCALES | 17 nov 2017

Entrevista política

Julio Ginzo: “Desde que el frente Cambiemos es gobierno la UCR se ha ido diluyendo”


Por: LUCIANO CANAPARO

La pasión radical por la razón de estado y la ética de la responsabilidad, hizo transitar al Partido casi dos años en fila india detrás de la imaginación política y económica del macrismo, lo cual no fue, ni siquiera parecido, a lo que los convencionales nacionales votaron en la reunión de Gualeguaychú en marzo de 2015, cuando confiaron en celebrar con el PRO una coalición electoral con reglas de funcionamiento precisas, pero…

Con esa base, el radicalismo hizo y hace propaganda de cosas que ni pensó ni decidió ni consensuó, e incluso suele hacer algo peor y es aquello que no le piden con el propósito de agradar. Sobreactúan lo que creen que el partido del gobierno espera de ellos. En este escenario, la ausencia de liderazgo ha sido crucial para este sometimiento colectivo.

La velocidad con que aceptaron un Nuevo Testamento simplemente asombra y proyecta algo duro: si Cambiemos sigue ganando elecciones y la UCR no se da un liderazgo serio, y en serio, a este ritmo de conversión, la naturaleza de las cosas hará que la UCR se diluya, tal como afirma Julio Ginzo, histórico dirigente radical local, ex diputado provincial y nacional, en una entrevista con Semanario.  

-¿Qué rumbo debe tomar la UCR para no terminar sus días como simple colectora de Cambiemos?

-Tengo una posición tomada sobre qué debe ser la Unión Cívica Radical en este momento, a pesar de no estar enrolado en ninguna lista interna. El radicalismo, en un determinado momento priorizó, y con buen criterio, la necesidad de recuperar la República, que estaba siendo desbandada por el kirchnerismo. Y se constituyó Cambiemos, que fue una alianza electoral pero no política ni ideológica, y que logró el objetivo de frenar esa avanzada antirepublicana.

-¿A qué precio?

-El precio, muchas veces, es alto porque supone caminar por el país con algunas fuerzas políticas que tienen diferencias, algunas sustanciales, con la UCR. El radicalismo fue el primer partido popular de América, que se constituye en base a los inmigrantes y de los movimientos de los caudillos federales, y nace como fuerza progresista en el siglo XIX.

-Un escenario bastante diferente al propuesto hoy por los Ceo’s

-Cuesta un poco ver a la UCR ahora compartiendo gobierno con importantes Ceo’s del empresariado argentino, es cierto. Pero se trata de establecer prioridades y una de ellas era recuperar la República. Y esto, a grandes rasgos, se ha realizado, aunque al precio de la falta de protagonismo del radicalismo. Este Partido ha sido protagonista, a lo largo de sus 130 años de historia, siempre, en el acierto y en el error. Pero se sabía dónde estaba parada la UCR y ese protagonismo fue fuerte, siendo gobierno u oposición.

-¿Hoy de qué lado está parada la UCR?

-Desde que Cambiemos es gobierno, el radicalismo se ha ido diluyendo. Ha puesto mucho en las elecciones, la estructura territorial que los otros partidos no tienen. En el pueblito más chico del   norte argentino hay cuatro chapas y una de esas dice UCR: ahí hay un comité. Eso no lo hacen diez Ceo’s reunidos en Puerto Madero tomando café. Se hace a lo largo de un siglo y pico de historia. Sin embargo, hoy el radicalismo no es tenido en cuenta en el gobierno como me parece debería ser.

-Por culpa del Gobierno y por culpa de los dirigentes del Partido que se ponen en segundo plano

-Creo que se conjugan las dos cosas. Hay dos posturas dentro del radicalismo. Una postura de apoyo casi incondicional a Cambiemos, al precio de perder la identidad. Porque la ausencia de la UCR en el escenario nacional de la política va desgastando al Partido, se va como borrando. Si vos le preguntás a alguien que va caminando qué piensan los radicales sobre equis tema, no sabe qué contestar.

Por otro lado, están los dirigentes que se reunieron la semana pasada en Laguna Setúbal (Santa Fe) y que exigen un protagonismo que hoy el Partido no tiene, exigen al gobierno espacios de poder. No se trata simplemente de que haya dos diputados más o menos, sino de que la UCR sea tenida en cuenta en la mesa de decisiones para que mañana no nos señalen como claudicantes, frente a algunas cosas que han ocurrido últimamente en el país.

Si se perfilan dos visiones distintas respecto a cuál debe ser el rol de la UCR -estar en el gobierno o en la oposición- debe definirse cuál es su espacio.

-¿Y cuál debería ser la postura de la UCR, más allá de los puestos de poder, sobre la política de Cambiemos?

-Se trata de ser coherente con la propia historia y los pensamientos. De recuperar el valor de las grandes palabras como república, sociedad, decencia, eticidad. Hay una frase de Raúl Alfonsín que define todo, cuando hablaba de la “ética de la solidaridad”. Esta es la esencia de la democracia que el radicalismo pregona. El radicalismo debe tener en cuenta siempre este enfoque.

-¿Qué no le gusta de la UCR?

-No me gusta cuando veo que estamos compartiendo el gobierno con Ministros que tienen sus dineros en el exterior porque eso, cuanto menos, supone una desconfianza en su propia tarea. Segundo, porque no puedo pedirle a los capitalistas extranjeros a que vengan a hacer inversiones si fugo capitales. Y tercero, y fundamental, por esto de las esencias, que son el fundamento de la política. Y la esencia es que debe existir un compromiso con la sociedad que se gobierna. No se construye una sociedad en ausencia de valores. Y las ideologías deben estar respaldadas por valores. Los valores existen porque si no hay sociedad. Si todo da igual, las sociedades no tienen destino. Esto el radicalismo lo debe tener presente siempre. Porque más allá de que a veces estos valores no han sido respetados por el radicalismo, la decencia es un valor absoluto dentro de la UCR. En la historia, quien violó eso lo pagó. Premios y castigos para la conducta.

-¿Qué es la política?

-No hay actividad humana más generosa que la política, porque es la actividad destinada a terminar con situaciones de injusticia. Sin embargo, la política ha pasado a ser una actividad de trepadores. La culpa la tienen quienes han utilizado la política en beneficio propio. Y si la sociedad no recupera el valor de la política no tiene destino. Es la ciencia que está destinada a mostrarle a la sociedad el camino de su propia realización.

-Sin embargo, todos los espacios políticos de relevancia están atravesados por la desconfianza      

-Esto nos pone ante un gran desafío. Los gobiernos tienen que ser muy sólidos y no puede haber dos posturas. Cuando se dan hechos de corrupción no se puede titubear, porque si no el mensaje es que todo vale. Si nos enteramos por los diarios que es normal que quienes conducen el país, ahora o antes, se están robando la plata de la gente, en un país asfixiado por las deudas sociales, las más pesadas, nada tiene destino.

Los gobiernos tienen la obligación de recuperar el contrato moral, donde hay barreras a defender a cualquier precio. Seamos duros con aquel que no lo hace, sea del partido que sea.

-Aunque el compromiso social deje mucho que desear

-Acá han pasado cosas terribles. La dictadura militar, por ejemplo, el horror más grande de la historia argentina. ¿A nadie se le ocurrió comenzar a señalar culpables? Porque ha habido responsables bien definidos. ¿A nadie se le ocurrió decir que uno de los principales responsables de la dictadura fue el general Perón? Porque él, con 80 años y una enfermedad cardíaca, la lleva como vicepresidenta a una pobre señora. Que era evidente que una vez muerto, esa señora iba a producir lo que produjo, manejada por López Rega. ¿Será por aquello de ‘después de mí el diluvio’?

O de la responsabilidad que tuvieron en Junín las entidades intermedias. ¿Dónde estaban el Colegio de Abogados, el de Escribanos, la Sociedad Rural, Comercio Industria? Miraban para otro lado. Hay una responsabilidad conjunta de la sociedad que no quiere buscar responsables, porque responsables son todos. Unos más y otros menos. Es una sociedad que expresó una cobardía suicida.

-¿El radicalismo mantuvo esos valores a lo largo de la historia?

-El radicalismo existe porque fue siempre fiel a ese tipo de valores y su opinión sigue siendo fundamental en la sociedad. Pero hoy no tiene opinión. Este vacío se nota y se va a notar más. Por eso aparece una corriente, que se reunió días pasados en Laguna Setúbal (Santa Fe), que exige a las autoridades partidarias tener más presencia, incidencia y opinión. Cada hecho que ocurra debe despertar una opinión del radicalismo. Y sin romper Cambiemos, trabajar desde ahí en función de los valores más vinculados a lo social y a lo ético. Porque si a Cambiemos se le caen estos dos valores, cae Cambiemos.

-¿En Junín se da la misma dinámica? Hay varias líneas internas, con pensamientos diversos, que ya comenzaron a tirarse de los pelos. ¿Por qué usted no participa de la discusión interna?

-En principio, yo ya bajé la persiana. Apoyo, ayudo, asesoro y empujo desde atrás, pero mi tiempo político ha terminado. En segundo, lugar me parece que hay que tener cuidado en no anteponer los proyectos o deseos personales a las ideas. Insisto: la UCR debe tomar protagonismo dentro de Cambiemos, lo cual no significa cambiar figuritas. Quiere decir, simplemente, los radicales pensamos así, y queremos ser tenidos en cuenta en la mesa de negociaciones. Sería bueno que hubiera un proyecto común. Uno de los defectos de los radicales es nuestra pasión por la interna; el internismo es una patología en la UCR. Sería bueno que se prioricen otras cosas y que haya una camada joven que se incorpore a la conducción del Partido  en la necesidad de recuperar el apoyo de la sociedad que tuvo durante tantos años.   

NOTA PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA DEL SÁBADO 11 DE NOVIEMBRE 2017   

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