jueves 25 de abril de 2024

LOCALES | 23 nov 2017

esperanza sustentable

Que el hombre no separe lo que unió la pesadilla llamada barigüí

Debieron pasar 20 años para que finalmente se intentara trabajar en forma conjunta a nivel regional para combatir a esta cada vez más molesta plaga. Ahora, donde había un caos inútil y contaminante parece abrirse una esperanza sustentable.


Por: OMAR MERAGLIA

Desde hace dos décadas comenzó a adquirir fama (y número) en nuestra región un insecto chupasangre que merced a las desavenencias políticas para trabajar en conjunto se terminó transformando en una pesadilla que recién ahora podrían empezar a tratar de controlar.

Esta tradicional forma que tienen los políticos de trabajar en forma individual y no en un todo, hizo que lo que apareció como una novedad terminara siendo un grave problema social y sanitario.

Atacados masivamente por un pequeño jején mordedor llamado barigüí, los vecinos de la región, particularmente los cercanos a la cuenca del Río Salado, ya no soportan más el picor y las dolorosas  inflamaciones.

Después de pulverizar y derramar centenares de litros de diversos productos y seguir contaminando aún más el aire, la tierra y el agua, los funcionarios, cada uno en su distrito, fueron rindiéndose al pequeño simúlido.

Y como cada crisis a veces resulta en una oportunidad, fue precisamente el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI), que conduce Jorge Elustondo, quien a través del juninense Sergio Perez Rossi, que se desempeña como director provincial de Vinculación y Transferencia de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC), lograron reunir a representantes de nueve municipios con el objetivo de avanzar en la elaboración de un plan de acción para hacer un tratamiento científico, integral y sistémico del barigüí.

La actividad, organizada en el marco del programa provincial “Una Provincia Pensada”, contó con los aportes del investigador del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE) dependiente del CONICET y la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Juan José García, y de la bióloga y epidemióloga de la Dirección Provincial de Epidemiología e Información Sistematizada, Alejandra Rodríguez, quienes propusieron diferentes iniciativas para abordar la problemática.

SÓLO UNIDOS

Habrá que entender que esta situación (y seguramente otras en el futuro) sólo podrá ser superada con la participación de todos los distritos comprometidos, ya que el desarrollo de las larvas que darán paso a los insectos adultos se encuentran en los cursos de agua correntosos (a diferencia del mosquito que desova en aguas estancadas) por lo que si en alguna de las etapas se deja de hacer control y prevención, el problema se transmitirá hacia los demás involucrados.

Sería importante que este abordaje mancomunado fuera aprovechado para trabajar sobre otros temas también de índole regional y colocar los cimientos para nuevos proyectos interdistritales, algo poco acostumbrado en nuestra clase política, particularmente por el excesivo celo partidario o egocentrista de los funcionarios de turno.

En este caso el éxito dependerá en buena medida de cumplimentar las tareas que sean especificadas por los profesionales. Precisamente, en la primera reunión llevada a cabo (esta fue la segunda), García, uno de los especialistas en diseñar la estrategia de control, sostuvo que en 20 años nunca había sido consultado por las autoridades con la intención de encontrar un paliativo al desarrollo vertiginoso del insecto, lo cual habla de la desatención y desidia provincial, regional y municipal respecto al tema que hoy aparece como de inusitada gravedad ya que está en juego la calidad de vida al aire libre por parte de los habitantes de la región.

De este modo, se espera que ahora la unión logre resultados positivos. De hecho, los actores implicados, además de los ya nombrados, son los Ministerios de Salud y Agroindustria bonaerenses, el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS), la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC), la Universidad Nacional del Noroeste (UNNOBA), el CEPAVE y los municipios de Junín, Bragado, Alberti, Mercedes, Chivilcoy, Roque Pérez, General Arenales, General Viamonte y General Belgrano.

En este marco, habrá que dejar de lado los intereses individuales y considerar las acciones de modo conjunto, por lo que cualquier funcionario que se arrogue éxitos en su distrito estará construyendo un falso relato ya que la solución será para todos… o para nadie.

LA PRUEBA DEL BT

Asesorados por los científicos, la reunión sirvió para trazar los primeros pasos en lo que hace a las acciones primaria de control, y en función de ello se consideró la posibilidad de establecer un convenio de cooperación institucional para la aplicación de BTI -siglas del microorganismo Bacillus thuringiensis-, la tecnología más difundida en la materia para el control del jején.

Bacillus thuringiensis es una bacteria que existe naturalmente en el suelo, y que es fatal para las larvas de un amplio espectro de insectos que incluye mariposas, polillas, gorgojos y escarabajos.

La toxina del Bt se activa solamente en el tracto digestivo de algunos insectos en su estado larvario y no tendría efectos perjudiciales sobre otras especies.

La vida biológicamente activa del Bt es corta y si no es ingerido por una larva, en el plazo de pocos días se vuelve inefectiva.

Las costas de la cuenca del Salado bonaerenses están plagas de larvas del barigüí por lo que se comenzará aplicando el Bt en esas zonas para iniciar un control que, sin duda alguna, llevará mucho tiempo hasta que se empiece a notar una menor incidencia del insecto.

Si bien los expertos prefieren no dar datos en cuanto a lo que habrá que esperar, es previsible considerar que al menos quedarían un par de temporadas para comenzar a observar una disminución de los ataques y si es que cada uno de los actores del programa cumple con su parte en su distrito.

LO QUE VIENE

Con el objetivo de no generar falsas expectativas es casi seguro que lo que se puede esperar de aquí en adelante es “sangre, picor e inflamaciones”, hasta tanto el control logre resultados.

El mayor aporte que puede hacer la comunidad en general es exigir a sus autoridades que sigan trabajando en conjunto para lograr resultados que no serán mágicos y deberán esperar.

Los 20 años de individualidades no podrán ser subsanados en dos encuentros técnicos, pero se abre un camino más apropiado.

Habrá que estar atentos, incluso, a la aparición de un mercado “barigüero” en el que comenzarán a ofrecerse productos comerciales que darán cobertura ante la situación, tales como plaguicidas variados, repelentes, cremas, pomadas, antisépticos y otros tantos, en muchos casos de dudoso origen y lo que es más grave aún, de desconocida reacción en el cuerpo de niños y adultos.

Por lo que habrá que estar atentos también a la comunicación y la tarea –responsable- que lleven adelante las autoridades sanitarias con el fin de hacer un buen aporte en este sentido.

Queda mucho camino por recorrer y muchas dudas por develar con el fin de combatir eficientemente este flagelo, pero hay algo que es indubitable: si no se trabaja en conjunto, no habrá control ni solución posibles.

 

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