Por: OMAR MERAGLIA

Bayer (que no es tan bueno) realiza negocios con Monsanto que es la empresa que más ha promovido el uso del glifosato, un herbicida total, que respeta sólo a las plantas con tecnología resistente a RoundUp (RR), la marca comercial de Monsanto en el mercado del glifosato.

Bayer está solicitando que la Unión Europea le de 15 años de prórroga al herbicida que acaba de recibir cinco años para ello, luego que el Parlamento Europeo solicitara la prohibición.

El presidente francés Emmanuel Macrón ya advirtió que antes del 2022, el agrotóxico en cuestión será prohibido en su país.

Asimismo, la compañía alemana, que no lo produce pero sí lo vende y quiere adquirir Monsanto, defiende que el herbicida para la eliminación de malezas y que no afecta a cultivos genéticamente modificados, es seguro, aunque algunos científicos consideran que es cancerígeno.

La Comisión Europea (CE) explicó que formalizará la decisión de renovar la licencia del glifosato el próximo 12 de diciembre, fecha en la que responderá también a la Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) registrada para pedir su prohibición, impulsada por organizaciones ecologistas.

“ETICA EUROPEA”

La votación para llegar a este “acuerdo” estuvo rodeada de particulares circunstancias, al menos llamativas, más que nada porque rozan el manto impoluto de la ética alemana.

Ocurre que el ministro de Agricultura teutón, Christian Schmidt, decidió por cuenta propia votar a favor de la renovación de la licencia del glifosato en la UE, desatando la indignación de sus socios de coalición socialdemócratas.

"No era éste el proceder pactado en el Gobierno, donde se había acordado una abstención. Lo sucedido no debe repetirse y así se lo he advertido al ministro", afirmó la primera ministra Angela Merkel en una comparecencia conjunta con la titular de Medioambiente, la socialdemócrata Barbara Hendricks, quien también expresó su malestar por lo ocurrido.

Merkel insistió en que "no puede repetirse" una decisión en solitario. El propio ministro explicó, en declaraciones a la televisión pública ARD, que se trató de una decisión por cuenta propia, de la que no había informado previamente a la canciller.

La aprobación de la licencia para el uso del glifosato en la UE fue posible después de que varios países, entre ellos Alemania, pasaran de la abstención al sí en las últimas rondas de votación.

En Alemania esta votación ha enturbiado la de por sí compleja formación del nuevo Gobierno. La titular de Ambiente Hendricks mostró su indignación por el proceder de Schmidt y explicó que ella misma había hablado al mediodía con el ministro para reiterarle su negativa a la renovación de la licencia, por lo que Alemania debía mantener su abstención.

Esta votación europea resulta importante para las empresas proveedoras del paquete tecnológico que incluye las semillas transgénicas, debido a que si Europa hubiera prohibido el uso del producto eso repercutiría fuertemente en Sudamérica, región en la que estamos incluidos y donde se fumigan millones de litros de glifosato anualmente para llevar adelante cultivos agrícolas principalmente de maíz y soja.

SITUACIÓN NACIONAL

El glifosato resulta sólo una muestra de la cantidad de agroquímicos que inundan nuestra producción vegetal y animal y están mostrando resultados alarmantes en la salud de las poblaciones, merced al valor de médicos que llevan a cabo sesudos estudios y los dan a conocer principalmente en el ámbito científico ya que muchos medios de difusión prefieren recibir plácidamente los argumentos y (lo que es más importante) la publicidad o propaganda de las empresas ligadas a la fabricación de elementos que integran el “paquete” que recibe el productor.

El ex ministro Ricardo Buryaile ya se había encargado de poner en su cartera a representantes del sistema productivo pro glifosato y en la provincia de Buenos Aires el actual titular de agroindustria ha sido un alto ejecutivo de la empresa Monsanto.

A este interesado desorden de cosas, se suma ahora el ex presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luis Etchevehere, quien ha sido férreo defensor del agroquímico cuya toxicidad para humanos y el resto de los seres vivos está probada a partir de cientos de trabajos científicos realizados en buena parte del mundo.

Y como si en nuestro país tuviéramos pocas diferencias para ponernos de acuerdo, el glifosato seguramente será una nueva grieta que se abrirá aún más en la población que indudablemente será cruzada por fuertes campañas mediáticas. Si tenemos en cuenta que pudieron doblegar al propio ministro alemán, delante de la Primer Ministro, es dable esperar que vendrán por todo.

Y vendrán ya mismo sin esperar, habida cuenta de que esta semana quedó efectivizada la prohibición del uso del glifosato en todo el ejido de la ciudad de Rosario, tanto en el uso agronómico, como de espacio público y jardines privados.

La medida podría empezar a replicarse a otras ciudades, tal es el caso de Gualeguaychú, una de las más “fumigadas” estadísticamente, que ya podría poner a votación de su Concejo una normativa semejante a la rosarino.

Mientras en Junín algunos concejales ya fueron advertidos acerca de la posibilidad de debatir la normativa a nivel local. El uso y abuso de agroquímicos no ha sido tratado en forma amplia por los ediles locales, que por lo general y frente a lo que acontece sobre el barigüí se muestran poco “ambientalistas” pidiendo rápidamente fumigaciones y repelentes para poder disfrutar del “aire libre”.

Un “aire” que poco tiene de libre y menos aún de puro, con un sol del que se requiere usar protector por si nos afecta la piel, con millones de partículas en suspensión producto de plaguicidas, herbicidas y fungicidas de uso agrícola que nadie sabe a ciencia cierta controlar. Con enfermedades respiratorias y alérgicas en crecimiento, como así también algunos cánceres.

Señores, la “brecha” está servida, una buena oportunidad para poner en juego el pensamiento crítico, el conocimiento, la capacitación, la creatividad y la búsqueda del bien común por parte del grupo de representantes que supimos conseguir y que debería tener como única bandería política el bienestar de quienes habitan nuestro distrito.

Habrá que ir poniendo las barbas en remojo.

NOTA PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA DEL SÁBADO 2 DE DICIEMBRE 2017