Se cumplen 18 años del brutal crimen de Claudia Silvina Colo

Por: Redacción Semanario

El 18 de enero de 2000, Claudia Silvina Colo fue estrangulada con un cable en la compañía de seguros donde trabajaba. Su cuerpo fue hallado al día siguiente dentro de dos bolsas de consorcio. José Luis Correa fue condenado a prisión perpetua por el delito de homicidio calificado “criminis causa”.

Claudia Colo y José Luis Correa eran compañeros de trabajo en la aseguradora Unión Berkley, ubicada en Rivadavia 232. Correa, que entonces tenía 34 años, era programador informático y conocía muy bien el movimiento de dinero que había en la empresa, ya que estaba a cargo de los sistemas y había diseñado todas las planillas en las que se volcaba la información. El sábado 15 de enero de 2000, Correa decidió ejecutar un plan y fue a la empresa.

Nunca se supo si entró a la oficina con llaves propias y se encontró con Claudia en el lugar, o si ella, teniendo en cuenta que era una persona de confianza, lo dejó ingresar. Una vez adentro, Correa golpeó a la joven varias veces y la estranguló con un cable. Luego acomodó el cadáver atándole los pies y las manos, y lo metió en dos bolsas de residuos que dejó sobre el costado de una heladera.

Poco más tarde, escapó del lugar llevándose dinero en efectivo, cheques en blanco y documentos de identidad. Dos días después, el 17 de enero, el programador dio un nombre falso y pidió un remís para viajar a Chacabuco, donde iba a visitar a unos familiares. Pero una vez allí y luego de un rato de espera, le pidió al chofer que lo llevara a Buenos Aires.

Para entonces, la Policía ya estaba tras los pasos del hombre como sospechoso y los investigadores lo habían llamado para tomarle testimonio. El remisero que lo llevó, recordó incluso que Correa le comentó durante el viaje que se había enterado de que habían matado a una chica en Junín.

Al aceptar el viaje a la Capital, el chofer avisó en la remisería. Allí, el cambio de destino resultó sospechoso y dieron aviso a la Policía. Al llegar a la altura de la localidad de San Andrés de Giles, el destacamento vial detuvo el vehículo y le pidió a Correa que se identificara.

Otra vez, el sospechoso buscó evadir el control dando un nombre falso. El pasajero, que llevaba encima el dinero (4.800 pesos), varias llaves que correspondían a la cerradura de la puerta del local de la aseguradora donde trabajaba, cuatro chequeras en blanco, siete bolsas de residuos negras, una pistola calibre 22 y cuatro DNI de ciudadanos de Chacabuco, quedó detenido.

Ocho meses después, el 17 de septiembre de 2001, fue condenado a prisión perpetua por el delito de homicidio calificado “criminis causa” (matar para ocultar otro delito, en este caso, el robo de dinero). Hoy, Correa cumple su sentencia en el penal de Sierra Chica.