miércoles 24 de abril de 2024

LOCALES | 17 ene 2018

LOS OJOS QUE TODO NO LO VEN

Centro de Monitoreo local, en cortocircuito permanente

Después de tanto andar, el responsable del Centro de Monitoreo Raúl Orrico, fue recibido y escuchado por el intendente Pablo Petrecca, quien le prometió los fondos necesarios para llevar adelante las tareas de cableado con fibra óptica y mantenimiento de las cámaras.


Por: Redacción Semanario

“El ojo del amo engorda el ganado”, dice el refrán. Y cuando ese ojo está apagado, como sucede con las cámaras de seguridad, el ganado rebelde es el que gana la calle.

En un final de 2017 e inicio del tercer año de gestión del intendente Pablo Petrecca, parece que el avispero está un tanto revolucionado. Al portazo de Luis Chami, se sumó la amenaza de renuncia del coordinador de Monitoreo, Raúl Orrico. Y todo esto rodeado por la muerte de un empleado municipal en la Laguna de Gómez que hizo resurgir el viejo reclamo por una cobertura sanitaria en ese centro turístico (?), con la insólita explicación posterior echando culpas a un gobierno anterior que hace dos años que se fue.

Como si fuera poco, el comunicado del “soldado de Vidal”: la autodefinición del intendente Petrecca provocó desde enojos hasta risas, pero no pasó desapercibido y brinda una clara idea sobre la alineación incondicional del jefe comunal, que antepone los designios superiores a los intereses de los vecinos que representa. Así se explica no sólo que en vez de bono navideño se entregó una orden de compra a los empleados, que los obreros no cuentan con necesarios elementos de trabajo para su protección o que todavía no arrancó la discusión paritaria: es que la firma del Pacto Fiscal obliga a Petrecca a ser ahorrativo, bajar el déficit y recortar gastos. Y por supuesto, él está dispuesto a obedecer.

Ante tantos infortunios y desatinos, que empañan tanto asfalto y obra pública anunciada, la gente se está fastidiando. Los vecinos empiezan a exigir un poco más, y hasta los propios funcionarios se cansaron de dar explicaciones estériles, con promesas de elementos necesarios para el funcionamiento diario que no llegan.

En este contexto, el área de Seguridad hace agua. Cada vez más hechos delictivos, parece haber zonas de la ciudad ‘liberadas’, sobran los efectivos y los patrulleros pero no se ven por las calles –sobre todo en horario nocturno- y encima, de las 130 cámaras de videovigilancia colocadas en lugares estratégicos de la ciudad, 15 no funcionan y desde muchas otras no puede verse con nitidez porque no se efectúan las tareas de poda de árboles necesarias para despejar el camino visual.

Por todo esto, Orrico estuvo por renunciar a principios de diciembre, pero fue alentado a continuar por el propio Luis Chami. Todavía nada hacía prever que terminaría él mismo dejando un lugar en el que nunca había sido nombrado.

LO POSITIVO

El coordinador del Centro de Monitoreo prefiere hacer hincapié en las buenas noticias. Esto es: tres hechos positivos en los últimos días.

Con la vigilancia de los operadores de las cámaras, se logró aprehender a menores que habían sustraído una bicicleta en la esquina más céntrica de la ciudad, a metros del propio Centro: Sáenz Peña e Hipólito Yrigoyen.

También se impidió el robo de otro rodado en Sáenz Peña y Arias, y lo más importante fue el seguimiento e identificación del vehículo que había embestido a ciclistas sobre la Ruta 188, dándose a la fuga. A través de las nuevas cámaras, pudo detectarse la rotura de ópticas que presentaba el automóvil, que estaban sanas al ingresar a la ciudad.

De todos modos, estos alicientes menores no tapan el panorama desalentador, incluso después de una reunión en la que Orrico fue finalmente escuchado por el propio Intendente, quien le prometió los fondos necesarios para llevar adelante las tareas de cableado con fibra óptica y mantenimiento de cámaras, además de arrancar con el proceso licitatorio para dotar al área de todos los elementos necesarios para cumplir con la función de control, prevención y vigilancia.

“Si tuviera todo lo que pretendo, con las todas las cámaras conectadas y los operadores que aspiro, nos haríamos un festín de hechos. Pero al menos, por ahora vamos obteniendo algunos resultados”, se conforma Raúl Orrico.

SILENCIO ESTAMPA

Orrico es uno de los funcionarios más respetados por su seriedad, trabajo, capacidad y conocimientos, por eso es una persona calificada para estar al frente del Centro de Monitoreo.

La cuestión se complica cuando no se le brindan las herramientas necesarias para que pueda cumplir con su trabajo. Suele decir entre sus allegados: “No podemos seguir con una Ferrari en la puerta, con gomas recapadas y con los mecánicos que atendían al Chevrolet de Satriano en el ’85”.

De todos modos -es un tipo insistidor- siguió enviando notas al Ejecutivo y al área de Recursos Humanos, por más que las respuestas casi nunca le llegaran.

No todos sus pedidos requieren de una gran inversión, pero el funcionario no consigue que otras áreas municipales, a pesar del aclamado trabajo en equipo que propone el PRO, satisfagan sus requerimientos. Por ejemplo: es indispensable que las ramas de árboles no atraviesen las imágenes, para garantizar una óptima visualización de las calles controladas.

También está el tema mantenimiento. Cuando se solicita una grúa, casi siempre la respuesta es negativa porque aducen haberla abocado a otra tarea. Y, por ejemplo, cuando se produjo el asalto a la agencia de loterías ubicada en Arias y Primera Junta, no pudo contarse con imágenes porque el domo ubicado en la esquina estaba fuera de funcionamiento desde hacía una semana.

En lo que hace a la parte del sistema operativo, por distintos motivos sólo quedaron tres empleados en esa área municipal, directamente relacionados con el Centro de Monitoreo.

MENOS CÁMARAS

En la ciudad hay instaladas 130 cámaras, pero alrededor de 15 están caídas. “Andan pero mientras no cambien el cableado y los sistemas y se coloque fibra óptica, estamos colapsados”, aseguran en los pasillos municipales.

Por eso, el proyecto de instalar 60 nuevas cámaras debió dejarse en espera. “No estamos en condiciones de colgar una más porque va a dejar de andar todo”, aseguran los entendidos.

La cuestión es sencilla: si no hay inversión, no hay resultados. Y a pesar del millonario presupuesto que tendrá el municipio, parece que no hay fondos, al menos que se destinen a esta área.

Además del cableado nuevo, el Centro de Monitoreo requiere de operadores capacitados y más personal, porque hace dos años cada uno debía controlar 18 cámaras, mientras que hoy debe atender 25. Esto es vital a la hora de buscar resultados, los mismos que piden a diario secretarios municipales, fiscales, jueces y vecinos.

El ganado está en la calle. El intendente Pablo Alexis Petrecca deberá considerar esta situación y decidirse a lograr que el Gran Ojo funcione para protección de todos.

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