viernes 29 de marzo de 2024

CULTURA | 20 ene 2018

BANDAS LOCALES

La vuelta de Ulises

El trío juninense, conformado hace poco más de un año, apela a la sencillez musical desde la máxima profesionalización y calidez sonora.


Por: LUCIANA CAMARERO

La exploración incansable de muchos artistas por sonar diferente y romper ciertos esquemas en relación a la escena musical actual, da la posibilidad de que en Junín empecemos a sorprendernos con el amplio número de bandas alternativas.
La idea parte de la premisa de empezar a abrir el abanico de posibilidades y ver que hay en medio de tanta banda “cool” que nos propone el mercado, observando qué sucede con otros artistas independientes y qué nos presentan de nuevo a nuestros oídos.

Juan Manuel Pavón, Nicolás Iriat y Lula Park son los integrantes de “La vuelta de Ulises”, una banda que se unió en el transcurso de ensayos con el fin de dejar fluir su música desde la sencillez misma, respetando también cada silencio en ella. Fueron encontrando una unión entre los tres que refleja la simpleza y a partir de allí, llegar al público a través de instrumentos más naturales y poco eléctricos donde prevalecen las voces, el cajón peruano, guitarras y bajo acústicos.

En un extenso diálogo con Semanario, dos de sus integrantes (Nicolás y Lula), echan luz sobre sus proyectos, entre ellos, la grabación de su primer disco. Mientras tanto, siguen ensayando y maquetando las canciones, visualizando detalles sonoros para que el proceso de grabado fluya con total precisión.

-¿Cómo surgió La vuelta de Ulises?

-Nicolás: No surgió con la intención de la simpleza pero en los recitales nos fuimos dando cuenta que se generaba un lindo ambiente.

Lula: Que tiene que ver con esa cuestión que nosotros mismos sentimos cálida. A veces se nos ocurría meterle más cosas o más instrumentos y siempre optamos por volver a lo simple porque ya hay mucha cosa creada en la música. De pronto todos venimos de nuestras bandas, Nico y Juan Manuel compartieron Fonda, banda que se caracterizó por obtener mucho instrumento eléctrico y creo que nos pasó esto de buscar algo más sencillo.
También surgió porque a Nicolás lo habían invitado a mostrar sus canciones en algunos lugares y lo llevó al Cholo (Juan Manuel) a tocar y después, para filmar algo me invitaron a mí, aprendí esos tres temas, salimos a tocar y nos invitaron a tocar en otros lados. Todo se fue dando así, muy natural. Ya después empezamos a colorearlo un poco más.

Nicolás: Estamos en esa búsqueda y desafío de encontrar, con lo que tenemos, qué otros colores le podemos agregar a la banda.

-Además de los instrumentos clásicos utilizan otros recursos como el sonido de las hojas, el agua…

-Nicolás: Si, Lula a veces toca con cuencos, con hojas y agua... está muy lindo incorporar esos sonidos; a veces, al ser pocas manos, nos cuesta un poco, y es todo un desafío que suene bien.

-Como banda ¿cuándo se oficializaron?

-Lula: Hace un año, aproximadamente, que empezamos a tocar y poco después ya le pusimos el nombre. Y ahora empezamos a agarrar una constancia de ensayos porque estamos en vista de grabar un disco así que la cosa empieza a dispersarse para otro lado porque en el vivo estás en determinado ambiente que tiene una magia especial, y para llevar eso adentro de un disco tenemos que tratar de ver con qué sonido jugamos, que no quede cargado y que no se desvirtúe esta cosa simple que queremos hacer, pero que esté ahí dentro. Que no nos compriman en el estudio de grabación.

Nicolás: Estamos trabajando una maqueta justamente para tratar de encontrar una identidad primero nosotros, de qué otras cosas podemos reflejar en el disco e ir con los ejemplos para la persona que grabe y tratar de mostrarle, así simplificamos el proceso. Lula ha participado en muchos discos, nosotros con Fonda también grabamos otros discos y sabemos que es un proceso largo, que cuesta mucho. Por eso estamos trabajando primero nosotros para darle lo más completo posible a la persona que nos grabe.

-¿Tienen prevista la fecha de grabación?

-Nicolás: La idea la traemos hace bastante pero viene pateándose por esto mismo, porque tenemos que ensayar bien, estar ajustados y también la idea es tratar de mostrar este momento pero un disco tiene que ser escuchable, tiene que tener un color especial porque sino a la canción la pasás rápido si no hay algo que te llame la atención. Estamos en ese proceso para tratar de en febrero, marzo o abril meternos en el estudio.

Lula: Por eso hacemos un trabajo previo para no estar después en el estudio de grabación queriendo modificar las cosas. La maqueta es una grabación casera, ya tenemos más o menos los temas y vamos a empezar a jugar con detalles, con instrumentos que no se van de la identidad de trió pero que en un vivo no lo podríamos tocar porque necesitaríamos más manos. La idea es tratar de embellecer sin perdernos.

-En sus videos se aprecia la calma, el aire libre, lo natural…

-Nicolás: Te vas encontrando con esas cosas, también con los lugares para tocar y dónde puede funcionar. Habíamos pactado una fecha en una quinta, donde grabamos algunos videos. Se suspendió por lluvias pero teníamos ganas y estaba bueno para probar otros lugares que no es el típico bar donde a veces hay gente comiendo y no está la atención centrada en una banda, menos si no hace mucho ruido y la tenés que escuchar. Priorizar las letras, el ambiente que se fue dando naturalmente, no es que fue tan buscado sino con esa formación simple y viendo cómo funcionaba ante la gente la fuimos desarrollando y la seguimos desarrollando.

-¿Por qué deciden nombrar a este trío La vuelta de Ulises?

-Nicolás: Es difícil poner un nombre, pero  estábamos en ese proceso y como me gusta mucho la mitología griega, esto que comentamos al principio de que no fue intencional de hacer una banda folk que sensibilice a la gente y toque sencillo, sino que fue un proceso que se fue dando y yo trataba de hacer esa analogía de que todo el tiempo estamos como en un viaje.
Ulises, cuando vuelve de la guerra de Troya, estaba buscando su casa y el “comieron perdices”, y entre medio le pasan muchas cosas y va a lugares donde no quería. Y este no era un lugar no querido, pero es un lugar en un momento predeterminado, dentro de un viaje donde compartimos todo el tiempo el viaje de la música, donde uno estaba tocando en un lado y otro, en otro. Me pareció eso, ahora estamos en esta islita, en esta banda. Es disfrutar del camino, es grabar si se puede para tener registradas las cosas en ese momento, después puede que no sigas tocando pero esas cosas las tenés y valen.

-¿Cómo ven la cultura en Junín?

-Nicolás: Es amplia. En primer lugar, hay músicos muy buenos. Ahora veo que se está dando un poco más, hay ciertas bandas que permanecen tal vez por ciertos estilos, no sólo en Junín sino en Argentina, de seguir un curso de música que ya se hizo en otro momento. Ahora acá pareciera estar mucho más acentuado eso por las bandas tributo, no es reminiscencias. Ahora es más directa la cosa, es intencionada de ser bandas tributo a Los Redondos, Las Pelotas, o lo que fuere. No estamos en contra de eso, pero sí nosotros tratamos de buscar algo, hay cosas diferentes, estilos. Tal vez es el oído de uno, yo no escucho tanto esas bandas pero sí escucho muchísima música de Argentina como folklore, tango, rock pero que no está sobre esos pilares de las principales bandas como La Renga o el Chaqueño.

Lula: Coincido plenamente con él en el tema de que Junín siempre tuvo muchos músicos y muy buenos. Tuve durante 13 años una sala de ensayo y he visto pasar a muchos de ellos, pero sí hay una cuestión que no sé si es de Junín, porque debe pasar en otros lados también, esto de que no terminamos de creernos músicos. La mayoría te dice “yo toco” o “tengo una banda” y con esa seriedad se toman un ensayo, o se compran un instrumento, al que hay que llevar a calibrar, hacer que suene, buscar un arreglo. Hay que tomarse ese tiempo y tiene que ver con cómo estamos viviendo y por ahí es fácil agarrar las letras y los acordes de una canción, sacarla, meterle una batería, un bajo, una guitarra, hacer una banda tributo, que vayan los amigos a verlos y ya está.
Nosotros siempre apuntamos a la búsqueda y a veces nos parece difícil.

-¿Y con el público de Junín qué pasa?

-Nicolás: También te desalienta un poco el público, es algo raro el de Junín. Porque hay una banda tributo y van 200 personas. Una banda que hace sus propios temas y que trabajó muchísimos ensayos y van 5 o 6 personas.

Lula: Y los lugares que están abiertos hoy en día para que uno vaya a tocar. Hay bares que son muy rockeros y nos ha pasado de tocar en un ambiente donde habla mucho la gente. Y cuesta mucho también que los lugares estén equipados con un buen sonido, y uno labura mucho en esto.

-¿Cómo se organizan para componer y musicalizar las canciones?

-Nicolás: Yo soy más bien compositor, trato de escribir lo que me sale y muchas veces escribo para un formato que es más ruidoso por estar acostumbrado a la otra banda, pero también está este lado un poco más de canción sencilla en donde yo muestro las canciones, las tocamos y si funciona, funciona. Cómo la vamos asimilando ahí cada uno empieza a sugerir y ellos tienen un arsenal de instrumentos terribles. Como el tema en el que a Lula se le ocurrió meter unos cuencos y agua.

Lula: Con ese tema yo lagrimeé el día que Nicolás empezó a cantar esa canción, y automáticamente fue agua, tenía que tener agua. El cuenco está para darle otro color y las hojas para mí fue otoño.

-¿Qué expectativas tienen?

-Nicolás: Ir encontrando ciertas cosas, ojalá que el destino nos depare lindas cosas. El proyectos es grabar un disco escuchable, lindo. Encontrar circuitos para tocar, poder hacer una comunión y no ir a tocar al bar simplemente, sino tratar de encontrar que el lugar donde toquemos, y el ambiente que se genere, sea distinto. Y tratar de desafiarnos nosotros en nuestras limitadas posibilidades de ser lo mejor que podamos acústicamente y encontrar nuevos caminos de cómo mostrar la sencillez.

Lula: Yo optaría por que otros oídos nos encuentren, porque creo que está lleno de gente que si escucha otra música le pasaría algo fantástico y por ahí esa opción no le llega. Ahora vamos por el disco y vamos viendo que va pasando, y mientras lo sigamos disfrutando para mí va a seguir creciendo, tratar de no irnos de ese camino acústico.
Creo que ninguno de nosotros corremos por salir a tocar.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias