jueves 28 de marzo de 2024

DEPORTES | 13 feb 2018

LIGA DEPORTIVA DEL OESTE

Ruleta rusa


Por: Javier Leguizamón

Hay otro fútbol, que no se ve. Alejado de aquél que nos muestra la TV, y que asombra y enfada por cotizaciones obscenas, dirigentes opulentos y peleas de poder, en la que se dirimen cientos de millones cada fin de semana. Que tiene mucho entusiasmo, pero que a veces suspende sus partidos por falta de jugadores y árbitros. Y algo mucho peor: que juega  sin médicos ni ambulancias, a la buena de Dios. Que lamentó una muerte, o varias, pero sigue como si nada. Pasa allá, y acá también.

Alejado –muy– de la elite deportiva, el panorama para el fútbol chacarero es bien distinto del que nos muestra la pirámide del negocio a través de la pantalla del televisor. Exceptuando a la Primera y la B Nacional, del Torneo Federal A para ‘abajo’ hasta llegar a cada una de las ligas del país, las carencias son innumerables y la posibilidad de la tragedia juega cada fin de semana.

En una primera amateur un jugador entrena cuando puede, se alimenta ídem y deja su trabajo, para calzarse los cortos, jugar un rato y despuntar el vicio, en el noble gesto de jugar por amor a la pelota. Ocurre también entre los juveniles y los infantiles. Entre el colegio, las clases de particular y otras actividades, los chicos se alistan con las mejores ganas cada fin de semana. Pero tal vez lo que muchos no sepan es que a esa pasión no la acompaña ningún tipo de protección, como los controles rutinarios que exige la salud de un deportista, y algo peor: un médico o ambulancia cada vez que sale a una cancha.

¿En la Quiaca? tal vez, o Trelew, quién sabe… ¿Junín? Sí, también.

“Cada fin de semana que se juega la fecha vivo con el teléfono en la mano, pendiente que no ocurra nada”, cuenta Claudio Yópolo, presidente de la Liga Deportiva del Oeste, que se lamenta por un tema irresuelto.

A las viejas carencias de nuestro fútbol, el poder lentamente ha ido ‘acomodándole’ algunas cuestiones de infraestructura: los programas (subsidios) Clubes Argentinos, Club de Clubes y el que sancionó el Concejo Deliberante local y que le han servido al intendente Petrecca para varias fotos de ‘ayuda deportiva’, se han focalizado en solucionar problemas históricos de los clubes como arreglos o colocación de luces, riego para campos de juego, reparación o construcción de vestuarios, cloacas en algunos casos; ropa para las distintas divisiones de las instituciones, pero nadie –nadie- ha puesto el foco en la salud de los protagonistas.

Los chicos que juegan al fútbol –y los no tanto- lo hacen sin ningún tipo de protección o cobertura médica. Los  partidos que se juegan cada fin de semana están a la buena de Dios. O del azar. No ocurre solamente en Junín, es cierto, y el reciente caso del fallecimiento de una jugadora en Las Flores  (ver recuadro) disparó algunas alarmas.

¿No era la salud uno de los pilares fundamentales de la atención del Estado, junto a la Educación y Seguridad? Entre los dirigentes que piden y no tienen, el entusiasmo de cada chico por jugar, y las carencias en cada partido hay un delgado hilo del que todos tiran. Ojalá nunca se corte.

ANTECEDENTES

En Junín, el año pasado han ocurrido casos que (por suerte) no han terminado en desgracias mayores. En un campeonato organizado por la UNNOBA, alejado de las responsabilidades de la Liga Deportiva del Oeste, es cierto, un jugador se retiró por sus propios medios con un mareo semejante que ni recordaba su nombre. ¿Conmoción cerebral? Tal vez, pero nadie fue capaz de asistirlo en el campo de juego. Subió a su motito y enfiló a su casa. ¿Qué fue de él? Se supone que todo terminó en un golpe y un mal recuerdo. ¿Cómo siguió la historia? Nadie sabe.

En otro caso, aquí sí en un partido de fútbol femenino de la Liga, una jugadora de Ambos Mundos se descompensó, se desplomó en pleno partido y todos se miraban sin saber qué hacer. La jugadora de 17 años había competido previamente en el cotejo anterior al de Primera, y el esfuerzo físico de los dos partidos en poco tiempo, podrían haberle causado su descompensación. Otra vez la suerte ayudó, porque nadie, ningún profesional de la salud, constató si podía o no seguir jugando. Claro, nadie lo hizo porque no había presencia médica. Como en cada partido –exceptuando la Primera- nadie vela por la salud de los protagonistas.

Más allá del entusiasmo del jugador por cumplir con sus ganas, ¿quién lo cuida?

Cada deportista de nuestra ciudad debe cumplimentar con su ficha médica antes de jugar, en la única salita sanitaria destinada a tal fin. Ubicada en el Barrio “El Picaflor”, los pequeños jugadores –es para todos los deportistas, no sólo los futbolistas- cumplen con el trámite exigible para poder competir. Es un pequeño avance, años atrás, ni siquiera ese control existía. Claro que falta un montón. Por caso, ese mismo ‘jugador’ con su apto médico no tiene ningún control ni seguimiento cercano y reiterado durante el año (podría exceptuarse Sarmiento de esta situación, por su estructura) y cada club desconoce si en el curso del año, algún integrante de su plantel cuenta con algún problema. Y todo se agrava en cada partido, porque los imponderables como golpes, lesiones y hasta posibles casos serios como fracturas, no tienen la mínima atención en cada lugar.

“No es fácil organizar esto, porque en el fútbol amateur los muchachos trabajan, tienen su vida privada y hasta es lógico que pasen estas cosas; por eso en nuestro fútbol faltan un montón de cosas,  y yo soy consciente de ello… si en Primera división, súper profesional, con un montón de plata en juego, pasan cosas, imaginate en el fútbol amateur”, lamenta Claudio Yópolo, titular de la LDDO.

Mientras la ‘seguridad’ deportiva ha logrado ponerse como eje central en los espectáculos a punto tal que sin policías un partido de la liga no puede jugarse, de la cuestión médica nadie dice nada. Los partidos se juegan sin médicos ni ambulancias.

¿Cómo es que se juega así, apostando a la suerte?

Para el presidente liguista es un tema de larga data y que no encuentra solución. “Hemos mantenido reuniones, las seguimos haciendo, el tema médico es  ‘él tema’ del que todos hablamos y no logramos cerrarlo. Todos sabemos, todos -remarca- cada presidente, yo mismo, todos conocemos esta realidad pero hoy no lo pudimos solucionar, no es que lo dice Yópolo,  cuando organizamos el campeonato se hablan todas las cuestiones y también esto, pero bueno, después cada dirigente es responsable de su club”.

El dirigente -que preside la institución centenaria desde hace 12 años- aseguró que “en el fútbol amateur siempre van a pasar cosas como éstas por eso, justamente, por ser amateur, yo siempre digo que hay mucho para corregir y conviviendo el día a día te das cuenta de las cosas que nos faltan… por caso, un entrenador arma el equipo y llega la hora del partido y le faltan chicos, o en otros casos el árbitro  por equis motivo no se hace presente, y tienen que desarmar todo; y aunque vos los sanciones, ya está, tuviste que suspender el partido…yo asumo la responsabilidad pero hay resortes que no dependen de mí… pasa en el Federal B, pasa en todo el país… no sólo nos pasa acá, a nosotros”.

En los últimos diez años, los clubes han evolucionado muchísimo. “En infraestructura ni hablar -comentó el dirigente- en crecimiento, en competencia, un tema a soluciona es la parte médica”.

Para Yópolo es simple: los costos del servicio médico hacen que la Liga no pueda afrontar la cobertura. Y no es porque sean caros, sino simplemente porque no pueden reunir ese monto.  Una ambulancia y un médico para cubrir un sábado o domingo, desde las 10, 10.30 hasta las 18.30 significarían cerca de 1.500/2.000 pesos por partido. “Se hace imposible, si a veces las recaudaciones no alcanzan ni para pagar la policía”, aclara.

“Se nos hace complicado, para la liga que tiene seis canchas abiertas por fin de semana. Tener servicio médico costaría cerca de 10 mil pesos por cancha. Todo el fútbol amateur del país juega sin médicos y todos corremos con un gravísimo riesgo, rezando para que no pase nada”.

ÁRBITROS

No sólo la cuestión médica es una falencia del fútbol liguista. También el arbitraje. Hoy la liga cuenta con un plantel de 22, 24 árbitros. “Cuando arrancamos -con la gestión- teníamos sólo  árbitros; al crecer la competencia cada vez te faltan más”, dijo Yópolo.

“Hay muchos muchachos que se van a la zona, por lo económico, el arbitraje es muy difícil, arman diferentes agrupaciones y se van a dirigir a otro lado, adonde cobran un pesito más. En la liga siempre faltaron árbitros, al menos nosotros tenemos un Colegio de Árbitros y estamos intentando sumar, y lo estamos haciendo, hoy tenemos 9 árbitros nacionales,  nacionales –remarca- que no es poca cosa, con los cursos en AFA… las ligas de la zona que no tienen Colegio de Árbitros contratan a Junín, le pagan viáticos y al árbitro le conviene porque cobra más; aún nos faltan diez, quince árbitros más, y no es fácil…hemos hecho cursos, convenio con la UNNOBA, y los chicos no se anotan, no hay… no hay”.

ORTEGA Y DESPUÉS

¿Se acuerdan de Emanuel Ortega? El joven futbolista de San Martín de Burzaco se estrelló contra un paredón, muriendo por el golpe. La conmoción fue nacional, hasta el fútbol de primera  paró en solidaridad por el luctuoso hecho… un fin de semana. Desde AFA prometieron colchonetas para proteger los paredones de las canchas del ascenso y del interior. Comenzaron meses después con la colocación en algunos estadios. Años después de aquel trágico hecho sucedió en 2015, hoy, prácticamente nadie lo recuerda y se sigue jugando, en muchas canchas con los mismos riesgos…y sin las colchonetas colocadas.

Y nadie dice nada.

Ni allí, ni acá. Los dirigentes hace rato tienen la palabra, mientras las canchas se hermosean, cubren sus falencias, sus protagonistas juegan a la ruleta rusa.

Cada fin de semana, hasta que pase algo que nadie quiere.

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