jueves 28 de marzo de 2024

LOCALES | 24 feb 2018

OJOS QUE VEN

Laguna de Gómez, ambulancia y salita sanitaria: pasa, todo pasa


Por: Redacción Semanario

Hace un mes y medio, todo era polémica. La repentina muerte de Walter Mastrandrea, un empleado municipal que se encontraba trabajando en la Laguna de Gómez, despertó todo tipo de opiniones, reclamos, indignación y hasta una marcha por las calles céntricas.

Es que no había ambulancia ni médico al momento de la descompensación del obrero, que había terminado su duro trabajo de la jornada al rayo del sol y con una temperatura por demás elevada. Pleno enero.

A más de cuarenta días del caso, una vez pasada la polvareda, todo se sumergió en el olvido. Y por supuesto, sigue sin haber una guardia de 24 horas, ni ambulancia, ni un servicio digno de un lugar que pretende ser la meca del turismo local.

En este marco, es un verdadero milagro que no haya pasado nada gravísimo si se tiene en cuenta que -según datos oficiales- en lo que va del 2018 ingresaron al PNLG alrededor de 160.000 personas.

Es impensable tener un espacio público, al que para acceder hay que pagar entrada, con semejante cantidad de turistas y juninenses que se concentran sobre todo los fines de semana, sin una guardia médica adecuada para responder emergencias de cualquier tipo.

La secretaria de Salud, Fabiana Mosca, fue convocada por los concejales para explicar la situación. La funcionaria municipal reconoció que el municipio cuenta con una ambulancia equipada de alta complejidad y una unidad de traslado pero que no se utilizan para estas cuestiones, porque la comuna no cuenta con personal médico para estar a cargo. Por eso, están a disposición del Hospital Interzonal “Abraham Piñeyro”, el centro regional de salud que carece de ambulancia, para efectuar eventuales traslados.

Todo quedó igual después de la muerte de un empleado municipal que cobraba no más de 12 mil pesos mensuales y cumplía un durísimo trabajo sin las condiciones adecuadas, qué puede esperarse para lo que viene: el invierno.

Tal vez el ingenioso director de Turismo quiso igualar todo, así como cuando mandó a destruir las viejas y pintorescas cantinas sin darles la oportunidad de renovarlas y conservar un patrimonio histórico de los juninenses. Y por eso, ordenó que no haya mucho servicio médico, así como no hubo espectáculos, ni demasiadas competencias deportivas, ni fogones, ni paradores en pleno funcionamiento tras una licitación, ni baños o parrillas en cantidad suficiente, ni ningún atractivo digno de un lugar natural de lujo.

Una verdadera lástima. Por los que vienen de visita y por nosotros mismos.

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