jueves 28 de marzo de 2024

LOCALES | 21 mar 2018

el arco iris justicialista de junin

Pascua pejotista: primera y ¿última cena?

El mito más potente entre los numerosos mitos que conforman el discurso político es que “sólo el peronismo puede gobernar”. Para eso el PJ se reinventa cada tanto, se escapa de su historia, conserva sus ritos y sus gritos y se vuelve su opuesto: se deshace para volver al poder. En Junín, cuarenta y dos años después. ¿Quién lidera?


Por: Redacción Semanario

Los peronistas empiezan a amontonarse. Falta todavía casi un año y medio para las próximas PASO, pero los 42 años sin gobernar en Junín empiezan a pesar… y mucho.

Las últimas tres elecciones le presentaron a la sociedad al mismo candidato: el hoy senador provincial Gustavo Traverso. Y las tres veces recibió el mismo cachetazo, la ciudadanía prefirió en dos ocasiones a Mario Meoni y la tercera, cuando era hora de cambiar, optó por Pablo Petrecca.

Es rara la combinación que confluye en el maleficio que sufren los peronistas en la ciudad. Son vecinos comunes, conocidos, amigables, parecen muchísimos (¿por lo ruidosos?)… pero a la hora de las urnas, no resultan confiables como para poner en sus manos la administración del municipio. Y a pesar que fueron cambiando sus apellidos y caras, mutaron de peronistas a renovadores de Cafiero a kirchneristas… no consiguen un mensaje de unidad que seduzca, primero, y enamore después.

Con mucho menos, sin estructura sólida detrás, sin un pedrigee político, andando en bicicleta y con amigos disfrazados de cebras para referirse al tránsito, Petrecca logró lo que a tantos apellidos de cuna juninense, con un historial detrás y hasta una marchita propia, no pudieron por cuatro décadas.

En esta parte no puede faltar la perenne definición de  Jorge Luis Borges: los peronistas son incorregibles. Por eso, por más buenas intenciones que tengan, todos los años electorales caen en los mismos vicios y errores, aunque se hubiesen propuesto un camino diferente para conseguir un final feliz.

Es que el ‘paraguas’ del justicialismo/kirchnerismo es tan amplio que puede dar lugar a cobijar a gente tan disímil como el presidente de un club de fútbol, abogado y concejal (Lautaro Mazzutti), una eterna estudiante (Maia Leiva), una Xipolitakis que se dice popular pero se codea con el capitalismo más acérrimo (Rocío Giaccone), un penitenciario (Daniel Giudiche), un vividor del Estado, ex mecánico (Oscar Romero), los gremios detrás del albañil (Eduardo Diotti), el sanitario gran conciliador (Héctor Azil), infinitos sectores minúsculos bajo tantísimos nombres de agrupaciones, unidades básicas y movimientos, y los representantes del elixir de la juventud, casi cuarentones que se niegan a crecer, que quieren vestir el traje de salvadores. Todo esto regado por dirigentes que pululan en merenderos (Eduardo Biaggio), el eterno perdedor (Gustavo Traverso) y otros raros disfrazados con remeras que dicen “No fue magia”.

Así, con tantos colores como el arco iris, es muy difícil sacar a uno que los represente a todos. O sea: están igual que siempre.

CENA COMPAÑERA

Fue el primer evento organizado por el nuevo Consejo de Partido, encabezado por Lautaro Mazzutti, quien puso las instalaciones de su club, en su calidad de presidente de Jorge Newbery.

Esta cena tuvo un nombre: “Compañera”. Emotiva declaración de voluntarismo. En la práctica, fue la primera muestra del amontonamiento del que son capaces los peronistas, festejando vaya  a saber qué, pero presentes siempre que haya un plato de comida y un vaso dando vueltas.

El encargado de turno para oficiar de chef fue Bruno Screpis, hermano del nuevo vicepresidente del PJ, Matías. Eran 200 pesos por cabeza, ¿habrán pagado todos? ¿Les habrá cobrado a los amigos como el periodista Gabriel Forte, el turquito saltarín Yaser Ale o alguno de los otrora “sí Oscar”, discípulos del ex mecánico que fueron favorecidos con un viaje a Italia, all inclusive? Después de quedar pegados con la última candidatura a concejal de Giudiche, estos muchachos tomaron vuelo y se distanciaron del ahora secretario administrativo de la Cámara de Diputados. Fin del romerismo, hola al peronismo otra vez.

Bailando en el medio de la improvisada pista que se armó tras la comida, estaba la legisladora ex ferviente camporista, ahora única aliada al polifacético José Ottavis, más conocido como novio de la excéntrica Vicky que por su ‘carrera’ política. Rocío Giaccone es la que mejor se adapta a las mezcolanzas, porque ella misma fue a parar de casualidad al peronismo, vio la veta de La Cámpora para impulsarse en su ascendente camino partidario y cuando llegó el momento cambió convenientemente los ideales kirchneristas por otros parecidos, se mudó al bloque con Ottavis y ahora aparece como una figura clave en las pretensiones legislativas del oficialismo. Tanto es así que Cambiemos la premió con la presidencia de una comisión clave en la Cámara de Diputados de la Provincia. Con esa carita angelical, la chica sabe aggiornarse, mutarse y distinguirse para seguir bien prendida a la rosca política. Tan bien cumple con su rol que ya hasta fue premiada por los chicos PRO con viajes internacionales.

LOS DISCURSOS

Como siempre, después de las reuniones están los discursitos de rigor, diciendo lo que es políticamente correcto, con muchas frases hechas y queriendo convencer (¿a quién?).

En este marco, el propio presidente del PJ –electo en lista única- dijo que “este es el camino que el peronismo de Junín” debía seguir si quería transformar la realidad que está atravesando la sociedad. ¿El camino de las comilonas habrá querido decir, o cuál será?

A falta de una frase que pegara con el momento del viejo líder Juan Domingo Perón, Mazzutti encontró una del más reciente referente, Néstor Kirchner. “Con el peronismo solo no alcanza y sin el peronismo no se puede. Lo dijo Néstor Kirchner, pero en lo personal sueño con conformar algo así siendo generoso, no siendo egocéntrico ni egoísta. Sin cerrarle las puertas a nadie”.

Qué ambiguo, doctor… ¿Las puertas de las cenas? ¿Las del paraíso, o tal vez la de su club preferido? Ahora que tiene las llaves del PJ, Lautaro se siente San Pedro…

Por su parte, el vicepresidente Matías Screpis apeló a tradicionales palabras, tan usadas que casi han perdido significación, instando a formar “un partido abierto”, invitando a los sectores que no se han sumado para que “se sientan parte y útiles en un camino unificado”.

O sea: busquemos más gente que no nos alcanzan los votos, en este sendero que nos posicione con haberes estatales a disposición y nos garanticen un buen pasar.

Para Oscar Farías, la solución está en transformarse en Jesús: “hay que abrir un poco más los brazos” para hacer un frente opositor, según su punto de vista (ver recuadro).

Mientras, el concejal del kirchnerismo más duro, Rodolfo Bertone, adelantó que participarán de esta iniciativa de “unificar al peronismo”, creyendo que “todos aquellos que nos paremos en contra del ajuste feroz del gobierno de Mauricio Macri a los sectores populares tenemos que estar juntos”.

En la traducción al vecinalismo común, esto significa: “Saquemos provecho de Macri Gato, por ahí llegamos aunque seamos uno de cada palo”.

HACIA 2019

Lo bueno de todo esto es que esta vez los peronistas arrancaron con tiempo. Cuando todavía no se enfriaron las últimas elecciones de octubre 2017, ya están calentando motores. Esto significa que tendrán más tiempo para extirparse los ojos en una tumultuosa e interminable interna, para después hacer como que van unificados detrás del que gane. Ya sabemos cómo continuará la historia, porque detrás de los tradicionales discursos declamativos de paz, amor y unidad, ya sabemos que los puñales se clavan en el cuarto oscuro.

¿Lograrán cambiar cuatro décadas de fracasos, traiciones, divisiones y liderazgos negativos? #FuerzaCompañeros

EL TEXTO ORIGINAL DE ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO EL SÁBADO 17 DE MARZO 2018 EN NUESTRA EDICIÓN IMPRESA      

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