jueves 25 de abril de 2024

DEPORTES | 14 abr 2018

BASQUET SARMIENTO

Molinari: el dolor de ya no ser

“En esta comisión, de la cual soy parte, no queremos jugar al básquet. No digo que esté bien ni mal, pero la decisión es ésa", disparó el ex responsable del básquet de Sarmiento.


Por: Javier Leguizamón

El básquetbol para los clubes de fútbol suele ser un peso. Instituciones de nombre como Boca, lo tiene relegado aunque juegue en Liga Nacional. River compite en la tercera categoría, igual que Lanús, Estudiantes y Racing. Instituto, San Lorenzo –entre escasos ejemplos- por el contrario, son una excepción, y han hecho una fuerte apuesta. En general, los directivos futboleros lo ven como un lastre -en ocasiones casi una molestia- aunque nunca lo digan en público. Y en el micro-mundo de la naranja, cada vez más profesional, los clubes de elite hacen punta y marcan una notoria brecha con los  más modestos. Y esto que ocurre en la Liga Nacional, la “Superliga” del básquet, pasa más abajo también, en los torneos inferiores donde el peso del dinero y su manejo marca cada realidad.

José Antonio Molinari, Mánager Deportivo del básquet en Sarmiento, luego del descenso, dio un paso al costado. Estuvo al frente por poco más de seis años y su recorrido incluyó el ascenso al Torneo Federal, la tercera categoría del básquet nacional que perdió hace pocos días en Mar del Plata para retornar al Provincial de Clubes.

Molinari, según lo reconoció hace bastante tiempo, “sufría” la categoría: “porque no es fácil cuando las miradas apuntan a otro lado, hacer básquet en un club donde el fútbol es la aspiradora. De ideas, hinchas y recursos hace que cueste el doble. El básquet nos cuesta a todos; a Argentino, a Ciclista, San Martín se bajó hace dos años, es muy difícil jugar esta disciplina porque los recursos son escasos y no tenés la vuelta de una venta de un jugador, no tenés aquello que existe en el fútbol, no están esos recursos. Es otra realidad”.

“En esta comisión, de la cual soy parte, no queremos jugar al básquet. No digo que esté bien ni mal, pero la decisión es ésa. No hubo ni hay una decisión política de apuntalar otras disciplinas deportivas. Jugar profesionalmente sale plata, el club no acompaña y para el básquet no es fácil conseguirla

EL OTRO LADO

“Lo que no debemos olvidar –remarca Molinari- es que un club no debe dejar de lado responsabilidades sociales que debería cumplir, y eso incluye el sostenimiento de varias actividades, además del fútbol; soy de los que creen que hay que armar una tesorería central para todos, y con ella ver hasta dónde podemos llegar, claro que eso hay que consensuarlo primero, llevarlo a cabo y aplicarlo después”.

LA RENOVACIÓN

“El proceso de Fernando (Chiófalo) en algún momento va a terminar -afirma el directivo- y va a quedar como uno  de los más importantes de la historia de Sarmiento. Atendiendo los 107 años del club, no tengo dudas que ha sido por lejos lo mejor, ahora con un ascenso cerca. Sé que hay gente que no sé si piensa distinto, pero quiere hacer otras cosas, no es que uno quiera hacer algo diferente por malo o por alguna otra cuestión; los procesos desgastan, terminan y seguramente habrá otras ideas y otra gente y eso siempre es sano, así que también pasará con Fernando; ojalá en el básquet hubiera tenido varios candidatos, pero no tuve ni siquiera uno”.

El básquet  verdolaga no sólo no pudo mantenerse, sino que cayó. “Es muy complicado armar estructuras profesionales fuera del fútbol -cuenta-, si de la tesorería central no sale el dinero para bancar al profesionalismo se hace imposible. Ojo, no lo estoy echando en cara, en su momento me senté en la comisión y lo dije: muchachos, el club no está en las mejores condiciones económicas como para solventar otra disciplina, y aceptamos trabajar así. Si estuviera mejor sería otra la historia, pero no nos pasa solo a nosotros, le pasó a Boca, a Lanús y River que están en el Federal y en su momento brillaron; entonces si no hay una decisión política de apuntalar estas disciplinas, es muy difícil que se pueda jugar al básquetbol y con esto no me quiero sacar de encima la responsabilidad que me cabe como directivo, todos somos responsables: jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. En lo que a mí respecta la verdad que hice un esfuerzo terrible, pero bueno, nos tocó descender”.

“Que haya dejado de presidir el básquetbol no significa que me vaya, ni que renuncie, al contrario, seguiré estando como siempre y si en algún caso decido que puedo ser presidente lo haré como es debido, presentándome y haciendo todo lo que deba hacer –como corresponde- institucionalmente”.

¿Se fue por el descenso? La respuesta es tajante. “En el básquet planté bandera porque me cansé, ya no estaba como antes, no tenía las mismas energías; de eso me hago cargo, pero las responsabilidades en el club las seguiré teniendo como siempre. Sentí que estaba luchando contra molinos de viento en esta disciplina, pero nada más. El básquet va a seguir adelante. Trabajamos durante siete años para que la Comisión de padres sostenga la disciplina dentro del club, son más de cien pibes que tenemos y eso va a seguir. Soy de los que creen que no hay que dejar nada de lo que se ha construido”.

EL TEXTO ORIGINAL FUE PUBLICADO EL SÁBADO 7 DE ABRIL 2018 EN NUESTRA EDICIÓN IMPRESA      

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