Por: LUCIANA CAMARERO

La tarea desinteresada que realiza a diario un grupo de entusiastas y activas proteccionistas, además de ser visible, debería tener reconocimiento oficial. Pero no. El grupo Voz Animal Junín cerrará su refugio porque no pueden seguir alquilando la casa que tenían para atender a los perros de la calle. Desalentadas por la ausencia total de respuesta por parte del gobierno y la nula asistencia económica, deben dejar de lado su ambiciosa tarea.

En mayo de 2015, cuando el entonces concejal Petrecca recorría barrios, escuchaba a los vecinos y se preocupaba por sus necesidades, presentó dos proyectos de ordenanza junto a su compañera de banca, la hoy diputada provincial y otrora también proteccionista, Laura Ricchini.

Una de las propuestas era la creación de un programa de apadrinamiento de mascotas, mediante alumnos juninenses que elegirían un perro de la calle para ejercer una tenencia responsable. Esto venía de la mano de campañas de adopción.

La otra iniciativa alentaba la creación de un registro único de canes, con el objetivo de identificar y registrar a cada perro de Junín, para conocer la población total, los que se encuentran en situación de calle y en tránsito.

La puesta en escena fue fantástica, bien marketinera como todo lo relacionado con los globos amarillos. Sumado a esto, el Intendente había prometido un hospital veterinario. Pero todo quedó en el cajón del olvido.

En diálogo con SEMANARIO, Giselle Scanavino, integrante de la agrupación Voz Animal Junín, expresó la indignación que siente ante la falta de políticas públicas para con los animales, prometidas en campaña por el actual gobierno local.

“Desde la intendencia no hay ni una sola campaña de concientización, ellos sólo se limitan a castrar. Está bárbara la castración gratuita pero tiene que haber prevención, difusión, tiene que haber un portal donde se promueva la adopción de animales”, destacó la proteccionista.

En Junín, en las últimas semanas, se activó una campaña de vacunación antirrábica luego de la aparición de un murciélago con diagnóstico positivo. “Nos venden humo para después decir que la municipalidad vacunó contra la rabia a una determinada cantidad de perros. Y la vacuna antirrábica no debe superar los veinte pesos, y para ellos nada porque hasta se las deben dar desde el Ministerio de Salud”, reforzó Giselle.

Para cada uno de los que integran Voz Animal Junín, y como suele suceder con otras protectoras, se hace insostenible poder costear los gastos ya que la mayoría actúa en pos de salvar animales que están gravemente heridos o enfermos. No se trata solo de generar ingresos para poder comprar alimentos, sino para poder pagar las costosas operaciones y los medicamentos derivados de ellas.

El agradecimiento hacia la comunidad en general es constante, porque son los ciudadanos quienes se acercan a colaborar, ya sea comprando una rifa, donando alimentos, aportando como socios o bien dando una mano en lo que se necesite. Pero aun así, la realidad es difícil y todo aquello que se pudo hacer en su momento, hoy por hoy cuesta el doble.

Según Giselle, la única persona del círculo político que demuestra interés en sostener la tarea es la diputada bonaerense Valeria Arata, quien aporta fondos todos los meses.

“En época de campaña se prometen cosas que la gente compra. Más de una persona inocentemente puso el voto pensando en un animal y hoy por hoy, con siete cartas, petitorios, reclamos que vienen desde que éramos un grupo ya formado, cuando no teníamos el espacio físico... nunca nos dieron bolilla. Nunca nos preguntaron qué se podía hacer o qué necesitábamos”, afirmó la integrante de Voz Animal.

La ordenanza contra la pirotecnia fue propuesta por proteccionistas particulares. Se juntaron seis mil firmas, y ni siquiera salió de la Asociación Juninense de Protección a los Animales (AJPA), que tiene tierras municipales. La ordenanza fue promulgada el 27 de septiembre del año pasado “y por dos o tres meses no se supo nada de las multas y ni siquiera se activó un número de denuncia. Yo hice una denuncia al municipio porque el 147 no funcionaba. Después, antes de las elecciones de octubre, el gobierno difundió una campaña contra la pirotecnia, y mostrando al Intendente con un perro. ¿Cómo no nos vamos a enojar?”, disparó Scanavino al recordar cómo los perros fueron utilizados para captar voluntades y votantes.

“A la diputada Laura Ricchini (Cambiemos) se le entregó un proyecto cuando apenas arrancamos y jamás nos respondió un teléfono”, amplió.

“Los perros que tenemos en la casita ya están en condiciones de no volver a la calle, pero en dos años y medio de este gobierno no hay ni una sola campaña gráfica que fomente la adopción, no hay iniciativa de ningún tipo”, expresó Giselle y con tristeza notificó el cierre de la casa refugio aunque aseguró que el grupo va a seguir funcionando en una sede social, ayudando y concientizando, pero sin socios a pesar de que la gente quiera seguir aportando.

“Tenemos un mes para lograr reubicar esos animales, sino directamente, por más que nos duela en el alma, vamos a tener que ir al patio de la municipalidad y dejárselos ahí. No es la idea nuestra pero por todas las maneras, por escrito, hablando por todos lados no hemos tenido respuesta, nada. Dentro de cinco meses, cuando ya larguen todas las candidaturas, van a volver prometer el oro y el moro con los animales y no va a pasar nada”, concluyó indignada la proteccionista.

En más de dos años de gobierno, el intendente y la proteccionista devenida diputada, se olvidaron de los animales. Es que no suman votos.

Voz Animal Junín

Integrantes: Giselle Scanavino, Alejandra Di Cicco, Lidia González, Rosedo Acuña, Rosana Tasi, Marcos Walton, Luchas Walton, Evelin Quiroga, Lucía Spangaro, Mariano Piegari, Luciana Aquistapace y Agostina Nirich.

Colaboradores o voluntarios: Susana Balestrase, Ivonne Luchini, Carly Belilacua, Daina Camerana, Ana De Rico, Cristina Valdez, Marcela Domínguez, Paola Di Genaro, Hernán Paduani, Rocío Castro y Estefanía Guarino