Hoy es el día del encuentro, el grupo marcha compacto y decidido, los sentidos despiertos, atentos porque saben que el ataque será sorpresivo; en cualquier encrucijada de caminos la batalla ocurrirá. El aire parece cargado de corrientes eléctricas, es la fuerza de los gritos de guerra, es el estímulo que se dan unos a otros; se saben guerreros y como tales necesitan de esa confianza que les da el convencimiento de la victoria y la seguridad que les brinda el que marcha a su lado.

        Los estandartes brillan bajo el sol y sus colores serán defendidos a sangre y fuego porque para ellos esos colores representan eso, su propia sangre y el fuego de la pasión que les despiertan.

        Los brazos tensos, las manos crispadas sobre la empuñadura de las armas, los rostros transfigurados por la excitación. Algunos torsos desnudos muestran cicatrices de batallas anteriores, trofeos de honor ganados en la defensa de sus banderas.

        Los caminos por donde pasa el grupo están desiertos, los habitantes de la zona se han refugiado detrás de las murallas de sus casas; les temen, saben que son despiadados y que todo es válido en la euforia de su marcha, sobre todo después que el alcohol ha desinhibido los instintos.

        A lo lejos comienza a verse la ola que avanza en sentido contrario, el enfrentamiento es inminente. Primero ocurrirá la batalla a distancia, las piedras surcarán el aire y luego la lucha se hará cuerpo a cuerpo, sin compasión, a matar o morir.

        Posiblemente, como en oportunidades anteriores, algún barrabrava quede para siempre tendido en el asfalto. Pero dentro del estadio “el espectáculo debe continuar”.

Perfil de autor

Alejandro Rodolfo Cogorno nació en Junín en 1956. Cursó sus estudios en el Colegio Nacional. Su vida universitaria transcurrió en la ciudad de Buenos Aires. Bajo el seudónimo de Arcadio escribió varios cuentos. Uno de ellos, “La bestia”, fue seleccionado para formar parte de la antología de la editorial Rama Negra “Nuestros cuentos” en el año 2017.