Por: Redacción Semanario

Alexia ordenó derribar un muro que dividía sus ideas del reino de los otros, el de las afueras. Allí, algunos expresaban su descontento, recordaban fechas y el sitio se había vuelto icónico. Pero a Alexia no le importó.

Alexia tiene un reino. Algunos súbditos y muchos campesinos. Vive feliz en su Palacio, acompañado por el club de los sialexistas o ‘los blanquitos’ o ‘los reyes del diagnóstico’. Da igual. De uno u otro modo son reconocidos y reconocibles.

Alexia estuvo en boca de todos por varios hechos, entre otros porque mandó destruir un muro para que todos sus súbditos puedan observar su nueva obra. Una especie de camino serpenteante con algunos juegos que le ganó a otro sitio emblemático y del que ya casi nadie repara. En otra vida, cuando Alexia no había nacido, ese sitio se llenaba de un montón de los de afuera para trabajar, en una próspera industria. Pero eran otros tiempos, lejanos, tanto pasó de ello que mejor ni recordar.

Pero a Alexia sólo le interesa perdurar con sus acciones. Lo demás no cuenta. ¿Qué puede tener de malo derribar un muro para hacer lugar?

El Muro ya no es de la Memoria, sino de Los Lamentos. Pero gente del sialexismo anunció que pronto construirán uno (¡otro parecido!) ahí cerca para que los de las afueras dejen de poner el grito en el cielo.

Aunque para Alexia, ése fue el mal menor. Un grupete de las afueras se le ha rebelado. Alexia y los sialexistas no entienden muy bien qué les pasa que no trabajan. O sí. “Se hacen los giles”, cuentan los rebeldes del Palacio. Los de las afueras se han organizado y ruidosamente le recriminan por mejores pagos. El trueque de Alexia ya no lo quieren. Piden un poco más, que les alcance  aunque sea para  una boleta del caro, impagable candil moderno, ordenado por el padrino de Alexia, el Lord mayor-mayor, ‘el 1’, el de allá.

Uno de los sialexistas, apurado,  salió en las páginas de uno de los retratadores oficiales a anunciarles que les descontarán de la paga los días de rezongo. Uno de las afueras le gritaba que se ensuciara las manos él por esa paga. Pero él permaneció imperturbable ante la turba de ‘desestabilizadores’ que le gritaban.

Alexia ya lo dijo. Son todos grupos de poder los que viven quejándose y no entienden que algún día van a estar bien. Vivos o muertos. Los de las afueras quieren seguir de protesta, pero Alexia mandó a un sialexista a que tome nota que en cualquier momento se enoja y los manda a todos a la mierda. De otro modo, claro. Con buenos modales pero malos presentes.

Parece que uno de las afueras imaginó que algo así iba a decirles y se le anticipó. “Ya estamos en el medio de la mierda”, dicen que dijo.

El reino no está en paz. Alexia sigue adelante con su nuevo Castillo, cerca del Reino, un poco más privado, aunque ya todos los de las afueras saben dónde lo hizo, cuánto gastó y cómo le está quedando de lujoso.

Y están que trinan por eso. Claro, también por todo lo demás.

Boletín comunal amarillo

MIRÁ LO QUE NO HICIMOS ESTA SEMANA:

-Cuando se aplaque el lío, me mudo a my new house. ¿El cartel? No, no lo puse. ¿Y?

-Instalamos  columnas de alumbrado en varias calles del barrio Respuela. No las conectamos. Para qué, si así están lindas. Aparte, con lo que cuesta la luz, no se quejen porque les subimos las tasas.

-No fuimos a sacarnos una nueva foto con los 35 metros nuevos del canal del Norte de esta semana. El desagüe que estamos haciendo juntos (y que como ya anunciamos, vamos a terminar unos días antes de las  elecciones)

-Seguimos sin darles  nada a los municipales. Es hora que la corten y vayan a laburar.

-Mandé gente a que se reúnan con los del Pullman General Belgrano. Muchachos, perdieron unas ruedas de sus micros, es como too much. Siempre hay alguno que se queja ¿Vieron? Si siguen así, en mayo, vamos a sancionarlos.

-Ya instruí al encargado de la planta de Tratamiento que deje de tirarles caca a los vecinos de Chacabuco. Pero se ve que no puede cerrar el grifo. Aguanten, veremos si Mauri nos tira un cable. Si no, bueno… la laguna Rocha es bastante grande.

-Ya se los dije en el boletín anterior y se los repito: si están tan en desacuerdo, armen un partido y gánenme. Y si pierdo, me voy con Mingri que vendría a ser algo así como medio socio mío.

PetrEgo recargado

El fútbol estaba parado. Al llegar el presidente de la Liga de viaje (Playa del Carmen) convocó a PetrEgo de urgencia. Llegó con un acercamiento de partes y unos pesos y sanseacabó. Ahora le llueven pedidos de todos lados, pero la foto que asegura el fútbol no la dan otros deportes. Primero lo primero.

Además, PetrEgo se reunió con los comerciantes de la ciudad. Se ve que viven en Suiza, venden a full, los impuestos son bajísimos y el futuro es fantástico. ¿No? Ah, perdón, es que como sonríen tanto, pensamos que la revolución de la alegría seguía tan viva como cuando la prometieron antes de que se conociera esta verdad, la realidad.