viernes 19 de abril de 2024

OPINIÓN | 9 may 2018

carta a la ciudad

Molinos invisibles de Junín


Amo la ciudad de Junín. Realmente aprecio su belleza, sustentada principalmente por su gran arboleda, lagunas en sus cercanías y rodeada de campos semi-naturales. Disfruto mucho de ella, su tranquilidad y orden, y aporto -según creo- mi parte positiva para el crecimiento y desarrollo de todo y de todos. Pero últimamente me estoy preguntando qué va a ser de mi vida en esta ciudad y qué es lo que ella realmente me da. Porque no me estoy sintiendo bien en mi propio hogar debido a la poca consideración que empresarios y funcionarios demuestran con el vecino, por intereses económicos, como siempre.

Estoy hablando de una industria antigua de gran tamaño ubicada casi en la zona céntrica, y eso no es todo, ya que nuestra ciudad posee dos instalaciones más de este tipo en el entramado urbano.

Voy a exponer mi vivencia actual con respecto a uno de ellos, Molinos Muscariello S.A., que es el que me está perjudicando directamente, y que se podría decir sin dudas que es el de mayor porte y que mayor daño al entorno produce.

Por lo tanto, visto la situación que estoy por exponer, puedo decir de que este problema indudablemente no afecta únicamente a mi persona sino a muchísimos más vecinos, por lo que espero que este relato sirva de identificación, apoyo y esperanza a que se resuelva para la gente que padece lo mismo; y para los que no tienen una cuestión así en sus vidas y hogares, que sirva para que sea de conocimiento de que en Junín hay cosas realmente graves y urgentes por resolver.

Básicamente, conocer el tema significaría solo un ejercicio de imaginación por parte del lector, y sería el siguiente: Imagínense que en el silencio relativo que envuelve actualmente a su barrio y domicilio no existe. Así es, no puede experimentar el volumen normal de ruidos ya que un zumbido de alto calibre inunda el dormitorio, baño, comedor y patio. Este particular sonido posee una frecuencia y tono que no le van a producir tranquilidad, sino ansiedad, dolores de cabeza y una perturbación psicológica solo aplicable a métodos de tortura, ya que un ruido que nunca se detiene en las 24 horas de los días de semana, y de esa naturaleza, es aplicable para realizar ataques psicotrónicos. Solo se detiene desde el sábado a las 14hs hasta el domingo a la noche, por lo que uno sabe que nuevamente el lunes comienza la molestia sin detenerse hasta el próximo fin de semana. En estos días es donde puedo disfrutar lo que la mayoría de los vecinos gozan, del silencio y la tranquilidad. Los fines de semana mi casa y barrio se sienten totalmente diferentes. Disfruto al máximo el verdadero sonido que tiene el entorno y me siento nuevamente bien, el cansancio mental desaparece y vuelve la normalidad que tuve antes, cuando hace cuatro años me mudé a este lugar.

Realmente no entiendo como esto puede estar pasando sin que se haga nada en una supuesta ciudad tan avanzada como en la que vivimos. ¿Cómo una contaminación acústica de este tipo y multiplicada en otros puntos de Junín pueden estar sucediendo como si no afectara a nadie? ¿Por qué debo soportar algo así, ajeno a mi vida? Debe ser tal vez porque en su momento los dueños de este molino no hicieron el traslado que se les indicaba. ¿Debo seguir día a día así hasta el último día que viva en mi hogar? ¿Debo mudarme ya que es un tema que no tiene solución? Por supuesto que tiene solución, y eso es lo que más impotencia me genera, que nadie mencione, ni haga nada para cambiar esto. Los molinos de Junín por lo tanto, son invisibles. No existe sociedad de fomento en el barrio que nos pueda agrupar y por algo será... Muchos vecinos seguramente han hecho reclamos o denuncias, pero claramente son ignoradas por los responsables, tanto a nivel empresa como municipal. Realmente no sé qué hacer y debo admitirlo, me siento muy frustrado y triste, no me merezco ni nos merecemos esto, no estamos en la actividad harinera, somos simplemente los verdaderos habitantes de este lugar, en ese molino nadie vive.

Lo que se debe hacer no se hace, y eso es trasladar todos los molinos a zonas que correspondan y punto. Ni siquiera espero eso de la gente responsable, solo un poco de piedad hacia nosotros, que estamos cerca de esa desactualizada industria, que además emite un constante flujo polvillo de la molienda sin filtrar y sin parar todo el día, muy perjudicial para las vías respiratorias. ¿Dónde están los responsables de las oficinas de medio ambiente, inspección, etc.? No existen, sino esto no sucedería.

Viendo toda esta injusticia, invito a toda la gente que le está afectando, a que poco a poco empecemos a reclamar nuestro derecho a vivir en un ambiente libre de contaminaciones y molestias, de las formas que sean. No seamos ovejas de un rebaño, dóciles y con poca inteligencia. No es un perjuicio imposible de reparar, solo que los responsables hacen oídos sordos, priorizando el funcionamiento de su empresa y ganancia en contra de la calidad de vida de todos nosotros.

Funcionarios de Junín, es hora de que el tema comience a ser tratado, y si de verdad quieren convertir a Junín en una ciudad avanzada y ordenada, es incompatible hacerlo dejando todas esas viejas industrias en la ciudad. Pero ojo, sé que es una gran inversión, ¡pero comiencen limitando el horario de funcionamiento y dándonos un poco de la normalidad que nos merecemos! Por favor se los pido. Deben invertir en lo que por obligación tienen que invertir para que su actividad no afecte a nadie, o solo a ustedes. Me encantaría ver los domicilios de los dueños expuestos a lo que está el mío, a ver qué opinarían. Toda la vida sé que no voy a vivir con esto, pero el daño ya producido por gente que no pertenece a mi vida no lo repara nadie. Pero esto no va a quedar así por mucho tiempo más, ya que lo justo y correcto es lo que al final siempre prevalece, se tarde el tiempo que se tarde.

Un vecino de Junín

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