miércoles 01 de mayo de 2024

LOCALES | 8 jun 2017

HECTOR AZIL - PJ

“En Junín, muchos dirigentes se han dedicado siempre a dividir”

En un extenso diálogo con Semanario, el secretario General de ATSA defendió su posición de sumarse a una nueva cruzada renovadora dentro del PJ.


Por: Luciano Canaparo

Si los peronistas son como los gatos, que cuando parece que se están peleamos en realidad se están reproduciendo, igual de cierto es que cuando el justicialismo parece encerrado en su propio laberinto sus bases lo empujan a salir saltando las paredes.

La definición en torno a cómo encarar la elección legislativa de este año enfrenta dos posiciones. Algunas de las diferencias se manifiestan públicamente y otras corren por el camino subterráneo de la verdad no revelada o de la simple opereta. El sector que se aglutina en la figura de Florencio Randazzo utiliza argumentos legales, espíritu participativo y renovador para enaltecer el valor de las PASO como herramienta de la unidad, mientras en off algunos plantean que sólo la derrota del peronismo en octubre permitirá construir nuevos liderazgos.

Los más lúcidos reconocen que su disputa por la conducción del peronismo resulta inviable mientras el liderazgo de CFK siga conservando la vitalidad e intención de voto que revelan todas las encuestas.

Los liderazgos políticos se sostienen en la representación popular y se consolidan en la construcción política. Sin territorio y sin variedad de actores no hay fuerza ni proyecto político posible.

Este sector plantea la PASO como un fin en sí mismo. La argumentación legal repite tautológicamente que se trata de una ley y no de una interna partidaria, y quienes piden autocrítica y reflexión, esquivan sus responsabilidades y protagonismos en la batalla fratricida de las PASO 2015.

Más llamativo resulta la referencia al “dedazo” como mecanismo de selección de los candidatos, promovido por cuadros políticos de larga trayectoria. En realidad, en este punto se manifiesta nuevamente el planteo de fondo, que busca desconocer el liderazgo y la representación popular de quién conduce un proyecto político, define la estrategia y los mejores candidatos para defenderlo.

Tras la entrevista a Cristina en C5N y su agenda de reuniones con intendentes, los sectores del “randazzismo” reafirmaron la decisión de ir a las PASO.  “Había que demostrar fortaleza” afirmó un hombre cercano a Alberto Fernández y por eso presentaron los avales.

En Junín, uno de los protagonistas de esta nueva etapa del PJ es Héctor Azil. En un extenso diálogo con Semanario, el secretario General de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA), y ex titular del Partido, no esquivó ninguna pregunta, defendió su posición de sumarse a una nueva cruzada renovadora dentro del Partido, cuestionó ciertos aspectos mezquinos de la dirigencia local, y criticó duramente la gestión de Pablo Petrecca.

-¿Por qué finalmente decidiste participar del proceso electoral? Hasta no hace mucho tiempo tu idea era mirar desde afuera

-Eso me lo reprocharon varios compañeros que me preguntaban todo el tiempo qué iba a hacer. Pero era una decisión tomada en el escenario del PJ, partido en el que milito. La irrupción de Florencio Randazzo, planteando la necesidad de primarias en el partido, me motivó, me dio ganas, me hizo acordar al ’85 cuando después de la derrota ante Raúl Alfonsín, era necesario un cambio y una renovación partidaria, porque si no había críticas ni autocríticas el partido iba a tener malos resultados. Ahí se llegó a la Gobernación y se llegó a la Presidencia, revirtiendo un proceso que veo similar al actual: si el peronismo no se reordena a partir de una renovación, que venga de la mano de una elección, tiene amplias posibilidad de terminar anarquizándose. Así se cumpliría una vieja premisa de Perón, que le dijo a una periodista francesa, que peronistas somos todos pero terminaríamos divididos en muchos partidos.

-No estaba errado en absoluto

-Cada uno se arroga una pata peronista. Yo quiero al Partido Justicialista gobernando, que estemos todos, y de la manera que se planteó que es compitiendo por dentro. Me parece una actitud audaz, valiente y comprometida ir por dentro, aceptando el resultado de las elecciones.

-Pero las mezquindades, muchas veces, juegan su partido aparte

-Es importante que no sea la lapicera de un dirigente la manera de establecer una lista, sino que tengamos posibilidad de participar todos, eso le haría bien al Partido. Las listas únicas adormecen a las primarias y a la militancia que es buena y muy necesaria.

Nosotros lo vivimos en 2011, en Junín, cuando con siete listas tuvimos una primaria maravillosa y pudimos contener los votos para el candidato que había ganado.

-¿Creés que Randazzo es el dirigente adecuado para conducir una trasformación, teniendo en cuenta que proviene del riñón K?

-Él decidió plantarse para ir a una elección. Pero no lo hizo solamente ahora, sino también en 2015 y no lo aceptaron, cuando quiso competir en una primaria para una presidencial. Creo que ahora es el indicado porque, además, tomó la decisión de convocar a muchos dirigentes que tienen un pensamiento similar.

Pero no se trata de confrontar con CFK o de decir que si se va a primarias no hay unidad. Las primarias son la unidad. Lo otro es que se junten algunos dirigentes en un escritorio y armen una lista; eso no es unidad.

-¿En qué se diferencian Cristina y Randazzo?

-No hay tantas diferencias ideológicas, sí algunas más metodológicas. Conozco muy bien, por militar en la Cuarta Sección Electoral, que él tiene más apego al Partido Justicialista. Cristina no le dio el valor ni la importancia que tiene la construcción y renovación del Partido.

Una de las cosas que siempre me molestaron y mucho de su gobierno fue que pusiera a la misma altura del PJ a muchos partidos dentro del FpV. Ella aparecía como el sol y alrededor suyo debían girar todos los satélites que eran los partidos, incluido el justicialismo.

En cuestiones ideológicas, tengo una formación y pensamiento más progresista, más de izquierda, no estoy alejado de Cristina, pero primero soy peronista.

-En Junín, el panorama es bastante complejo, una vez más. ¿Podrán agruparse Romero, Traverso, Azil, Giaccone, Giudiche…?

-Muchos dirigentes se han dedicado siempre a dividir, más que unir y abrir puertas. Ahora no sé dónde está el Partido. Durante cinco años yo lo mantuve abierto y muchas veces tuve problemas por ser integrador y abrir el juego. Y siempre creí que debíamos tener a todos adentro para poder ganar la Intendencia. Desde que yo dejé el Partido, pasó a ser tercero en todas las elecciones. Entonces, algo se está haciendo mal.

-¿Qué?

-Fundamentalmente que está cerrado, y cada uno en su espacio e ideología, en los cargos que ostentan. Ellos ven satisfechas sus ambiciones políticas y económicas, pero ese pensamiento es muy chiquitito; para llegar al municipio hace falta no tener ese egoísmo.

-¿Cuál sería la alternativa?

-Con Federico Melo (Sindicato de Empleados de Comercio), Oscar Farías (randazzista de la primera hora) y muchos compañeros más que se están acercando, estamos tratando de formar un espacio abierto, plural, amplio, con la única ambición de que el peronismo vuelva a ganar la intendencia. Espero que esta primaria sirva de ordenadora. Después de competir, incluso con diferencias, nos sumaremos al proyecto que resulte ganador.

-¿Por qué no se unifica la CGT regional Junín?

-Estamos funcionando, tenemos una CGT normalizadora, somos 26 gremios. Si no se unifica no es por falta de voluntad nuestra, porque somos mayoría en los sindicatos, pero estamos esperando que pase un tiempo para ver si se puede normalizar. Si lo dividen es por política. Que cada uno la haga donde quiera, en el espacio político que quiera, pero en la CGT hablamos de temas inherentes a los trabajadores.

-¿Y a nivel superestructura?

-A nivel nacional, están las ambigüedades que son obvias, con distintos pensamientos: los que quieren más conflictividad y aquellos que tienen temor a esa situación. Quedó un estigma muy grande después del 2.001, y el paro de 36 horas que dio arranque a los saqueos y al caos social que se vivió después en el país. Sienten que si fuerzan en determinados momentos, podría producirse un nuevo estallido.

-¿La situación actual es similar a la de ese año?

-…Me preocupa mucho cómo va el país. Si uno pone en una hoja veinte variables económicas, todas tendrían flechas para abajo. No puede pensarse que vamos bien ni tampoco que terminaremos de esa manera. Hay tanta insensibilidad en este gobierno, que ni siquiera tiene el termómetro para saber dónde pueden estallar las cosas.

Lo de PAMI, por ejemplo es gravísimo, es un genocidio lento. Hay que poner mucha atención en esto. Si pagan 300 pesos por cápita, los jubilados no se van a poder internar, los van a mandar a la casa con una aspirina. Los médicos no quieren atender y no hay que agarrárselas con ellos ni con las clínicas privadas, porque nadie va a trabajar a pérdida. Se pueden hacer controles, pero no hay que hacer ahorros en salud.

Los abuelos aportaron 30 años y los trabajadores activos estamos enviando al PAMI un porcentaje, así que la plata que ingresa –además de otros impuestos- es mucha. Deben ponerse los pantalones largos y  cuidar a los abuelos.

-A mediados de 2016 dijiste que Pablo Petrecca tenía todas las posibilidades de realizar “una intendencia excelente”. ¿Hoy, cómo ves su gestión?

-Veo que hay más promesas que respuestas concretas. Si nos enfocamos en los anuncios de obras ya estaríamos viviendo en una ciudad del primer mundo. Pero ya se está consumiendo el segundo año de mandato, casi la mitad, y las obras no están, más allá de algunas cuadras de asfalto, y los anuncios… Se pararon algunas importantes que estaban en marcha, como la terminal de ómnibus. Y me preocupa que un edificio que fue concebido como centro cultural (NdR: Lavalle y Liliedal) termine siendo un centro de monitoreo, por ejemplo.

La pista de atletismo está parada, prometió transporte público y todavía no hay colectivos ni proyecto ni nada. Petrecca se disfrazó de cebra para decir que iba a modificar la seguridad vial pero hay más muertos que antes.

El delito no bajó, y prometió que en seis meses lo iba a mejorar. Por más cámaras y patrulleros que hayan puesto… En cierto punto creo que debe haber alguna ineficiencia en ese sentido. Hay que entender que la policía no puede cumplir horario de comercio, porque el delincuente opera en horario corrido. Las fuerzas de seguridad no hacen tareas de inteligencia, pero los ladrones sí.

-En este punto, se cuestiona además el rol de la Justicia de “puertas giratorias”

-La Justicia es cuestionable desde la Suprema Corte hacia abajo en su totalidad. Yo siempre digo lo mismo: hablamos de la política, de los políticos y de que el poder lo tiene el Ejecutivo. Para mí lo tiene la Justicia, que no fue removida ni siquiera durante la dictadura. Los militares desarmaron la estructura política, se apoderaron del Ejecutivo y eliminaron el Legislativo. Pero no tocaron a los jueces, que eran fiscales, y que rechazaban habeas corpus por los desaparecidos. Y después condenaron a los represores.

Es un problema grave en la Argentina y sobre todo porque en los últimos años la Justicia tomó roles que no le corresponde, como derogar leyes. Porque si hay un Congreso que las vota y un Ejecutivo que las promulga, ellos no pueden darse un poder que no les corresponde, pero lo hacen porque actúan políticamente por los intereses que le convienen.

-¿La mesa chica que acompaña al Intendente está leyendo la realidad?

-Creo que no deberían hacer un acompañamiento tan ciego de las políticas de Mauricio Macri y compañía. Me extraña mucho de los radicales, más allá de los PRO puros. Es un gobierno de minorías que democráticamente llegó al poder. Son chicos de colegios privados y barrios cerrados, para quienes es mala suerte ‘caer’ en la educación pública. Pero son lo que son, no se los puede culpar, sólo ver qué hicimos para que ocupen ese lugar.

-¿Insensibles?

-A nivel local creo que puede haber más sensibilidad social, Petrecca no debería seguir a ciegas las políticas de ajuste. Me molestó mucho al inicio de la gestión cuando cortaron los subsidios para las instituciones barriales, que eran de 1.500 pesos, porque no tenían la documentación ‘ordenada’. Sabemos que todo el papeleo lleva mucha plata y ayuda profesional. Eso habla de la actitud que toman: no salen a contener.

Además, no hay actividad intensa de Desarrollo Social en los barrios, no sólo llevando chapas y alimentos, sino controlando vacunaciones y situaciones sociales de riesgo, por ejemplo.

-¿En este tiempo, tuviste la oportunidad de charlar con Petrecca?

-Fue hace tiempo y se enojó porque le dije que todavía estaba con el freno de mano puesto. Salió a explicar que prefería ir más despacio y no chocar, pero a la función pública no se puede llegar para aprender. Tienen todos el mismo disquito: la pesada herencia, palos en la rueda... así como se visten todos iguales, hablan todos iguales.

La pesada herencia es de ellos ahora, porque la inflación de CFK hasta 2015 proyectaba menos del 20%. Pero después que ganaron, los empresarios remarcaron todos los precios hasta diciembre, con una devaluación del 60%; hoy estamos rogando tener un 20%, dos años después, como si fuera un mérito. En algún momento deben sacarse el cassette, empezar a gobernar en serio y cumplir con las promesas que hicieron.

-Nota publicada en la edición impresa del sábado 3 de junio 2017-
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