miércoles 24 de abril de 2024

LOCALES | 19 may 2018

con los chicos no

Niñez y salud pública, deudas y miserias

Una joven de 16 años falleció en el Hospital Interzonal de Junín presuntamente por una variedad aún indeterminada de meningitis. Las sospechas en torno a dificultades para la atención de los más chicos resultan por demás preocupantes. Un análisis con el sello de Semanario.


Por: Semanario

Denunciar una vez más el saqueo del que hemos sido víctimas los juninenses en los últimos treinta años, resulta como una letanía cargosa. Pero sin dudas que los efectos causados por tal desaprensión terminan mostrando la insensibilidad de una clase política que pasa de unas manos a otras el despojo que va quedando y las excusas que siguen repitiendo sin cesar.

La salud pública ha sido uno de esos bastiones destruidos y día a día las noticias nos dan cuenta de esa característica que, sin embargo, sigue en franca devaluación.

Una vez más nos alerta la muerte de una jovencita en el Hospital Interzonal General de Agudos Abraham Piñeyro (HIGA), debido a una enfermedad infecciosa como lo es la meningitis y la respuesta médico científica es que los profesionales están “shockeados”, entendiendo que si los que “saben de esto”, están abrumados, que nos queda para el resto de los mortales que al fin y al cabo estamos en sus manos.

Algo similar aconteció a principios de este año con la muerte de un niño de 15 años que estuvo internado en el hospital sin diagnóstico certero.

En aquel caso los primeros rumores indicaban que se trató de hantavirus, luego hubo una desmentida de parte de funcionarios del hospital que dijeron sentirse “angustiados” (por la muerte), un par de semanas después se citó a la madre del niño fallecido y según la progenitora se le dijo que se trató de (nuevamente) hantavirus, aunque luego se corrigió desde el mismo hospital por el diagnóstico de leptospirosis. El tema fue presentado ante la justicia por parte de un letrado a pedido del padre de la víctima, con el fin de despejar dudas acerca del fallecimiento.

También los padres de Vanina Garay, que transcurría un embarazo de seis meses, esperan respuestas acerca de su muerte.

En febrero otro de los hechos involucró a un pequeño de cuatro años oriundo de Vedia y que había sido picado por un alacrán. Sorprendentemente, cuando la ambulancia llegó al HIGA proveniente del vecino distrito, no había antídoto, cuando precisamente el Hospital Piñeyro es una de las cabeceras para responder ante ataques de animales ponzoñosos.

Desde SEMANARIO hemos dado cuenta de las carencias de infraestructura del nosocomio como así también del sinnúmero de promesas de una gestión que después de casi 30 meses no muestra mayores diferencias con las anteriores, que sirvieron para llevar a la salud pública a este calamitoso estado de cosas.

El HIGA nos tiene acostumbrados a sus mutismos, propios de la ineficacia a la hora de sortear dificultades y a esa tan común forma de desembarazarse de la culpabilidad yendo hacia arriba en la cadena de mandos, transmitiendo responsabilidades a Región Sanitaria -de escasa o nula intervención- y luego hacia el Ministerio de Salud y sus diversas áreas, encargadas de “bajar” directivas que nunca bajan.

Desde esta redacción hemos realizado frecuentes llamados al área de prensa del ministerio, hallándonos con la consabida respuesta de “no estamos en conocimiento, lo consultamos y le respondemos…” Respuestas que nunca llegan.

Un gobierno que busca transmitir buenas nuevas donde no las hay, deja de lado lo que podrían ser informaciones de prevención, en la creencia de que pueden generar alarmas y lo que alarma es precisamente el silencio.

Todo esto sumado al corporativismo frecuente de la medicina que no acepta estar surcada por innumerables problemáticas tanto de capacitación como de infraestructura, razones valederas para que aparezcan los problemas que aparecen y como si fuera poco ahora también involucrada en crónicas policiales tras el allanamiento de una clínica local, la detención de un médico y el silencio cómplice del Colegio que los agrupa.

CON LOS CHICOS NO

Serían cuatro los casos confirmados de meningitis en Junín y pareciera estar todo “bajo control”, a pesar del fallecimiento de la adolescente que “los mismos médicos no encuentran explicación” ya que incluso habría estado vacunada contra el meningococo (ver recuadro).

Podría ser un único caso o dos o tres o cuatro o cinco, pero más allá de los números lo que aún es mucho más difícil de explicar es: ¿por qué los niños y adolescentes siguen compartiendo un hospital zonal sin que haya un centro exclusivo para su atención? Máxime cuando hay estudios que demuestran claramente que un ambiente agradable, con dibujos alegres, favorece muchísimo el estado de ánimo del niño, y el estado de ánimo favorece el curso de la enfermedad, tienen muchos menos problemas médicos, incluso con enfermedades graves.

Mientras la salud en los países desarrollados respecto a los niños pasa por medidas de humanización (ver recuadro) que incluyen dejar que los padres pasen el mayor tiempo posible junto a sus hijos, y no como hace décadas, que el menor llega al hospital y queda en manos de los doctores en un plano totalmente profesional.

Y a pesar de nuestras oficinas estatales de “modernización” y otros clichés rimbombantes, por nuestros pagos los padres sienten profunda angustia cuando deben enfrentar este tipo de situaciones en ámbitos carentes de espíritu solidario, requerimiento imprescindible para quienes están enfrentando una situación traumática.

Por eso preocupa y mucho que hoy los niños juninenses hayan llegado al extremo de su vulnerabilidad en materia de salud, debiendo “caer” para ser atendidos en un nosocomio que no está preparado para ellos.

En tal sentido, es indispensable lograr que el criterio de salud se encuentre presente en la mente del ciudadano común tanto como en la de quienes planifican y deciden sobre cuestiones tan diversas como el desarrollo del transporte urbano, el destino de los residuos industriales y domésticos, los criterios urbanísticos o los temas de seguridad, pasatiempos, deportes, etc.

Más de una veintena de salitas de atención a nivel local no cuenta con más de seis pediatras que deben estar repartiéndose para dar respuesta a la variedad de problemas que afectan a la niñez, más aún si tenemos en cuenta que para la próxima temporada invernal ya se viene informando de la posibilidad de que acontezcan gran cantidad de casos de bronquiolitis.

El tema salud es una responsabilidad del conjunto de la sociedad y de sus órganos de gobierno, entre los varios que deben ser evaluados y jerarquizados, a la hora de las decisiones sobre muchos asuntos de interés colectivo. Pero también es cierto que nadie se ocupa. Y las muertes que hoy golpean, mañana son parte del anecdotario.

¿SALUD O NEGOCIO?

Esta situación no hace más que refrendar la teoría de la política mercantilista de la medicina privada promovida por empresarios y no por galenos, entendiendo a la salud como negocio y no como derecho de las personas.

Lo cual nos hace llegar a la denominada paradoja de la salud, existente tanto en la sociedad como a nivel individual en los países desarrollados y que hace referencia a la constatación de que cuanto mayor es la situación objetiva de salud más son los problemas de salud declarados, y que cuanto mayores son los recursos empleados en salud mayor es la proporción de personas que se sienten enfermas.

En el momento actual el derecho a la salud se ha convertido en un peligroso objeto de consumo, y no estamos lejos de un horizonte indeseable en el que la sociedad viva de manera insana por su desmedida preocupación por la salud.

Estamos asistiendo a la generación de una dependencia de la medicina que incapacita a las personas para cuidarse a sí mismas y una disminución de la tolerancia al sufrimiento y al malestar, pero al mismo tiempo, todo está digitado para que se trate de transacciones comerciales dejando de lado la responsabilidad del Estado en esta materia.

Y mientras las directrices apuntan a considerar al paciente como un todo, la salud pública lo desplaza y la salud privada busca clientes.

Meningitis: vacunas específicas

Según trascendió, la adolescente que falleció en nuestra ciudad como consecuencia de una posible meningitis estaba vacunada. Aunque parezca una contradicción, los especialistas aseguran que no existe “una” vacuna que proteja de la meningitis, sino que lo que existen son vacunas contra gérmenes específicos que tienen la capacidad de invadir las meninges (membranas que recubren el cerebro).

Por lo que existe la vacuna contra:

-El Haemofilus Influenza (Vacuna Hibtiter, vacuna cuádruple, vacuna quíntuple, vacuna séxtuple, incluidas gratuitamente en nuestro calendario)

-Contra 13 serotipos de neumococo (Prevenar 13 también gratuita)

-Contra meningococo (Menveo para los serogrupos A, C, W, Y gratuita, y Bexsero para el serogrupo B no incluida en el calendario por lo que hay que comprarla en forma particular si es que quiere ser inmunizado con ella).

De esta forma se explicaría que a pesar de estar vacunada, probablemente esa vacuna no sirvió para este episodio en particular.

Sobre la humanización de la salud

¿Qué significa humanizar? significa tener la competencia profesional para promover la salud holística y la atención personalizada teniendo en cuenta las siguientes competencias:

-Competencia técnica.

-Competencia relacional.

-Competencia emocional.

-Competencia ética.

-Competencia espiritual.

-Competencia cultural.

Todas estas competencias son las que deben tenerse en cuenta por parte de la comunidad médica, como así también quienes toman las decisiones políticas en la materia, de esta manera la asistencia socio-sanitaria será cada vez más humanizada y a la vez humanizadora, en la medida que sean capaces de conjugar tecnificación con ciertas actitudes y habilidades, considerando al paciente holísticamente es decir considerándolo en un todo y no sólo como un paciente o un enfermo.

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