Mientras los abuelos que capitaban en el Sanatorio Junín no saben dónde dirigirse, otros van a buscar remedios a la farmacia y ahora los tienen que pagar y los que visitan a un médico especialista deben dejar a cambio un ojo de la cara porque ya no sirven los bonos, desde las autoridades de PAMI Junín todo es silencio.

Por compromiso, y porque justo andaba por ahí, su titular Luciana Gómez Panizza recibió a los jubilados que decidieron ponerse la escarapela e ir a protestar, el 24 de mayo. Para ese entonces, había que esperar... sí, que esperar que venciera el convenio en vigencia para que la mayoría de los abuelos quedara a la deriva, sin saber a ciencia cierta qué hacer con su salud. Y ni hablar si para averiguar tiene que tomar taxis o no hay un hijo que le haga los trámites ante los amables empleados de la obra social que van enumerando a cuenta gotas los papeles que faltan para completar un pedido. Se aseguran de ver al afiliado o familiar apoderado una y otra vez, por ahí en el camino se arrepienten del pedido y dejan todo stand by.

Pero volviendo a la jefa, justo en este momento de falta de respuesta y cero comunicación oficial para intentar echar un poco de luz a la cuestión, se entendió en las últimas horas por qué está tan tranquila. Después de amarrocar $98.161 de sueldo mensual al frente del Instituto, no va a necesitar mayor cobertura cuando se jubile.

El salario de Gómez Panizza está lejísimo de los haberes mínimos de 6.350 pesos que una gran mayoría de abuelos percibe por mes, y por eso necesita con desesperación que la obra social le dé respuestas: porque a la tercera edad se llega con dolencias y enfermedades, porque aportó toda la vida activa al PAMI y porque hay millones de trabajadores que lo siguen haciendo.

De la misma manera, esta señora abogada, ferviente proteccionista de los perros, se muestra lejos de todas las necesidades y sigue haciendo oídos sordos a los reclamos. La dirigente radical, ex concejal meonista, se muestra muy distante de las personas que dependen de ella, de la información que pueda suministrar como primera responsable de una obra social esencial en la comunidad.

Es hora, Luciana... defendé un poco a los viejitos que se van a empezar a morir como moscas. Sin remedios, sin lugar para internarse, con un Hospital desbordado, con todas las prestaciones cortadas para hacer posible una enfermedad muy breve. Parece que el Estado te está pagando lindo, así que estaría bueno que le dieras alguna respuesta a los verdaderos dueños del PAMI: los jubilados.

LOS SUELDOS DE LUCIANA