viernes 19 de abril de 2024

LOCALES | 25 may 2018

RECTOR DE LA UNNOBA

Guillermo Tamarit: “Junín no debe llorar por lo que fue, sino plantearse qué será”

En junio se cumplirán 100 años de la Reforma Universitaria y SEMANARIO entrevistó al rector de la UNNOBA para dialogar no sólo sobre ese hito, sino también del desarrollo que ha tenido nuestra incipiente casa de Altos Estudios, ya que para el funcionario “una universidad modela a la sociedad de otra manera”.


Por: Semanario

Guillermo Tamarit es el rector de la Universidad del Noroeste Bonaerense (UNNOBA) con base en Junín y Pergamino. Su trayectoria lo ubica en los claustros de la Universidad de La Plata para luego desarrollarse a pleno en Junín, poniendo énfasis en el acompañamiento comunitario que recibe “a diario” y la casi obsesiva responsabilidad de cumplir con la sociedad en el sentido de tener la “mejor” universidad. Para ello ha venido desandando un camino que por momentos se torna vertiginoso, teniendo en cuenta el crecimiento logrado por la institución educativa que entre sus logros ha anexado una escuela secundaria. Lo que sin dudas reconoce el actual rector en cada oportunidad es la tarea del Ingeniero Luis Lima quien se desempeñó como rector normalizador en la UNNOBA entre 2003 y 2007.

“El proyecto que desarrolló Lima con la UNNOBA recoge las mejores tradiciones de la universidad pública reformista y las combina con las visiones modernas”, dijo alguna vez al referirse a su colega.

Precisamente este año se cumplirá el centenario de aquellos acontecimientos en el primer gobierno del radical Hipólito Yrigoyen y conocidos como la “Reforma Universitaria de 1918”, donde estudiantes universitarios de Córdoba protestaron contra lo que consideraban prácticas autoritarias y dogmáticas de quienes dirigían la universidad.

“La reforma universitaria nosotros la recuperamos como un proceso -destacó el rector a SEMANARIO- no como la de 1918, sino que allí hay como un disparador de un conjunto de valores universitarios que se han recuperado a lo largo del siglo y que además ha abrevado de distintas tradiciones universitarias y no universitarias y que fue conformando esta idea del reformismo universitario".

-¿En qué puntos hacen foco?

-El principio del siglo XX es de rupturas, guerras, revoluciones, elecciones populares en la Argentina. No es un hecho aislado, es la llegada de lo moderno a la universidad. El reconocimiento de la gente como actor de su tiempo y en lo universitario, el desarrollo de los postulados científicos. La reforma abandona las cuestiones medievales para adoptar el método científico y establecer un nuevo paradigma y que es que, a la verdad se llega a partir de procedimientos.

La reforma a lo largo del siglo ha tenido avances y retrocesos, lo que valoramos son los principios de democratización interna que requieren un contexto de democracia, lo cual quedó demostrado en la “Noche de los bastones largos” en el golpe contra (el Presidente Arturo) Illia, porque no hay democracia en la universidad si no hay democracia en el país, esto va de la mano.

-¿Cómo influyeron los gobiernos de facto dentro de los claustros?

-Siempre se ha planteado un modelo de resistencia, aunque ha habido grupos reformistas que han apoyado los golpes de Estado, como en los casos de Yrigoyen y Perón.

Lo que queda claro es que la universidad siempre retrocedió con los gobiernos militares y eso es lo que hemos aprendido. La universidad no está desenganchada de los procesos sociales.

-¿La UNNOBA entonces es lo que es porque se ha desarrollado en este largo proceso democrático?

-Sin ninguna duda, es inimaginable sin el contexto, como así también el desarrollo de la universidad argentina tal como la conocemos. En el año 1983, a la salida de la dictadura, había 400 mil estudiantes universitarios y hoy hay dos millones, evidentemente con muchas dificultades, pero se dio un paso importante.

-Usted ha planteado públicamente que aún la universidad no ha logrado incluir a todos y eso es una deuda pendiente ¿Eso incluye a la educación primaria y secundaria también?

-No, hay un proceso interesante de analizar y es que a partir de la ley 1420 (NdR: En 1884, bajo la presidencia de Julio A. Roca se promulgó la Ley 1420 de educación común, gratuita y obligatoria) y los siguientes 60 años pasamos del 10% de alfabetos al 90% de alfabetos, logrando el 100% a partir de los nacidos en 1920. Eso se ha consolidado y los que llegan al nivel primario y secundario, que ya son ciclos obligatorios.

En la conciencia social ya sabemos que es obligatorio y los chicos tienen esa idea. Después tenemos un enorme problema en el secundario y es que el 50% no se gradúa, pero van todos. En ese aspecto la Argentina fue consolidando y es esperable que en 20 años sea masivo y haya otro nivel de respuesta.

Sin embargo pasa algo raro y es que nuestro país ha retrocedido en experiencia educativa. Normalmente los países avanzan y mejoran, en cambio nosotros no. En el nivel primario no se ve tanto, pero al secundario no todos llegan bien preparados y allí tenemos los mayores problemas y es que la mitad no se recibe y este es un número escandaloso para lo que es la tradición de la educación argentina y hay que trabajar mucho. Pero no sólo pensando en la universidad porque no todos van a estudiar, pero si debemos pensarlo para la calidad de trabajo y del salario de las personas, porque o son siempre subocupadas o mal remuneradas, por lo que esto tiene un sinnúmero de consecuencias que no son sólo estadísticas. Hay una demanda creciente de capacitación y nosotros retrocedemos.

-¿Esta idea de instruirse para el salario o el trabajo, no minimiza la cuestión humana?

-Nosotros tenemos una visión holística de la educación, de hecho cuando Jean Rosseau plantea el “Contrato Social” dice que si la gente no sabe leer ni escribir no podrá ejercer sus derechos y ahora nosotros planteamos lo mismo, no es sólo leer y escribir, pero si uno no tiene conocimientos no participa en la sociedad ni en sus derechos. Por supuesto que tenemos todo dentro de la agenda y resulta una preocupación, pero también en nuestro país tenemos un 30% de pobres y el 50% de los trabajadores está fuera de la legislación laboral, entonces allí hay algo urgente para hacer y no nos podemos desentender desde el sistema educativo, quien no puede satisfacer sus necesidades no puede ir en busca de derechos más complejos. Es como un orden de prioridades.

Y en esto hay un gran acuerdo entre la política y la sociedad, pero hacen falta acciones más concretas. De diagnósticos estamos repletos y las acciones que se implementen deben establecer prioridades. Hay que garantizar el ingreso y tener resueltas cuestiones elementales y eso es lo que hace que uno pueda desarrollarse en la sociedad con su mejor versión.

-¿Y cuánto acompaña el Estado en este proceso?

-Creo que el Estado hace un enorme esfuerzo, el tema es la eficacia. Los argentinos hacemos un enorme esfuerzo pagando impuestos y tenemos presupuestos crecientes en educación, sin embargo nos cuesta ver el resultado, la eficacia de ese esfuerzo.

Nuestro país hasta 1990 tenía la mitad de las universidades que tiene actualmente. Es un esfuerzo que hay que valorar, se ha llegado a muchísimos lugares donde no estaba. También recibe críticas porque hay una enorme concentración en el conurbano aduciendo que es una cuestión política, yo lo acepto y comparto, pero eso también mejoró las posibilidades de muchos vecinos de esos lugares.

En educación nada sucede de la noche a la mañana y lo que no vemos es que estemos acertando con el rumbo general

El concepto de que estudiando, uno recibe una recompensa es lo que hoy está en discusión.

CONTRACULTURA

-Precisamente me sorprende que por parte de los educandos no haya placer en instruirse sino que resulte en muchos casos una pesada obligación. Principalmente en los ciclos de primaria y secundaria. ¿No se puede pensar en una instrucción más placentera?

-Creo que desde siempre y hoy más que antes, la universidad resulta contracultural. Mientras que los chicos y jóvenes viven el “quiero todo y ahora”, claves del mercado y la dinámica de los medios de comunicación, relaciones personales, etc. Frente  eso la educación es brutalmente contracultural. Te dice que “si hacés un esfuerzo desde que tenés cuatro años, hasta los 24 o 25, allí obtendrás una calificación para abordar determinados temas”. Y por supuesto debes seguir estudiando toda la vida, entonces en este momento somos de planetas distintos. Tomamos a los alumnos en la etapa de mayor vértigo de sus vidas para sentarlos, hacerlos reflexionar, que nos critiquen, que busquen alternativas a los planteos que les hacemos. Hay muchos a los que les gusta, pero efectivamente frente al contexto en el que se mueven los adolescentes, tenemos un discurso muy a contramano, pero sin ese “esfuerzo” no hay educación. Acuerdo en que no podemos tener aulas organizadas como la Edad Media y rechazar recursos tecnológicos que debemos incorporar mucho más, pero también hay una conceptualización de “adquisición de conocimientos” que no se produce mágicamente y nosotros nos dedicamos a esto, podríamos hacerlo con otras metodologías, pero en el fondo de la cuestión esto no va cambiar porque se requiere de ese “tiempo” para capacitarse, no hay otra alternativa.

-Pero si bien se eliminó el estrado, pareciera que sigue habiendo una suerte de omnipresencia desde el lado de los educadores, cuando tal vez habría que flexibilizar ambas posturas para lograr mejores resultados

-Coincido en que podríamos ir avanzando más en esto, de hecho nuestro colegio secundario tiene otras modalidades en esa búsqueda y ver cuán efectivo es esto, porque el resultado final no es el método sino saber cuál es el resultado en los conocimientos y habilidades de los alumnos. Y nuestros alumnos están muy contentos y quieren ir al colegio. Pero hay un esfuerzo que hay que hacer y no va a desaparecer.

Tiene un parecido a lo que explicaba Juan Carlos Pallarols (reconocido platero) cuando estuvo acá explicando la tarea del artesano que trabaja el metal, destacando que si uno golpea miles y miles de veces todos los días y aprende que cada uno de esos golpes indican un conocimiento y adquiere una experiencia, uno nunca termina de aprender. Y los artesanos son distintos entre sí pero lo que los iguala es haber estado muchos años aplicando esa tarea hasta adquirir el conocimiento y la habilidad. Lo mismo pasa con la educación.

En la universidad, hay que debatir, leer, discutir, confrontar, es una tarea colectiva, no individual y hay muchos que están muy contentos y saben que el esfuerzo no se negocia. Claro que para lograr temas para el gran público, es algo aburridísimo.

-Ocurre que hay un concepto mediático que muestra lo contrario, por ejemplo que se puede llegar a la cima jugando con una pelota o mostrando el cuerpo.

-Eso tiene que ver también con el éxito. El de preguntarse si vale la pena este esfuerzo frente a la posibilidad de ir a bailar a la televisión. Eso tiene que ver con los valores que desarrollamos desde la universidad.

EL DEBE Y EL HABER

-En este tiempo que ha estado al frente de la UNNOBA, y teniendo en cuenta su particular impronta humanista, ¿qué cosas ha logrado y que otras se está debiendo?

-La verdad es que pocas cosas en el Estado se manejan de forma colectiva, una es la universidad y si no es un proyecto colectivo no funciona. Puede tener una impronta personal, pero la característica se la dan los que participan de la universidad. Es muy fuerte lo que hacen los no docentes y acá lo vemos que el compromiso de ellos que es superlativo, es la “casa propia” de cada uno de ellos. Con los docentes pasa lo mismo. Saben que este es el rumbo, que es incipiente pero es el correcto. Y después están los estudiantes y hasta que los graduados de la Unnoba no estén a cargo de las institución, no vamos a tener el final de esa “característica Unnoba” que es lo que ha pasado en el resto de las casas de estudio.

A nosotros nos tocó el proyecto institucional y ponerlo en marcha y en esos dos aspectos es correcto lo que hicimos junto con el ingeniero Lima, de acuerdo a las expectativas de la comunidad, al territorio y las potencialidades.

Lo que falta es que el tiempo le dé una característica propia. Esto ocurrirá y la Unnoba recibirá sus definiciones finales.

Es un hecho saliente lo que ha aportado la comunidad, no hay muchos lugares donde esto ocurra, y es la visión estratégica de entender que tener una universidad modela a la sociedad de otra manera. Todo eso lo iremos viendo con el tiempo, nos toca cuidar que mantenga el rumbo.

NO LLORES POR MÍ

-La UNNOBA ha estado “resucitando” símbolos de una sociedad juninense quizás más próspera, aunque adaptándolos -como infraestructura- a la educación. Tal ocurrió con los casos del Chalet de Mr. York, la cooperativa del Hogar Obrero, el Policlínico Ferroviario, ahora la abandonada láctea Argenlac... ¿Hay alguna lectura que haga de esto o es un hecho casual?

-Cuando analizamos tener un campus o desarrollar la universidad en la ciudad, vimos que la experiencia era justamente mantener la relación con la sociedad.

Por otra parte nos planteamos que Junín no podía estar llorando por lo que fue, sino plantearse lo que va a ser y en este sentido, tuvimos estas oportunidades para hacerlo. Frente a esas oportunidades (inmobiliarias) siempre nos pareció bien llevarlas a cabo.

Sabemos de las vicisitudes que pasó el policlínico ferroviario, pero hoy vemos el “Edificio Alfonsín” con una gran alegría y lo disfrutamos todos los días junto al barrio y toda la gente. No es el hospital, pero hay actividad universitaria, movimiento etc. Y así en cada lugar.

Respecto a la inauguración del colegio secundario, siempre destacamos que allí estaba la cooperativa del Hogar Obrero y debemos reflexionar acerca del porqué el cooperativismo retrocedió hasta casi su extinción cuando era una fuerza social importante, pero no en un sentido melancólico sino como reflexión, nada de eso tapamos. Brindamos expectativa, no está el Hogar Obrero, pero vamos a formar generaciones de juninenses. Y eso no está mal, es un mensaje de esperanza.

Tenemos otro conjunto de desafíos por delante, perdimos los espacios originales pero los ganamos para lo que viene, y eso lo reconoce la sociedad.

-Frente a este tipo de desarrollos hay una diferencia entre los logros de la política universitaria frente a las administraciones municipales.

-No lo creo así. El hecho de haber creado una universidad es la parte más interesante. Sería muy injusto valorar a la política en particular frente al proceso excepcional que implica poner en marcha una universidad.

Nos dedicamos a cosas distintas y además es muy difícil que la comunidad critique a su universidad porque allí siempre hay testimonios y buenas noticias. Si hubiera problemas, la gente se pone del lado de la universidad y acompaña. Ni hablar a la Unnoba donde la gente nos brinda un apoyo incondicional hacia lo que hacemos. Por eso compararnos con la política no tiene porqué ocurrir.

-¿Y eso no puede generar algunos celos de la política partidaria?

-Quizás cuando aparece un nuevo actor importante ante la sociedad a todos les cuesta acomodarse, pero hay gente que se dedica a la educación, otros a los negocios, otros a la política. Acá hay un nuevo actor y claro genera expectativas e interrogantes que hemos ido despejando a lo largo del desarrollo de la universidad y trabajamos con todos los sectores.

-¿Sus intereses están volcados estrictamente al ámbito universitario?

-Sí, totalmente. Yo hice primaria, secundario y universidad en La Plata, luego fui docente y funcionario en la Universidad de La Plata, hasta que vine aquí. Era docente de la Unnoba, luego funcionario y ahora rector.

Igualmente reconozco que es imposible que no se hagan comparaciones, lo que digo es que estas comparaciones son injustas porque no son equivalentes, porque alguien que administra un municipio, administra problemas que parten desde el descontento. Aquí cada acto de graduación vienen los alumnos a agradecernos, pero es una tarea colectiva.

-De todos modos la universidad ha de tener una buena ilación con la política para generar presupuestos que le permitan el desarrollo.

-Por supuesto que sí, la universidad no está aislada de la política, ni pretende estarlo. Lo cierto es que tenemos relaciones con todos. La clave  es que es una herramienta de la sociedad y como tal participa activamente de la política pero no para suscribir a una filiación partidaria sino para mejorar la política, trabajar con la política y demandarle a la política. Todos los años tenemos enormes discusiones con los legisladores de todos los partidos cada vez que tratamos el presupuesto de las universidades y es un conjunto de relaciones, personales, institucionales, etc. que hay que poner en acción de la mejor manera posible para tener presupuesto razonable para continuar con la tarea de las universidades.

-Lo que usted logró en este tiempo, cree que se debe a que es un buen gestor, buen administrador, buen político, buen rector o un poco de todo?

-La tarea de la gestión universitaria adquiere muchas facetas. Ahora lo primero que hay que ser para tener una buena gestión es ser un buen universitario. Saber cuál es el rol que tiene que cumplir la institución.

Ahí está la fortaleza del proyecto con el ingeniero Lima, de esta gestión que, insisto, no tiene que ver con el rector sino que tienen que ver con quienes discutimos todos los días la Unnoba y que efectivamente son  todos universitarios. No aislados de la sociedad sino compenetrados de la sociedad, que participamos de la sociedad en sus diversas facetas y participamos con los empresarios, con el comercio, etc.

Sabiendo que tenemos que hacer bien el rol de universidad, pensando que en este país, lo primero que tenemos que hacer bien es lo que la sociedad nos asigna. A nosotros la sociedad nos pide que tengamos la mejor universidad posible, no para que trabajemos para un partido político ni un sector económico. Ser universitario es la primer condición, pero no para aislarnos sino para establecer relaciones con todos y ver como todos pueden apropiarse de la universidad, sin desnaturalizarla, sin tironeos, no utilizarla para intereses particulares sino del conjunto. Este es un desarrollo incipiente de la universidad y es muy parecido a lo que ocurrió en buenas universidades y eso nos pone contentos. Estamos en un rumbo correcto.

EL TEXTO ORIGINAL FUE PUBLICADO EL SÁBADO 19 DE MAYO 2018 EN NUESTRA EDICIÓN IMPRESA

 

 

 

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