La rosca, las fotos, los actos, los encuentros, las reuniones privadas y públicas no es lo único que moviliza al peronismo de cara a la próxima contienda electoral. Claro, con el Partido Justicialista fuera de la responsabilidad de llevar adelante la gestión en las órbitas bonaerense y nacional, todos los portavoces aseguran que los días partidarios trascienden en “consolidar una agenda de gobierno que enamore mayorías y que proyecte al candidato o candidata”. Pero hay algo más.

Es que buena parte de la disputa por los gobiernos se da a través de las comunicaciones y las nuevas tecnologías, por eso, el peronismo debate puertas adentro dar un golpe mediático y estratégico, con la intención prioritaria de sorprender a Cambiemos y dejar al Gobierno fuera de juego, al menos discursivamente, ante la sociedad.

 En definitiva, en lo que ya se comenzó a trabajar, e incluso forma parte de la agenda de la conducción del PJ bonaerense, es en desdoblar las elecciones. Así es, separar la elección de intendentes de 2019 de los comicios bonaerenses y nacionales.

“Las provincias las desdoblan, ¿por qué no lo podrían hacer las intendencias?”, comentó al pasar un legislador del kirchnerismo no muy cercano a la rama que lleva adelante la propuesta.

 Claro está, si bien Walter Torchio, intendente de Carlos Casares, fue el primero en dar un indicio de que esto pueda ocurrir, las mentes del proyecto se encuentran en el Conurbano; por eso, el tema forma parte de la agenda de la cúpula pejotista. “Creo que es hora que las elecciones municipales se realicen en una fecha independiente de las elecciones a Gobernador y Presidente. Y la elección 2019 debería ser el inicio”, escribió el manda-más de la comuna de la Cuarta sección electoral.

Ahora, a los fines ciertos, la movida que pergeña el peronismo tiene algunas complicaciones. Para avanzar en su deseo desdoblador, los legisladores de la provincia de Buenos Aires deberían sancionar una modificación en la Leyde Orgánica de las Municipalidades. El problema reside en el reparto de los escaños.

Si bien en Diputados el peronismo unido (cinco bloques) cuenta con mayoría, fueron pocas, o casi nulas, las votaciones en que todos coincidieron en una postura para imponerse a Cambiemos. En el Senado, la fórmula es peor, y se encuentran en clara desventaja ante las bancas del oficialismo.

Como si fuera poco, desde uno de los bloques peronistas de la Cámara Baja ya reprocharon la medida, y cuestionaron que “quizás por la crisis que atra-viesa el Gobierno, algún intendente piensa que puede sacar rédito desdoblando las elecciones”. Otros, por su parte, consideran que no es viable, ya que “la democracia cuesta mucha plata, y está perfecto que así sea, pero si desdoblamos elecciones va a costar todavía mucha más plata”.

Antes de salir a la cancha, la estrategia del justicialismo comenzó con el pie izquierdo.

Con dicho panorama, en el peronismo de la Primera sección electoral saben que el andar del cambio en la Ley Orgánica es poco confiable, y no les molesta. En sí, la estrategia pasa por “ponerle una dicotomía a Cambiemos en lo que hace a la autonomía de los municipios”. De esa manera se busca un impacto “mediático o discursivo”.La jugada es mera estrategia; si se consigue, todos felices, pero si no se alcanza a lograr, no habrá derrotados ni pesadumbre en el seno de las intendencias del peronismo.

Lejos de la rosca de primera línea, las fotos, los gestos de cercanías que puedan impulsar a alguno sobre otro, el meollo de la jugada es darle un impacto a Cambiemos y plantearle un problema de cara a la sociedad en cuanto al discurso y los hechos.

FUENTE: La Tecla