viernes 19 de abril de 2024

HUMOR POLÍTICO | 14 jun 2018

pagina amarilla

El Reino de Alexia (IX)


Por: Semanario

Alexia tuvo su fiesta. La de él, aunque la haya disfrazado que era para los retratadores, los juntó a casi todos los aduladores del reino. Nobleza obliga, no todos comparten simpatías aunque hayan compartido banquete.

Alexia no ahorró elogios a sus sialexistas y a los retratadores, que se cansaron de tapar de luces a todos los presentes. Algunos retratadores son más sialexistas que el propio Alexia y muestran a los de las afueras que todo lo que hace está bien. Aunque no todo esté bien, para sus reinos amarillos, está todo más que bien. Otros desconfiados, cuentan por lo bajo que Alexia entrega unas buenas sialeximonedas, una especia de retribución que el reino tiene con algunos beneficiados. La mecánica es simple: entrega esas monedas del reino a cambio de que hablen bien de él. Y que todo suene creíble. Así todos están contentos y  felices.

Bueno, casi todos. Casi siempre quedan afuera los de las afueras. “A ésos no los conforma nada ni nadie”, escucharon decir a un sialexista en su despacho de Palacio, iluminado de verde. “Son unos desagradecidos”, dijo otro. Parece que los de las afueras se quejan porque en el Reino Madre, el Rey Amarillo I decidió subir las contribuciones al Palacio y pidió usar mantas en cada hogar. Y algunos, encima que están cagados de frío, no pueden pagarlas. Lo peor, es que parece que a los amarillos les importa nada. Pero según Alexia, sólo parece.

El Rey Amarillo I ajustó tanto que en muchos reinos, muchos de las afueras debieron cerrar sus tiendas y regalar sus petates. Según los sialexistas, también parece.

Pero parece que en este y en muchos otros casos, el ser y el parecer no son la misma cosa. Será por eso que Alexia decidió imitar a algunos de las afueras. Para que su parecer sea similar al ser, el de las afueras. Aunque su Palacio tiene más comodidades, muchas más que casi todas las casas de los de las afueras, cada tanto sale y saluda, como buscando compañía, aunque cada vez se lo ve más solo. Algunos sialexistas lo han dejado, y si bien Alexia siempre encuentra un ladero, no está muy bien acompañado.

No logra acomodar algunas cuestiones del reino, pese a que insiste, no es como en Roma que todos los caminos llevaban a ídem. Acá, en el reino de Alexia, mejor no probar ese dicho. Los caminos salen a cualquier lado y mejor ni tomar el que lleva al lago del reino, si no quiere perder las ruedas de la carreta.

Aunque todo eso, poco importa a Alexia, como a cualquier rey. Ya se sabe, los reyes, una vez que llegan a reyes, siguen por ahí, pero siempre caen siempre bien parados. Por eso la calentura de los de las afueras. Ellos, siempre en la lona, de toda la vida, aunque le metan y le metan horas y contribuciones al reino. En cambio, los reyes, llegan como de las afueras, pero una vez en el trono, aunque lo dejen, siguen siendo reyes.

O bacanes, que es más o menos lo mismo.

PetrEgo

A PetrEgo la salió mal la jugada. Pintó de verde como nunca la ciudad, puso lucecitas en el centro, embanderó puentes y edificios y hasta se animó al derroche, iluminando la misma Muni y el obelisco de la plaza 9 de Julio. Pero pasó que el verde estuvo verde, tan verde que puso a algunos colorados por el papelón y a otros los dejó patinando en el aire. Como a PetrEgo, que tragó saliva y salió como si nada. Menos mal, porque con los temitas pendientes que debe resolver lo mejor que puede hacer es meterle pata y olvidar rápidamente los sinsabores deportivos.

Por ejemplo, podría apurarse en armar su grupo. Son más los que se van que los que llegan. Como la perinola, le sale a cada rato,  Pon 1, Pon 2 y así.

Pero no hay mal que por bien no venga. PetrEgo es un todo terreno. Le falta pilotar un avión. Hincha fanático reciente, pasado e iluminador de verde de edificios públicos, también ingeniero, arquitecto, contador y, ahora, biólogo. Esta semana, aprovechando, a-pro-ve-chan-do que llegaron investigadores del Conicet apareció en la foto con cara de ‘mirá cómo le estamos entrando al bicho éste que nadie pudo combatir’. Le escribió a la prensa acólita en la gacetilla de prensa (que reproducen sin chequear, no vaya a ser cosa que se enoje y corte la pauta) que supervisó el trabajo de los investigadores del Conicet. ¿Qué tul? Su-per-vi-sor de los especialistas. No cualquiera. “A ver, echame flit acá, correme la larva allá… echale más cloro acá”, y cosas por el estilo. El barigüí, que hace quichicientos años nos arruina los veranos, parece será controlado por PetrEgo. ¡Felicitaciones! Además, supervisar al grupo de especialistas del Conicet no es moco e’ pavo.

Y por si quedaba alguna duda, se animó a agarrar una pala (bueno, para la foto, es cierto) y desmentir a aquellos que lo critican diciéndole que nunca la conoció. Evidentemente, el cargo de Intendente le queda chico. Estamos en las mejores manos. Sólo nos falta darnos cuenta.

Boletín comunal amarillo

MIRÁ LO QUE NO HICIMOS ESTA SEMANA:

-Pintar sendas peatonales. Le aflojamos al ritmo. Por ejemplo, en el colegio Padre Respuela, pintamos las de atrás del colegio, pero no las de la avenida. Lo hacemos al revés, para que no digan qué pintamos donde se ve.

-Habilitar la iluminación de varias y varias y varias columnas de alumbrado en el barrio Gregorio González. Cuando nos reconozcan que quedaron lindas, le mandamos luz. No se quejen, que las facturas son caras.

-Arreglar el baño de la salita de Primeros Auxilios del barrio Gregorio González. Hablamos y nos filmamos con Esteban y dijimos que vamos bien. Bueno, todavía no llegamos al baño. Aparte, pobre Esteban, me dio la mano y terminó con apendicitis, operado. Ahora me dicen mufa.

-¡Empezamos  a colocar los refugios!… ¿Colectivos? Mmmm no, todavía no… ¡Pero la van a tener que sacar del ángulo! Sigan contando los días, que pronto me subo a un 60, lo traigo acá y me la van a tener que… ejem, perdón, bueno, eso

-Realizamos una mesa de trabajo de acceso a la Justicia. Mesa de trabajo… mesa de trabajo. Bueno, para acceder a la justicia falta un trecho, pero el título está bueno, no me digan que no.

-Supervisamos la toma de muestras para demostrar que al barigüí lo estamos anulando. Hablamos con los vecinos, con los investigadores del Conicet. Supervisamos a todos. También a la mosquita. Qué se creen todos ésos.

-Festejamos el día del Periodista con todos los periodistas de la ciudad. Bueno, con casi todos. Bueno, con algunos. ¡Bueno, está bien, con nuestros amigos, los de la pauta! Sumamos  a otros, para disimular, pero no le cuenten a nadie. Ufa, qué detallistas.

 

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