sábado 20 de abril de 2024

LOCALES | 16 jun 2018

HIGA JUNIN

Hospital de muerte, desidia y abandono

La historia clínica de Nahiara Cardozo, la nena de 3 años fallecida en el HIGA, refleja qué se hizo y qué no durante los últimos días que pasó en la cama 26 de una sala general de Pediatría. Este mismo documento, ahora en manos de la justicia, será clave para la adjudicación de responsabilidades dentro del nosocomio regional.


Por: Semanario

Tres años tenía apenas. Rubia, bonita, con toda la vida por delante. Pero ya no podrá tomar posición sobre el aborto ni elegir el vestido de 15. En apenas un soplo, se quedó sin futuro entre las paredes del Hospital Interzonal de Agudos Abraham Piñeyro.

Ahora, con la causa en la mano, la fiscal Vanina Lisazo tal vez pueda hacer un poco de justicia para Nahiara Cardozo y su familia. El gran interrogante es: ¿si hubiese recibido la atención médica adecuada, el final de la historia podría haber sido distinto?

En las últimas horas, la fiscal ordenó la exhumación del cadáver para determinar la verdadera causa de muerte, después del duro padecimiento que debió soportar la criatura. En principio, la médica infectóloga del Hospital habría opinado que se trató de una “sepsis generalizada” (infección), originada de una “mastoiditis” (infección del hueso mastoideo, localizado detrás de la oreja).

SEMANARIO accedió en forma exclusiva a la historia clínica de la menor, que refleja qué se hizo y qué no durante los últimos días que pasó en la cama 26 de una sala general de Pediatría del HIGA. Este mismo documento, ahora en manos de la fiscal, será clave para la adjudicación de responsabilidades dentro del nosocomio asistencial.

LA HISTORIA

Nahiara estuvo internada en el HIGA y recibió el alta médica el lunes 28 de mayo pasado. Pero en su casa, la madre, Vanesa Bouder, comenzó a notar que la nena levantaba fiebre y tenía vómitos. Por eso, el jueves 31 volvió a llevarla al Hospital.

Pero ese día nadie quería más trabajo del que había, porque habían programado la fiesta de despedida de médicos residentes y nadie se la quería perder.

Por eso, le dijeron a la madre que volviera a llevarla el viernes a la mañana. A la mujer se le complicó el traslado, por eso recién llegó a la tarde. Es así que el registro de Enfermería arranca a las 17 del 1 de junio y bien claro queda que es por un cuadro de “mastoiditis”, con la primera medida de hacerle unos análisis de rutina, más colocación de suero y otra vez el suministro de antibióticos.

Cerca de las 20, la médica residente de 3° año Lorena Altamirano telefónicamente le administró Ibuprofeno, dado que la nena presentaba un cuadro febril importante.

Para las 22.50 del mismo viernes, las enfermeras detectaron complicaciones en el estado general: seguía siendo alta la fiebre, el rostro era azulado, se constató cianosis (coloración azul o lívida de la piel y de las mucosas que se produce a causa de una oxigenación deficiente de la sangre, debido generalmente a anomalías cardíacas y también a problemas respiratorios).

También las enfermeras observaron edema en miembros superiores e inferiores, y las extremidades frías.

Por esto, cerca de las 23, la médica pediatra de guardia Fernanda Taulamet le recetó un corticoide, también en forma telefónica. “Médico de guardia no sube a evaluar a la paciente”, reflejaron en las observaciones las enfermeras.

EL DÍA SIGUIENTE

A las 1.30 de la madrugada ya del sábado 2, Nahiara comenzó con vómitos. Se avisó otra vez a la médica que siguió sin subir a evaluar a la nena.

Una hora después continuaban los vómitos, con una intensa palidez y dolor de estómago. La médica Lorena Altamirano refirió en ese momento que la prioridad era otro paciente recién ingresado, que se la evaluaría luego.

Las profesionales recién acudieron dos horas después, y según cuentan testigos, para no molestar a los demás pacientes internados, la examinaron con las linternas de sus propios celulares.

Un papá que se hallaba cuidando a su hijo en la cama de al lado, operado de apendicitis, no dudó en asegurar que la nena “había estado azul” toda la noche.

OTRA GUARDIA

A las 7 de la mañana, tras el cambio de guardia, las nuevas enfermeras que ingresaron anotaron en la historia que la nena tenía taquicardia, dificultad respiratoria, extremidades frías y hematomas en los pómulos.

Ante este cuadro informado a las médicas, en forma verbal; la residente Altamirano le administró un nuevo medicamento.

Para las 8.40, Nahiara continuaba con dificultades respiratorias, así que se le colocó oxígeno. Se le observó el abdomen globoso y distendido, así que las enfermeras convocaron a las médicas Cristina Cerulli y Evelyn Díaz.

Ante esta presencia, Altamirano intentó un justificativo: “Así no estaba la nena”, dicen los testigos que habría asegurado. Pero fue desmentida de inmediato por las enfermeras y hasta le echaron en cara que desde el ingreso, nadie había hecho nada por revertir el cuadro que presentaba Nahiara.

Recién a las 10.15, con la intervención del doctor Carlos Panela, la niña fue trasladada a la Unidad de Terapia Infantil, donde finalmente falleció el domingo 3, poco después de las 19 horas.

LAS FACTURAS

Las reacciones por estas ‘complicaciones’ fueron inmediatas en el servicio de Pediatría. Para arrancar, apareció en escena el jefe Alfredo Morbelli, quien siempre trató de alivianar responsabilidades de las médicas y residente que habían tomado parte. Incluso, hasta trató de que aplicaran sanciones disciplinarias a una enfermera.

Sin embargo, cuando la Jefa de Enfermería le mostró la historia clínica con las todas las anotaciones, recomendaciones, llamados e intervenciones que habían ido sucediéndose durante la internación de Nahiara, la cara de Morbelli fue tomando otro color.

La participación de otros profesionales terminó por cerrar el cuadro: cuando la nena llegó a la UTI pediátrica, era poco lo que había para hacer. Habían pasado horas muy valiosas, sin aprovechar para atacar a esta infección que fue complicando su cuadro general, tomándole los riñones y otros órganos vitales.

La infectóloga había sido muy clara con la mamá de Nahiara: debía estar atenta a dos posibles cuadros como eran supuración de los oídos y fiebre. Las dos cosas presentaba la menor cuando la llevó el jueves 31 de mayo por la tarde a la guardia, donde la dejaron en observación unas horas y le permitieron volver a la casa, preparándose para la gran fiesta de residentes que se iba a hacer esa misma noche. Hasta el viernes a la tarde, el cuadro de la nena se fue empeorando y con el correr de las horas se transformó en grave. Ya irreversible, así era ya el sábado a la mañana cuando finalmente la derivaron a la UTI.

LA INVESTIGACIÓN

La fiscal Vanina Lisazo deberá actuar contra una corporación que se prepara para defenderse. Es muy poco factible que un médico declare en contra de un colega. Por eso, con las pruebas que tiene y el testimonio clave de ocasionales testigos y personal del HIGA, deberá desentramar las últimas horas de vida de Nahiara y establecer responsabilidades.

¿Mala praxis, abandono de persona, incumplimiento de deberes profesionales? ¿Qué cuadro legal corresponderá para explicar en este caso para hacer frente a la pérdida de una vida? ¿Habrá algún día alguna sanción o el caso se perderá en el olvido?

Apenas 3 años. No tuvo derecho a un servicio de salud de excelencia. Pero al menos, hoy, el nombre de Nahiara requiere justicia.

 

Otras muertes

La muerte de Nahiara viene a engrosar una lista preocupante de los últimos tiempos en el Hospital Interzonal “Abraham Piñeyro”.

Casos que pueden pasar o no, pero que tienen un denominador común y es que fueron sistemáticamente minimizados o negados desde la dirección del centro asistencial.

Tapados y escondidos bajo tierra, con el servilismo cómplice de medios de comunicación, estos médicos que estudiaron para honrar el juramente hipocrático, varían sus visiones desde que se ponen en las filas de un partido político. Así como muchos otros vanaglorian al dios dinero, en este caso se milita por un resultado electoral.

Y en este camino, poco importa advertir al resto de la sociedad o difundir conductas a seguir ante la aparición de casos que pueden multiplicarse. Sólo les interesa que no trasciendan, porque está firme en el convencimiento amarillo del gobierno la idea de que lo que no se conoce, no existe.

Lo que pasó

A principios de año, murió un menor de 15 años que estuvo internado en el Hospital sin diagnóstico certero.

Los primeros rumores indicaban que se trataba de hantavirus, luego hubo una desmentida de parte de funcionarios del hospital que dijeron sentirse “angustiados” (por la muerte), un par de semanas después se citó a la madre del niño fallecido y según la progenitora se le dijo que se trató de (nuevamente) hantavirus, aunque luego se corrigió desde el mismo hospital por el diagnóstico de “leptospirosis”. El caso también está en la Justicia.

En febrero otro de los hechos involucró a un pequeño de cuatro años oriundo de Vedia y que había sido picado por un alacrán. Sorprendentemente, cuando la ambulancia llegó al HIGA proveniente del vecino distrito, no había antídoto, pese a que el Hospital Piñeyro es una de las cabeceras para responder ante ataques de animales ponzoñosos.

En mayo, una nena de 16 años murió por meningitis pese a estar vacunada, y desde la dirección del Hospital Interzonal Abraham Piñeyro de Junín afirmaron que se le habían hecho todos los estudios “y dieron negativo".

Se trata de Juliana Abalo, quien se encontraba internada en terapia intensiva del HIGA, adonde había ingresado con un cuadro febril.

“La paciente ingresó por un cuadro febril, estuvo internada varios días y en los últimos días hizo una meningitis. La verdad es que quedamos todos shockeados”, expresó la médica directora Alicia Ramallo.

Vanina Garay

El caso más resonante fue la muerte de Vanina Garay, una joven embarazada de 21 años, que falleció el pasado 14 de marzo tras permanecer casi dos meses internada en el HIGA.

Había sufrido un accidente con la moto el 25 de enero, cuando resultó con traumatismos varios, principalmente en la cabeza, por lo que quedó inconsciente. A partir de entonces familiares de la joven sostienen que podría tratarse de un caso de mala praxis y abandono de persona, y hay dudas respecto a su bebé. Varias marchas e intervenciones dan cuenta de las dudas de la familia.

LA HISTORIA CLINICA DE NAHIARA CARDOZO

 

 

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