jueves 25 de abril de 2024

CULTURA | 20 jun 2018

CLINT WALKER

Murió el “muchachito” de aquellos episodios en el cine Italiano

Muy querido por los niños y adolescentes de los años 60, que tuvieron en él a uno de esos tipos tan corpulentos como bonachones que constituyeron un pequeño arquetipo del cine de acción, que recorría el oeste haciendo valer la justicia entre los colonos y los forajidos, y los indios.


Por: ISMAEL CANAPARO

El actor estadounidense Clint Walker (Norman Eugene Walker, su nombre verdadero) falleció el lunes 21 de mayo pasado a los 90 años en el Norte de California. El mítico intérprete se destacó por sus papeles en varios western de éxito de los años  50, 60 y 70, tanto en cine como en televisión. Había nacido el 30 de mayo de 1927, en la ciudad de Hartford, perteneciente al estado de Illinois.

En televisión, su papel de mayor éxito internacional fue el de protagonista de “Cheyenne”, emitida entre los años 1955 y 1963, en la que interpretaba a un cowboy aventurero que recorría la región oeste de Estados Unidos en busca de justicia. El actor también participó en series como “Killdozer” (1974) y “Centenario” (1977).

Clint Walker, conocido también como Jett Norman, fue el legendario “muchachito” que en nuestra adolescencia nos emocionaba todos los domingos, en los episodios de cowboys (hoy conocidos con el pomposo título de “temporada”), que se pasaban en el Teatro Italiano, ante un lleno absoluto. Su lucha incesante en favor de la justicia, en contra de asesinos, bandoleros y delincuentes, contaba con el fervor de los pibes, que zapateaban a rabiar ante las hazañas del vaquero preferido. Esas veladas de cine se iniciaban con otra serie, la de Flash Gordon, que posiblemente constituyó el icono más conocido de la ciencia ficción hasta la aparición de Star Wars, muchos años después.

Aquellos domingos de gloria terminaban poco antes de las 17. Y ese paseo, no concluía ahí, sino que continuaba en Sáenz Peña, con la infaltables porciones de pizza en la Ribas, ritual que los enamorados del fútbol aprovechaban para escuchar los partidos de fútbol, a punto de terminar, en una radio gigante que el comercio aggiornaba en un costado del local.

Aquella vieja pizzería repleta de fantasmas y utopías, verdadero oasis del Junín que se fue para siempre, tuvo un recordado paso por Sáenz Peña, esa misma calle que tantas veces recorrió Pancho Melatini con su campanilla a cuestas. Fue un sitio acogedor, quizá uno de los primeros de la casa en su historia, donde la movilización comenzó a gestar lo que luego sería: un mito que se devoró al tiempo. Cómo no percibir la abundancia de madera, los grandes ventanales, los viejos separadores, el diseño tradicional del mostrador, los “cortadores” de porciones a la vista, aquel biombo escenográfico que ocultaba la vieja radio de cuatro patas, el horno...  Y allá, en el fondo, una vitrola con música de tango, evocando a Troilo. Y Pichuco contestaba, desde su bandoneón, como una metáfora, que siempre está volviendo, y que después, qué importa del después. O los relatos de fútbol, en las voces inconfundibles de Lalo Pelliciari y Fioravanti.

Ah, ¿después del cine, dije? Claro, cómo olvidar ese detalle. Sería imperdonable. Cuando las tres salas de Junín producían una explosión de gente cada fin de semana, la pizzería Ribas se transformaba en un posterior reducto, imprescindible y necesario, antes del baile, del café o del sueño reparador. Era un “pecado capital” no pasar por allí, después de despegarse de las butacas del Italiano, Cristal o San Carlos ¿Y aquellos lunes con la saga interminable de Alan Ladd en el lejano oeste, cuando las películas de acción eran de “cowboys” y no de “western”, definición que luego adoptó la modernidad. ¿Quién no se enterneció con las cejas tupidas y arqueadas de Joan Crawford, esa mujer tan pasional? ¿Quién no se emocionó al tropezar con la primera versión de “El Zorro”, con Tyrone Power? ¿Quién no tuvo una mirada crítica sobre el cine español del franquismo? ¿Quién no suspiró con la historia conmovedora de “Ladrones de bicicleta”, paisaje elegido por Vittorio De Sica? ¿Quién no se revolvió, en su asiento, impaciente y nervioso, ante las hazañas, a puro balazos, de James Stewart, John Wayne, Gregory Peck, Montgomery Clift, John Ford, Henry Fonda, Burt Lancaster, Kirk Douglas, Robert Mitchum, Natalie Wood y Gary Cooper, en “Pasión de los fuertes”, “La diligencia”, “Río Grande”, “La flecha rota”, “Horizontes de grandeza”, “Veracruz”, “Duelo al sol”, “A la hora señalada”, “El valor del miedo” y tantos otros clásicos? ¿Quién no se “ratoneó” con Rita Hayworth, María Félix, Audrey Hepburn, Elizabeth Taylor, Marilyn Monroe, Brigitte Bardot, Shopia Loren o Gina Lollobrigida? ¿Quién no soltó sonoras carcajadas producidas por la comicidad de Luis Sandrini y Jerry Lewis? ¿Quién no se estremeció ante el suspenso que imprimía Alfred Hitchcock? ¿Quién no se asombró ante el creativo Ingmar Bergman, la imaginación de Federico Fellini, la magia de Francis Cóppola o el talento de Martín Scorsese?

Acaba de morir otra gloria de aquella época. A partir de 1955 y hasta 1962, Clint Walker interpretó a “Cheyenne Bodie” en la serie “Cheyenne”, personaje que le permitió trabajar en otras series del oeste como “Maverick”. La fama que le otorgó este personaje le sirvió para desempeñarse  en tres western de Gordon Douglas:  “Quince balas” (donde tenía a Virginia Mayo como compañera), “Oro de Siete Santos”  y “Emboscada”. En esta última,  era aquel un trampero del sur de Misuri, al que los sioux respetaban y dejaban operar en su territorio.

Según el diario El Mundo, de España, no faltarán quienes prefieran recordar a Walker como el Samson Posey de “Doce del patíbulo” (Robert Aldrich, 1967), el gigante de aquellos condenados que con su misión suicida brindaron al público una de las más queridas hazañas bélicas. En efecto, Walker fue un actor entrañable. Muy querido por los niños de los años 60, que tuvieron en él a uno de esos tipos tan corpulentos como bonachones que constituyeron un pequeño arquetipo del cine de acción.

Sin embargo, a Walker su gran personaje le fue dado por la televisión: el “Cheyenne Body” de “Cheyenne”. Este cowboy solitario, toda una trasposición del caballero andante al western, recién acabada la guerra de secesión estadounidense recorría el oeste haciendo valer la justicia entre los colonos y los forajidos, los indios y los pioneros.

El futuro actor nació en Illinois en 1927 y sus comienzos en la vida bien hubieran podido ser los de cualquiera de sus personajes. Tras abandonar la escuela con 16 años, pasó un tiempo enrolado en la marina mercante. Concluida la guerra se empleó en una petrolera de Texas y en una agencia de detectives californiana, entre otras ocupaciones, a cuál más dispar, antes de ganar un concurso convocado por la Warner.

Ya popular en la antena de su país merced a “Cheyenne Body”, llegó al cine para recrear al mismo personaje en “The Travelllers” (Richard L. Bare, 1957). Con Gordon Douglas trabajó por primera vez en “Quince balas” (1958). En aquella ocasión la chica fue, ni más ni menos, que Virginia Mayo. Celia Gray era el nombre de su personaje. ”Requien to Massacre” (1960) fue otro western B debido al gran George Waggner. Al punto, de nuevo a las órdenes de Douglas, llegó “El oro de los siete santos” (1961).

De ahí que después de tanto western se hiciera raro encontrar al actor recreando al Bert de “No me mandes flores” (1964), una cinta de Norman Jewison al servicio de Doris Day y Rock Hudson, una de las parejas favoritas del público en la comedia romántica del momento.

“Doce del patíbulo” devolvió a Walker a donde solía. Eugenio Martín lo llevó a España para protagonizar -junto a Telly Savalas, Anne Francis y otras glorias del Hollywood pretérito ya en decadencia-, “El desafío de Pancho Villa” (1972). El resto, prácticamente, fueron esas apariciones televisivas por las que discurre el otoño de tantas viejas glorias de la gran pantalla. En el caso de Walker hay que dar noticia de sus apariciones estelares en series como “Centennial” (1978-1979).

La gran atracción del western

“El gran asalto y robo al tren” (Edwin S. Porter, 1903), marcó el nacimiento del western en el cine norteamericano, recreando las hazañas de los bandidos de la época. Años después, casi todas las productoras organizan sus departamentos adaptados al incipiente género, muy redituable en las taquillas. Cuentan con estrellas y realizadores especializados y explotan las exhibiciones “seriales” con episodios semanales. Los cowboys de estas películas instalaron el primer arquetipo erótico masculino (ágil, rudo, fuerte y valeroso).

Clint Walker, con una profusa filmografía, fue uno de los grandes preferidos de niños y adolescentes de varias generaciones. Este es su “carnet” completo en cuanto a realizaciones: 1954: Jungle Gents (Gentes de la jungla); 1955-1963: Cheyenne (Cheyenne) "Serie de TV"; 1956: The Ten Commandments (Los diez mandamientos); 1958: Fort Dobbs (Quince balas); 1959: Yellowstone Kelly (Emboscada); 1961: Gold of the Seven Saints (Oro de Siete Santos); 1964: Send Me No Flowers (No me mandes flores); 1965: None But the Brave (Todos eran valientes); 1966: The Night of the Grizzly (Tierra de alimañas); 1966: Maya; 1967: The Dirty Dozen (Doce del patíbulo); 1969: More Dead Than Alive (Más muerto que vivo); 1969: Sam Whiskey (Sam Whiskey); 1969: The Great Bank Robbery (Ojos verdes, rubia y peligrosa); 1971: Yuma (La ley de Yuma) "TV"; 1972: Hardcase "TV"; 1972: Pancho Villa (El desafío de Pancho Villa); 1972: The Bounty Man "TV"; 1974: Scream of the Wolf (El aullido del lobo). "TV"; 1974: Killdozer "TV"; 1977: The White Buffalo (El desafío del búfalo blanco); 1977: Deadly Harvest (Cosecha mortal); 1977: Centennial "Miniserie de TV"; 1977: Snowbeast "TV"; 1983: Hysterical; 1983: The Love Boat (Vacaciones en el mar) "Serie de TV", estrella invitada; 1985: The Serpent Warriors; 1985: All American Cowboy "TV"; 1991: The Gambler Returns: The Luck of the Draw "TV"; 1993: Tropical Heat "Serie de TV", estrella invitada (episodio "The Last of the Magnificent"); 1995: Kung Fu: The Legend Continues (Kung Fu: la leyenda continúa]]) "Serie de TV", estrella invitada (episodio "Gunfighters") y  1998: Small Soldiers (Pequeños guerreros) - Voz del personaje Nick Nitro en la versión original.

 

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