Por: Semanario

Pablo Petrecca logró lo que buscaba: tuvo la foto con María Eugenia Vidal en Junín, pero sabe que aún los tiempos que vienen no son los mejores para él.

El intendente de Junín le preparó a la gobernadora una tranquila visita en el Parque Industrial, lejos de los piquetes de los camioneros en la intersección de las ruta 7 y 65, pero de repente se armó una espontánea llegada de una veintena de docentes que, megáfono en mano, le “cantaron las 40” fallas en educación tanto en salarios, como en infraestructura.

Sin embargo, la clásica puesta en escena del PRO visitando una industria (MIR/ producción de calefones, reposeras, elementos de jardinería, entre otros productos) en el sector productivo de la ciudad, sirvió para repartir besos y sonrisas, frente a una moderada presencia de medios de comunicación.

El jefe comunal estuvo acompañado por su cuñado y legislador provincial Juan Fiorini, la diputada bonaerense Laura Ricchini y un par de colaboradores. Como es su costumbre, dejó afuera (o ellos mismos lo eligieron así) a sus socios políticos de Cambiemos.

Vidal tuvo un trato de frialdad hacia Petrecca, durante el encuentro y en medio de la recorrida. La gobernadora aprovechó para dialogar con el propietario de la fábrica, interesado en obtener algún crédito "blando" para avanzar con su industria y se cruzó además con algunos empleados mostrándose interesada por las tareas que cumplían.

No mucho más aconteció en el encuentro con la prensa, escueto, medido y rápido.

De este modo la gobernadora vino y mostró que lo hacía para “cumplir” con su autodefinido “soldado” que tantas veces le pidiera que no lo dejara solo y que respondiera a sus pedidos frente a lo que él cree que se trata de un complot por parte de partidarios de la UCR.

Al fin y al cabo, Petrecca no hace más que tomar de su propia medicina. El destrato al que tiene acostumbrados a quienes alguna vez lo apoyaron, ahora lo prueba en su persona con su gobernadora.

El Intendente parece haber despertado de un sopor de dos años, ya que pareció interesarse por la gestión sólo en los primeros seis meses de 2016. A partir de allí hizo la “plancha” hasta llegar con buen nivel de apoyo comicial a finales del año pasado.

Abocado más a las refacciones de su chalet que a la gestión, durante 2018 aparecieron los problemas internos y externos.

Obras incumplidas y desatendidas, destrato a representantes de entidades locales, ninguneo a sus socios políticos, desprecio hacia  los trabajadores municipales y sospechas en torno a la adjudicación de obra pública a su entorno amistoso, causa que está ya en manos de la justicia penal.

Además, queda al descubierto su oportunismo político que termina saliéndole mal. Fue así que embanderó el municipio de color verde para aprovechar el ascenso de Sarmiento y el equipo fue goleado en Tucumán.

Guardó silencio sobre el debate del aborto hasta el minuto final, sin embargo el día del tratamiento en el recinto y cuando creía que ganaría el NO, publicó una foto en las redes sociales apoyando el debate (del que nunca participó) y en contra de la legalidad, seguridad y gratuidad. Y los diputados por mayoría fueron por el SI.

Ante este panorama desolador en lo político y el escaso respaldo en lo social, resulta cierto que el radicalismo local ya le busca reemplazante con miras al 2019. Con su imagen en caída libre y luego de un par de masivas manifestaciones frente al municipio reclamando seguridad, el “soldado” parece estar jugando cada vez más solo.

Tratando de recuperar su estilo vanidoso y arrogante, busca salvavidas de dónde asirse y ensaya nuevos mensajes evangelizadores justo frente a un pueblo que -después del hipnotismo mundialista- podría hacerlo trabajar todo lo que no trabajó hasta ahora.

EL TEXTO ORIGINAL FUE PUBLICADO EL SÁBADO 16 DE JUNIO 2018 EN NUESTRA EDICIÓN IMPRESA