jueves 25 de abril de 2024

OPINIÓN | 30 jun 2018

MIRADA EXTREMA

Qué mal se TV

Con la evasiva de estar atrasado en la retecnificación de los sistemas, es decir, dejar gradualmente el viejo sistema analógico para pasar a la modernidad del sistema digital, once canales han dejado de estar a disposición de los usuarios del servicio común.


Escribe Andrés Rissolo, especial para Semanario

Desde hace un tiempo a esta parte los canales que integran la grilla de programación del proveedor de televisión por cable local se han reducido paulatinamente, pero el costo por el mantenimiento de menos señales ha aumentado significativamente. Con la evasiva de estar atrasado en la retecnificación de los sistemas, es decir, dejar gradualmente el viejo sistema analógico para pasar a la modernidad del sistema digital, once canales han dejado de estar a disposición de los usuarios del servicio común.

Las mejores señales que integraban la grilla como Europa-Europa, junto a otras, pasaron al servicio digital, donde el usuario debe pagar el canon diferencial para acceder a las sintonías de mayor interés. En defensa del cambio, la empresa expresa que para el 2020 caducará el servicio analógico y la modernización de las estaciones repetidoras deberán estar listas antes de esa fecha, ergo, todos los abonados del servicio ya deberán estar dentro de los estándares internacionales, los cuales conllevan implícitas las tarifas.

Si bien, técnicamente, por un canal analógico se pueden trasmitir cuatro frecuencias digitales, la desaparición de los once canales no se vio reflejada en las distintas facturas que los juninenses recibieron con un aumento considerable en sus montos. Los 63 canales que hoy se ofrecen en pantalla, en mayor cantidad se encuentran los de cine y serie norteamericanas, repetidas hasta la saciedad en cualquier día, hora y formato.

Los deportes y las señales para niños están las 24 hs. del día con 7 frecuencias cada uno, hay cinco canales de noticias, los cuatro de aire porteño, dos de cine argentino, dos religiosos, uno rural, dos magazines y los restantes pertenecen a señales internacionales tales como la RAI o Televisión Española Internacional. En ninguno de los canales de cine se puede esperar un estreno o una emisión de cine clásico. Las películas blanco y negro, de reconocidos actores y directores, gozan del horario central de las dos de madrugada.

Otra forma de discriminación hacia el televidente está dada en la falta de respeto al formato tradicional de pantalla. Como ahora los televisores (led, smart, etc,) son de formatos rectangulares, a diferencia de los antiguos cuyo diseño eran cuadrados, ciertas anotaciones, títulos, hora, o el tanteador de un partido, quedan fuera de pantalla o son de un tamaño tan chico que ni con un lente de aumento se logra divisar lo que dice.

Pero hay más maltrato al televidente y está dado en el recorte de encuadre que sufren las películas. Algunas son recortadas arriba y por debajo de la imagen, franjas neutras que antiguamente se justificaban mintiendo diciendo que era para que no se copiara la película. Ahora se ha podido ver cómo el mismo ardid se utiliza en forma vertical en los costados derecho e izquierdo de la pantalla. Como si todo esto no fuera poco, hay también un recuadro que hace que la imagen aparezca como un pequeño cuadrado en el centro de la pantalla. 

Pero, infortunadamente, hay más. Están las sutilezas de los fines de semana. Cuando llega el horario central de las 22, se producen hechos como que dos canales que transmiten desde el exterior, exponen la misma película. Entonces, tenemos una señal repetida que nos priva de ver otra película. También suele ocurrir con canales que dejan de recibir la señal correspondiente y con una imagen fija y sin sonido queda hasta el lunes, cuando llega el personal a trabajar y corrige el inconveniente técnico. Otro defecto reiterado se da cuando se afecta la señal en español y hay que traducir lo que se pueda del portugués.

Si logramos superar todos estos trances, aún nos queda la temática de las exposiciones, que dentro del ámbito atroz de la muerte en todas sus manifestaciones, pasamos desde la recolección del cadáver, por la morgue y sus análisis, los tribunales, los entierros, las exhumaciones, o las  variantes más progresistas del terror infundado, vampiros, muertos que resucitan, zombis (que son parientes de los anteriores pero no son los mismos), fantasmas, aparecidos, espíritus siempre malignos y cualquier otra divinidad del infierno que nos visitan. Las masacres de las guerras tampoco son escazas en las pantallas y hasta los extraterrestres que llegan a la Tierra son pérfidos.

La proyección ideológica, la de mayor sutileza y trabajo de producción, está enquistada en las series y películas con un carácter inmutable. La repetición de las mismas asegura que en forma consciente o inconscientemente el receptor reciba el mensaje las 24 horas, los 365 días del año, imponen una tendencia mejor que en una escuela.

La sola muestra de que el mismísimo diablo salió del averno para ayudar a la policía norteamericana a resolver los crímenes y se hace pasar por un individuo bueno, no es sólo cuestión de una gran fantasía, es como en tantas otra series, la instalación de una actitud perversa y maliciosa en la sociedad, donde se exaltan hasta la exasperación la lujuria, la exposición al alcohol, las drogas, los enfrentamientos, de los cuales las peleas de mujeres ocupan un lugar de privilegio.

Una nota de atención para la especial situación entre la empresa propietaria del LRH 450 Canal 10 de Junín, de circuito abierto, y los operadores del circuito de cable local. Por razones de reestructuración laboral, Canal 10, que cuenta con unos pocos programas en vivo y es una repetidora del canal AMERICA, cierra su transmisión semanal a las 22 en lugar de las 24, y los fines de semana a las 21.

Tanto la señal del canal abierto, que debería cumplir con la ley de radiodifusión y ofrecer una programación con el 70% de programas locales, como la señal de cable, nos dejan sin 4 horas de programación diarias. 

Todo esto pasa por nuestro cable de televisión que seguimos pagando cada vez más caro. Pero no hay voces que se levanten en defensa de nuestros derechos en particular ni los de nadie en general. Las diatribas de los concejales de nuestra ciudad es una mera muestra histriónica que redunda en beneficio los fines de mes. Para el resto, los abonados, seguiremos pagando alto costo para que el circuito cerrado y los concejales nos traten de dar un buen espectáculo.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              

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