Por Sonia Rodríguez (*)

El movimiento obrero, en constante lucha por su emancipación política y la organización de un partido de su clase, que sea el motor teórico y práctico que construya el programa movilizando hacia un gobierno de los trabajadores, tiene entre los escollos más fuertes, además, claramente del sistema capitalista que nos gobierna mundialmente, a las burocracias de los sindicatos, que son una de las claves que utiliza el gobierno para que actúe como freno ante la reacción de los diferentes sectores obreros, jubilados y desocupados.

Estos gremialistas que en nuestro país están desde hace décadas atornillados a sus cómodos sillones y que en su mayoría dominan las condiciones de vida de miles de empleados, obreros industriales, precarizados, etc. son empresarios millonarios, tanto o más que los dueños de las empresas que ocupan por sueldos miserables o que apenas cubren las necesidades básicas de sustento, a la mayoría activa de los trabajadores.

Desde el gobierno de Perón, los sindicatos son en sus  palabras “la columna vertebral del movimiento”. La gran mayoría de estos complotan con los diferentes gobiernos cómo parar los avances en las conquistas sociales y políticas de nuestra clase.

En esta larga historia de confrontación entre sindicalizados y sus burocracias, han sucedido aprietes de todo tipo, como denunciar ante la patronal al enterarse de planes de medidas de lucha, vender sus delegados a los dueños de las empresas por prebendas personales y todo tipo de negociados a espaldas de sus afiliados.

En el año 2010, los militantes del  Partido Obrero sufrimos en nuestras filas el crimen de Mariano Ferreyra, un joven de 23 años que militaba en el ferrocarril Roca, junto a los ferroviarios tercerizados.

En una emboscada de la patota sindical de José Pedraza, en ese momento secretario general del gremio, en el que estuvo cerca de treinta años, un barra brava de Defensa y Justicia atacó a balazos al grupo de manifestantes desarmados y mató a nuestro compañero. Hoy Pedraza cumple prisión domiciliaria en su departamento que hace unos años costaba un millón de dólares.   

El día del magnífico paro arrancado al triunvirato de la CGT, después de meses de miles de despidos, cierres de empresas, paritarias al 15% en cuotas, tarifazos brutales y la respuesta de grandes luchas, como los trabajadores del hospital Posadas, del Inti, los mineros de Río Turbio, los docentes de Neuquén y Chubut. En Junín, el cierre de Antonello, el conflicto de meses de los trabajadores de Medilogos, los frigoríficos, municipales, etc. En la plaza 25 de Mayo se realizó una manifestación, donde concurrieron diferentes gremios, la Coordinadora de Jubilados, compañeras de la Asamblea de mujeres por el aborto legal, partidos políticos.

Ante el micrófono hablaron diferentes referentes, colocando cada uno su posición política, llamando a la organización o esperando hasta el 2019, como es el caso del peronismo en todas sus variantes.

Un militante de la organización Razón y Revolución sostuvo sus argumentos y en un momento fue sacado de un brazo, con el pretexto de que se le terminaba el tiempo, sin que a ningún orador anterior se lo haya obligado a dejar su alocución sin terminar. Desde el Partido Obrero repudiamos estos métodos patoteriles y nos solidarizamos con el compañero que sufrió esa violencia.

El 23 de junio, en el estadio del club Lanús, se desarrolló una Asamblea de delegados clasistas, organizada por el sindicato recuperado del Neumático, donde 4000 trabajadores discutieron un programa por nuevas direcciones anti burocráticas. La primera medida fue realizar 28 cortes durante el paro del pasado lunes, los que le dieron a esta jornada el verdadero impulso de fuerza de la clase obrera cuando se organiza.

Algunas de las resoluciones fueron: La reapertura de las paritarias. Basta de despidos. Ocupación de toda fábrica que cierre o despida. Por la indexación automática de salarios y jubilaciones. Por una reorganización social integral bajo la dirección de la clase obrera.

(*) Dirigente del Partido Obrero en el Frente de Izquierda – Junín.