viernes 19 de abril de 2024

HUMOR POLÍTICO | 11 jul 2018

pagina amarilla

El Reino de Alexia (XIII)


Por: Semanario

Hubo un día que Alexia salió de los límites del Palacio. Bah, casi. Se reunió con uno de sus retratadores oficiales para contarle las bondades de su reino. La mecánica es simple. Como es el rey, los bufones no osan desmentirlo en nada. Y si dice blanco, es blanco, negro es negro, aunque la cosa sea al revés.

Porque así funciona. No importa cuál sea la verdad, sino la que Alexia cuente como tal. Porque para eso paga y sostiene a sus retratadores. Claro que hay un detalle. Siempre hay algo. En este caso, entre él y los de las afueras, está la puta realidad. Que, aunque Alexia jure y perjure que su reino es una maravilla, los de las afueras juran y perjuran que él vive en la isla de la Fantasía. Como un tal Guilligan, que Alexia no conoce, pero parece que ellos sí y por eso no se tragan el sapo.

Entre Alexia y los de las afueras hay como un campo de diferencia. Uno vive arropado por el poder y los otros viven arropados, porque se cagan de frío. Alexia inauguró palacio personal y los de las afueras inauguraron braseros porque no pueden pagar las contribuciones para calentarse. Cosas así. Menudencias le llama Alexia. Emergente lo denomina, como su Rey Amarillo I. Emergencias le dicen ellos.

Alexia está preocupado porque parece que en el año y medio que le queda de reinado, no sabe si podrá cumplir con lo que le prometió a sus súbditos. Claro, prometió tanto, que está bastante rengo. Uno de sus caballitos de batalla fue la honestidad y la transparencia.

Sí, eso dijo. “Bueno, uno puede decir y no poder”, comentó sarcástico uno de las afueras.

Parece que el reino madre tiene problemas. Amarillo I dijo que “veníamos bien y de pronto pasaron cosas” o algo por el estilo. Lacunza VII, que maneja las finanzas de la Reina Madre Mariú I, dijo que “el programa tuvo un accidente”.

Los de las afueras insisten con que el accidente son ellos, que los están llevando a la ruina. Y que se sienten unos pelotudos por haberlos convertidos en reyes. Pero ya es tarde, ya son. Pelotudos unos y reyes otros. “Imaginen quién es quién”, gritaba uno, colgado de las ventanas del Palacio de Alexia, agarrado a unas banderolas que puso para adornar unas fiestas del reino.

Para Alexia, todo es una cuestión de apreciación. Claro, apreciar lo malo y lo bueno depende del cristal con que se mire. Y él lo ve con ojos de rey, detrás de los cristales de Murano de su Palacio personal. Los de las afueras detrás del plástico de las ventanas sin pintar, porque aún no pudieron comprar los vidrios.

“Encima es invierno”. Y gritan algo que algunos no logran entender. MMLPQTP… MMLPQTP… rítmicamente, como con bronca. Cuando escucha eso, Alexia se recontracalienta. Ellos se ríen. Y así pasan los días en el reino. Con posiciones alejadas. Claro, una cosa es la comodidad del poder, con sirvientes, cafecito caliente y  María Victoria en la tina llena de espuma y otra muy distinta el día a día, con las patas en una palangana.

“La situación cambió”, cuentan los jerarcas del Reino Amarillo; “y si ellos lo dicen, imaginate”, le retrucan los de las afueras.

Se podrían dejar de joder, “mi abuelo tiene 80 y ya le decían cosas como éstas”, cuenta otro.

Paciencia les piden los reyes a sus súbditos, mientras disfrutan de uvas en julio. “Paciencia para no echarlos a patadas en el culo hay que tener”, le retrucan algunos.

Claro, es entendible. Entre la vida de reyes y la de plebeyos hay un campo. De amapolas para unos y de espinas para otros.

Debe ser por eso que no se entienden.

PetrEgo

Con cara de póker, PetrEgo disimuló los inconvenientes de ser un soldado de Vidal. “No sé de donde salió esa definición”, dijo en una entrevista “exclusiva” que brindó en un medio oficialista de la ciudad. Sin repreguntas, evitó dar detalles de cómo soñar con los vecinos y formar parte de un equipo de gobierno que armó tal descalabro con los precios desbocados, la desocupación, el dólar, las ausencia de inversiones, los créditos impagables, y otros menesteres, que están llevando a gran parte de la sociedad barranca abajo.

Ese combo, que ustedes denominan “accidente económico” (un tal Lacunza lo dijo, ¿le suena?). Debe ser por eso que en vez de explicar lo inexplicable, mejor es proponer boxes en Sáenz Peña, “como en las grandes capitales del mundo”.

Se lo pudo ver en el relleno sanitario. Desde que supervisó a los especialistas del Conicet por el tema del barigüí, reafirmó sus dotes. Guió al Presidente de la Cámara de Diputados de la Pcia de BA, junto a la diputada Ricchini, el senador Fiorini, concejales y funcionarios. Un lindo recorrido turístico por el relleno sanitario. Salió ganador en la foto. Feliz. Pregunta: ¿no tenía otro lugar para mostrarles?

Don PetrEgo… no se olvide que mientras tanto, la nafta trepó a casi 34... el dólar a casi 30... el pan cuesta una fortuna… la inflación de junio apunta al 4%... en junio, al 30% con suerte, a diciembre. Todos casi. Casi impagables. ¿Vio?

Fíjese, don. ¿Se acuerda que se reían de un presidente que decía ‘Síganme, síganme, que no los voy a defraudar’? Bueno… no se olvide que usted integra un equipo al que “le están pasando cosas”…

Ya que los conoce (debe tener confianza) pídales un cambio, maestro, pero no el del slogan. Uno de verdad, y rápido, porque es cierto que están pasando cosas. Nos están rompiendo el c... Sin ningún casi.

Boletín comunal amarillo

MIRÁ LO QUE NO HICIMOS ESTA SEMANA:

-Entregarle el predio del relleno sanitario a una empresa a la que le pagaremos pronto por el tratamiento de residuos. Por lo pronto, ya les acomodamos el predio, así no tienen que invertir demasiado. Pensar en ellos es nuestro estilo. Total, acomodamos todo con alguna tasa, tacita, tazón.

-Recorrer con Mauri las obras de la autovía. Anda con algunos problemas. ‘Le pasaron cosas’ y por eso no puede venir.

-Comenzar con la pavimentación del camino al balneario. Hace frío para ir a la laguna. Para qué.

-Cortar el yuyal de la pista de atletismo. Las heladas lo están haciendo.

-Acomodar el dólar, bajar la inflación, planchar los precios, generar trabajo, cortar despidos, cortar con la catarata de cierres de empresas, pensar en los pobres… Cosas así, minucias.

 

 

 

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