Por: Semanario

A fines de mayo, el concejal oficialista Marcelo García apuntó una de las frases que, seguramente, quedarán en el top five del primer semestre legislativo: “hacer un proyecto de esta naturaleza (NdR: emergencia comercial) no tiene ningún sentido más que generar un título para la prensa política, es una burrada legislativa”, lanzó el edil ante la propuesta del bloque de concejales de Unidad Ciudadana de declarar la emergencia comercial en Junín. “Votaron en contra de la habilitación para su tratamiento”, recuerda el concejal de Unidad Ciudadana, José Luis Bruzzone, en diálogo con Semanario.

“Nosotros -continúa- presentamos un proyecto de ordenanza con atribuciones muy específicas y que instaba al Intendente a interceder ante EDEN y Gas Junín para que eviten el corte de suministro a comercios y PyMES que tuvieran un incumpliendo a partir de este año. El proyecto también decía que debía interceder ante ARBA y AFIP para que eviten judicializar deudas generadas este año, considerando en este punto que hubo comerciantes con conducta intachable y que se empezaron a atrasar con el pago de cargas sociales e IVA a partir de la crisis desatada en noviembre del año pasado. Hubo un bajón importante en las ventas, más la suba de las tarifas y las intimaciones judiciales se hicieron cada vez más perentorias. En síntesis, en un contexto mucho más complicado, el gobierno se puso mucho más exigente”.

-¿Ese fue el proyecto original que ni siquiera se tuvo en cuenta?

-Prácticamente nos dijeron que era una insolencia ordenarle al Intendente hacer ese tipo de cosas, como que era demasiado, ese fue el mensaje. El oficialismo pretendía que lo transformáramos en un proyecto de comunicación, algo que se vota y después va a parar al tacho de la basura. No estuvimos de acuerdo. Entonces lo que hicimos fue reformular ese proyecto de ordenanza en algo más general: instar al Intendente a que haga todo lo que está a su alcance para defender la continuidad de trabajo de los empleados de comercio. Pero tampoco lo trataron. Mientras tanto, la situación se agrava día a día. Hay reducción de horas, con la consecuente caída laboral y salarial; la antesala de que suspendan primero y despidan después.

-En ese marco, surgieron propuestas tales como la colocación de “boxes de expansión comercial” y el publicitado Big Sale (promociones y descuentos). ¿Es un paliativo?

-Por un lado, es el reconocimiento de que hay una emergencia comercial, y por otro me parece una cortedad de miras creer que solo hay vida entre Sáenz Peña y Rivadavia, como si Junín terminara su actividad económica en esas dos arterias. Y la verdad es que no tiran ninguna soga de alivio en los barrios donde la crisis se siente más. Si uno da una vuelta por el centro ve algunos negocios vacíos pero no es tan catastrófico, pero hacés tres cuadras y ves otra realidad mucho más aguda.

-En este contexto, ¿ven falencias de representación gremial?

-Sin dudas. La representación gremial de cámara empresaria, tanto Comercio e Industria como los hoteleros y gastronómicos, piensan solamente en sus representados céntricos. Y hay mucha gastronomía fuera de ese eje. Es más que claro que cuando tiran una medida de beneficio para el sector, se aminoran los reclamos. Eso de los boxes es una propuesta para muy pocos comercios y no se sabe quién va a poder costearlos. Y más cuando vemos que los bares no están rebosantes de gente.

-¿Cómo analizan la postura de Comercio e Industria?

-Es un poco la misma dinámica que se ve en los sindicatos, donde más allá de que la conducción tenga voluntad de enfriar el reclamo, se ven rebasados por sus representados. Ellos tienen que optar entre manejar el conflicto o ser leales a las bases que la están pasando muy mal. Hoy sería prácticamente una traición si una entidad como Comercio e Industria no reclamara por lo que sucede con la actividad comercial. 

-¿Es tan grave la crisis comercial?

-Hoy, negocios que pasaron la crisis de 2001 como si nada están ofreciendo retiros voluntarios o dejaron de tomar personal en el último año. Se siente en las grandes cadenas de electrodomésticos, que tienen espalda, pero que si pierden dos o tres ejercicios, el cuarto lo quieren empatar. Vemos que lo peor no pasó, lamentablemente. Con el dólar a 30 pesos, en setiembre el reajuste de tarifas, dolarizadas, tal como prometieron a las energéticas, será demencial. Se habla de un 20% más sobre un monto que ya nadie puede pagar. Y la pauta salarial sigue a la baja. 

-¿El gobierno hace oídos sordos?

-Yo los veo bastante abstraídos de la realidad, y siguen para adelante como si todo estuviese floreciente. La verdad que nosotros, desde el Concejo Deliberante, no tenemos llegada directa a los funcionarios, pero de la forma que se vienen comportado pareciera que no han registrado que hay una crisis. Ningunean todo tipo de testimonios. No registran lo que está pasando y tampoco tienen tantas herramientas, porque su lealtad es sólo con la gobernadora Vidal y con el presidente Macri.