jueves 25 de abril de 2024

LOCALES | 14 jul 2018

OJOS QUE VEN

El serrucho en la OMIC

De los once empleados que trabajaban en la Oficina Municipal de Información al Consumidor, a cargo de Fernando Scanavino, quedaron cinco. Otra área ignorada por la gestión Petrecca.


Por: Semanario

Si bien parece un frente homogéneo, de gente ‘como uno’, las voces de la diferencia siguen apareciendo en el seno del gobierno petrequista.

Muchos, entre dientes, no paran de cuestionar al jefe comunal por su nueva mansión de calle Italia. Más allá del origen de los fondos, están que explotan por la falta de pudor y empatía hacia los vecinos comunes, sobre todo aquellos que menos tienen y deben enfrentar esta ola de despidos, de tarifazos e inflación a la que el mismísimo gobierno los está sometiendo.

Por supuesto, el Intendente también tiene su grupito selecto que lo secunda sin titubear y jamás osaría emitir un sonido discordante. Y a esos se remite a la hora de tomar decisiones, de ignorar pedidos, de dejar de timbrear tal vez por no someterse a un escarnio público. Y sobre todo, de creer fervientemente que es el líder del mejor equipo juninense de los últimos 50 años, emulando a sus jefes Macri y Vidal.

En este marco de desatinos, Petrecca nunca se preguntó por qué, en tiempos de miseria, los pobres olvidaron el circuito que años atrás recorrían. Tal vez piense que ya no hay necesidad, envuelto en su jacuzzi, los aires acondicionados y el lujo de los vestidores de su nueva mansión.

Pues no, lo cierto es que los pobres ya saben que la respuesta a todo lo que pidan será “no”, entonces dejan de deambular por los pasillos de Acción Social en calle Gandini. De la mano de la madre del bailarín Beligni, la multifacética Marisa Ferrari (abogada, asistente social, ex militante de la UCeDé) se encarga de ‘despachar’ a todos los que llegan. Con palabras bonitas y frases sentidas, habla siempre del trabajo desplegado desde el área de Acción Social, pero lo cierto es que la salud es un punto en el debe de su gestión y ya ni siquiera se reparte leche para garantizarla a los niños más pequeños.

Con el viejo cuento de erradicar el asistencialismo, dejan a la gente librada a su suerte, que no es mucha.

ÁREAS IGNORADAS

También por simpatías personales y venganzas ocultas, el intendente Petrecca tiene a algunas áreas resignadas al olvido, como sucede con la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) a cargo de Fernando Scanavino.

Un poco por haberse negado a pasar a ocupar la jefatura de Talleres, otro poco castigado por la ferviente militancia de su hermana proteccionista, lo cierto es que serrucharon su actividad al frente de la Oficina que recibe a diario decenas de reclamos.

¿Cómo le cortó Petrecca las alas? Fácil: le sacó empleados. De los once que tenía, le dejó cinco, con los cuales a duras penas puede atender a las muchas personas que se quejan por desacuerdos con comercios, por las tarifas, por los servicios públicos y por cientos de situaciones en las que deben mediar.

Así, con dificultades para subsanar temas en los que resulta convocado en forma específica, parece muy difícil que Scanavino intervenga de oficio en otros de mayor trascendencia, como por ejemplo, la sinvergüenzada de cierto ‘empresario’ del cine que no permite que la gente ingrese a la sala con un paquete de caramelos o cualquier tipo de alimento o bebida que haya comprado fuera del recinto.

De todos modos, Scanavino no debe sentirse solo cuando experimenta la sensación de ‘olvido’ por parte de sus jefes. Otras veces, el ninguneo llega a otras áreas, a empleados presionados y perseguidos, a gremialistas y hasta a los ‘socios’ políticos que integran Cambiemos. En esto de no escuchar y no confiar en nadie, Petrecca no hace diferencias.

 

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