viernes 29 de marzo de 2024

LOCALES | 24 jul 2018

el cierre de la terapia pediátrica

El Hospital Abraham Piñeyro se desangra

Desde el 1 de agosto, no habrá médicos suficientes para mantener viva la terapia pediátrica. Los chicos de Junín y la zona se quedan sin el servicio que atiende casos de cuadros respiratorios graves, accidentes y otras patologías más complejas. Una piedra más para sortear en el camino de la salud pública. Un informe con el sello de Semanario.


Por: Semanario

Como si no alcanzara con las deficiencias, problemas y esperas que vienen sucediéndose, ahora llueve sobre mojado. El Hospital Interzonal “Abraham Piñeyro” podría quedarse sin terapia intensiva pediátrica a partir del 1 de agosto, por falta de médicos.

La Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos corre peligro. Y con ella, la salud de los chicos de toda la región, dado que se trata casi del único servicio disponible en toda la región.

Pero en la “revolución de la alegría” todavía no se llegaron a tomar medidas eficientes, concretas e inmediatas para prevenir este cierre inminente y casi inevitable. Como esta UCIP no está reconocida como tal en los papeles, ante el Ministerio de Salud provincial, los pediatras que cumplen funciones cobran como médicos de planta y no como terapistas, una especialización a la que corresponden otros salarios.

Por eso, desde el 1 de agosto de los siete médicos que actualmente cubren la semana con guardias de 24 horas cada uno, sólo quedarán cuatro. Uno abandonó por problemas de salud, otra pidió un año sin goce de sueldos para tomar una guardia más redituable en Capital y una tercera profesional entrará en licencia por maternidad.

Con esto, los rumores que poblaban los pasillos del HIGA se harán realidad por una cuestión numérica. No quedará personal suficiente para brindar las prestaciones necesarias… y esto será en apenas pocos días más.

TODOS AHÍ

Solo hay tres camas en una clínica privada de Junín destinadas a unidad de terapia intensiva pediátrica. El resto de los chicos que requiera esta atención, de Junín y de toda la zona compuesta por la jurisdicción de la Región Sanitaria III, debe ser derivado obligatoriamente al Hospital Interzonal.

Y esto significa que conviven allí los niños sin cobertura social, con los mutualizados de obras sociales de gremios y los de OSDE. Todos, en casos de urgencia, van a parar al HIGA.

Por eso, es incomprensible que el tema no haya recibido la atención correspondiente por parte del triunvirato rector del centro asistencial. Y las gestiones pertinentes para modificar esta falencia ante autoridades provinciales y nacionales del mismo color político.

Así, con este desinterés o incapacidad para mover los hilos adecuados, se llega a una situación límite. Por el momento, dado que no se puede garantizar una adecuada atención de los pacientes, no se están recibiendo más derivaciones provenientes de ciudades vecinas.

Este caso no se condice con el pensamiento generalizado de que los médicos hacen todo lo posible y necesario para llevar pacientes al sector privado, donde también son los encargados de brindar la atención… pero cobrando mucho más. En este plano se encuentra lo que solía ser el mejor quirófano de la región, devenido hoy a un lugar devaluado.

Pero la terapia infantil no es igual. Los chicos que no se atiendan en el HIGA, sólo podrán tomar un destino capitalino, porque la salud privada juninense no está en condiciones de absorberlos.

GESTIONES

El jefe de la UCIP es Alfredo Morbelli, el mismo pediatra que minimizó la mala atención brindada a una menor de 3 años que murió hace unos meses. A cargo de la “sala” está su colega Daniel Portero.

En las últimas horas, la desesperación ya llegó a puntos límites. Por eso, ambos participaron de una reunión con las directoras para analizar caminos alternativos y dar una solución que impida cerrar el servicio.

La intención es conseguir médicos terapistas pediátricos que estén atravesando su último año de residencia y estén dispuestos a llegar a este Hospital. Algo difícil de lograr, porque –recordemos- allí trabajarán como terapistas pero cobrarán como cualquier pediatra de la guardia.

FALTANTES

Entre otros faltantes, la Unidad de Terapia Pediátrica estaría necesitando más respiradores (sólo hay cuatro), bombas, monitores y otros elementos adecuados para una correcta prestación sanitaria.

Los trámites para que sea reconocida oficialmente como terapia pediátrica se vienen haciendo sistemáticamente desde hace años, pero por algún motivo siempre se rechazan. Esto sucedió incluso con estos gobiernos que están alineados políticamente, como es el caso actual.

Ahora, las deserciones aportan más incertidumbre y preocupación. El médico que cubría la guardia de los martes, por problemas de estrés e hipertensión, dejó de prestar servicios y está cumpliendo su trabajo en Pediatría. Otra profesional que estaba los días viernes se fue a Buenos Aires a hacer una guardia donde le pagan como terapista, algo que acá no sucede, así que tiene solicitado un año de licencia sin goce de sueldo. Además, la médica de los sábados está embarazada y entra con licencia por maternidad a partir del 1 de agosto.

En reemplazo de estas bajas, apenas puede mencionarse una residente que cumple muchas horas de trabajo y encima, como es nueva, no la pueden dejar mucho sola.

LA ATENCIÓN

Para derivar los casos más graves en caso de cierre en Junín, la terapia más cercana se encuentra en Pergamino.

La cantidad de los pacientes atendidos varía, pero como máximo pueden tenerse cinco y apenas cuatro con dificultades respiratorias, porque los aparatos hace mucho que no reciben un mantenimiento adecuado.

En total, la terapia está conformada por ocho camas, una destinada a casos de aislamiento. Algo que ni siquiera es suficiente para dar respuesta a la demanda regional.

Según aseguran (una buena!!!!) la terapia de adultos tuvo problemas, pero ya no está en riesgo su continuidad. En su momento renunciaron médicos, pero está separada del resto de los servicios, mientras en la UTI pediátrica se depende del mismo jefe que está en Pediatría.

SIN DERIVACIONES

Las sucesivas autoridades hospitalarias dejaron pasar mucho tiempo en esta situación, hasta llegar a este hoy tan preocupante que golpea en la cara de todos. El síntoma final es que ya no se están aceptando derivaciones de otras ciudades, porque será imposible cubrir las guardias de siete días con apenas cuatro médicos.

Esto no originó ningún movimiento de parte de los activos gremios hospitalarios. Los dirigentes siguen preocupándose por “derechos laborales” mientras el Hospital se sigue desangrando, dejando de cumplir ese rol protagónico a nivel regional y como referente educativo en salud, idóneo para las prácticas profesionales. De a poco, ausencia tras ausencia y golpe tras golpe, el HIGA sólo es una sombra de lo que supo ser y lo que debería ser.

Hoy, el ojo se pone en la terapia infantil. Veremos si el “Soldadito de Vidal” se toma el cargo en serio, ese para el cual lo eligió la gente, y se pone al frente de los reclamos, las gestiones, los pedidos y las exigencias ante sus jefes provinciales. En esto de la salud, no hay tiempo para especulaciones políticas, por eso el Intendente debe hacerse cargo de que este servicio vital para la región no quede en recuerdo.

Los jubilados, a la deriva

Como seres casi invisibles, desde que casi dejaron de atenderse en las clínicas privadas, miles de jubilados andan a la deriva esperando respuestas por su salud. Respuestas que no pueden demorarse, pero sin embargo, todo se conjuga para dificultarles el acceso a la salud.

Después de una vida entera de luchas y aportes, llegan al momento de sus vidas en que más necesitan de consultas médicas, estudios y análisis, y sin embargo, es cuando más obstáculos encuentran.

En una reunión que la Multisectorial de Jubilados mantuvo con autoridades del HIGA, los referentes se quejaron porque “el Hospital está colapsado y no nos dan los turnos”. Obligados por su obra social PAMI a atenderse ahí, deben irse a las 3 de la mañana para conseguir turnos. Con frío, calor, lluvia… y sin colectivos en la ciudad. Además, cuando a las 8 son atendidos, muchas veces se encuentran con un empleado detrás de la ventanilla que les informa que “ya no hay más turnos disponibles”.

Por razones obvias a su edad, también requieren más baños públicos dentro del nosocomio. Y exigen una guardia exclusiva para los afiliados del PAMI y médicos especialistas, porque en algunas áreas están faltando.

Son muchas deficiencias para una burocracia que apaga ilusiones. Esta gente necesita soluciones urgentes, para ayer, no pueden aguardar un desenlace lejano tras caminos intrincados y plagados de obstáculos. La salud no espera.

EL TEXTO ORIGINAL FUE PUBLICADO EL SÁBADO 21 DE JULIO 2018 EN NUESTRA EDICIÓN IMPRESA    

 

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